Enrique Ponce o pregonar sin dar trigo

TRIBUNA

El diestro Enrique Ponce, en su despedida de la Plaza de Toros de Valencia.
El diestro Enrique Ponce, en su despedida de la Plaza de Toros de Valencia. / EFE/ Manuel Bruque

25 de octubre 2024 - 18:00

Por Antonio Cepedello

Pregonar sin dar trigo es lo que hizo el torero Enrique Ponce cuando hace unos dias pronunció el pregón de la actual Feria Taurina de Jaén, pero sin participar en ella. Y eso que en esta temporada ha vendido a bombo y platillo que será su última en activo.

No se despide de la afición de la capital jiennense en su ruedo, pero sí desde un atril. Como si un cantante nos dijera adiós cocinando un potaje. Absurda esta muestra de falta de respeto, aunque ya la sumisión, miedo o lo que sea hagan que la mayoría de agraviados en esta ofensa hasta la aplaudan e incluso se la agradezcan.

Enrique Ponce, maestro, catedrático o como quieran llamarle, si piensa retirarse de su profesión, lo lógico, digno y justo es hacerlo dando pases en el coso de La Alameda. Para pregonar nuestra Feria Taurina ya tendrá tiempo cuando esté jubilado de los ruedos, lo que entonces le honrará, pero ahora le denigra.

No quiera, señor Ponce, conformarnos con las migajas de un acto protocolario en la temporada de su cacareada despedida. Entendería usted, ni tampoco lo haría nadie, que Arguiñano fuera por ultima vez a su casa para cantar un bolero en lugar de guisar un delicioso marmitako o preparar una exquisita pipirrana. Pues eso.

Los aficionados taurinos de Jaén no somos menos ni más que los de Madrid, Valencia, Nimes, Bilbao u otros lugares donde sí ha toreado Enrique Ponce este año. Y con el agravante, muy agravante, que aquí se ha hecho torero y que los taurinos, medios de información o autoridades de la capital jiennense son los que más le apoyaron cuando empezaba para convertirse en figura.

Si no quiere cometer más esta grave discriminación, señor Ponce, no vuelva a montar propagandísticas giras de despedida como la de esta temporada, sino que la próxima vez se corta la coleta sin avisar y cuando su corazón se lo pida, como manda la ética del toreo.

Enhorabuena Enrique Ponce por todos los logros alcanzados como torero, pero tenga mucho más cuidado con detalles tan inadmisibles como venir a Jaén a despedirse de torero con chaqueta y corbata en lugar de vestido con un traje de luces. 

La Tauromaquia es algo muy grande, que está por encima de usted y de todos. No lo olvide nunca.

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