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El Cabildo de Toma de Horas aprueba hoy oficialmente los horarios e itinerarios de la Semana Santa. Ya se conocen, pero es un rito necesario. Desde hace 40 años escribo información cofradiera. Y creo que no ha habido ni una sola Cuaresma en la que alguien no se quejara por la configuración de la Semana Santa. Con el tiempo, se ha llegado a la consideración de que las decisiones sólo se pueden tomar de año en año. Pero en las tertulias y en los medios de comunicación todo el mundo opina. Algunos presumen de tener fórmulas magistrales, y en realidad plantean propuestas irrealizables, que ya están testadas y descartadas.
Por ejemplo, la carrera oficial. En las elecciones del Consejo, raro es que no se presente una candidatura partidaria de cambiar la carrera oficial. Normalmente, son los que pierden las elecciones. Porque a la inmensa mayoría de las hermandades no les interesa cambiarla. Sería un cambio a peor. No todos los cambios son a mejor. Las cofradías cambian lo justo y necesario. Saben que una clave de la longevidad histórica es no hacer cambios a tontas y a locas. Soy periodista y sé que la noticia no es que la carrera oficial siga igual, sino que daría más que hablar un traslado a la avenida de la Palmera o a Kansas City. Pero hay lo que hay.
Ahora está de moda decir que la carrera oficial se debería trasladar al Paseo de Colón, tras comprobar lo bien que salió en la Magna. Una Magna que previamente habían criticado hasta el extremo. Después se han tenido que callar, porque resultó muy bien. Hay dos realidades importantes. Una es que la Catedral está donde está, y que la carrera oficial debe ubicarse en sus proximidades. Otra es que llevarla actualmente al paseo de Colón sería empeorarla y encarecerla. Muchas cofradías resultarían perjudicadas, entre ellas todas las que vienen del Este y el Norte de la ciudad. Imagínense un paso que va desde el Cerro del Águila al puente de Triana. Como primera medida, habría que subir el precio de las sillas y palcos un 21% (además del IPC), ya que en el Paseo de Colón se cobró el IVA y en la actual carrera oficial no. Y, además, el Ayuntamiento dijo que no se podían poner sillas en la margen del río, ni cortar al tráfico los dos puentes (San Telmo y Triana) más de dos días, porque se incomunicaría la otra orilla. ¿Cómo y cuándo iban a instalar los palcos? La actual carrera oficial es peatonal (excepto para el tranvía y las bicis y patinetes), detalle que no se debe olvidar.
¿Y el frío? Que le pregunten al Nuncio de su Santidad, monseñor Bernardito Auza, que debió ser abrigado merced a una obra de caridad. He conocido madrugadas con mínimas de tres grados y es frecuente que registren menos de diez grados. Y con más del 90% de humedad. Seis horas y pico así, a la vera del río, aligerarían la nómina de pensionistas.
La mayoría de las propuestas para arreglar la Semana Santa son para estropearla más. A lo que hay se ha llegado después de muchas reflexiones, a lo largo de muchos años. Y no sé si la carrera oficial actual es la mejor, pero probablemente sea la menos mala.
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