Acampada urbana

Debido a la actuación y al comportamiento de algunos sectores sociales, la Madrugada sevillana se ha convertido, en las últimas décadas, en pasar una noche de copas, como si se tratase de una excursión al centro de la ciudad. Vemos corros de gente con sillitas, neveras y mantas como si se tratase de una acampada urbana, en una de las principales fiestas religiosas de Sevilla, donde se conmemora el sacrificio incruento de Jesús hecho hombre por amor, para salvar a la humanidad. Lamentablemente con estos comportamientos se está dando un testimonio de paganización de nuestra Semana Santa y en una de las noches más entrañables para los cofrades y cristianos. Recordemos el dicho popular: Hay tres jueves que relucen más que el sol Jueves Santo,...

Frente a esta opinión habrá quien argumente que no todo el mundo tienen acceso o posibilidad de adquirir sillas en la carrera oficial. Y es así, desgraciadamente, pues hay más demanda que oferta, pero el espacio es el que hay; tal vez ya es hora de volver a replantarse, en serio, el cambio de lugar de la carrera oficial. Pero, de todos modos, esto no es óbice para que ir a ver los pasos durante la Madrugada se haya convertido, para algunos, en formar grupos de personas acampando y bebiendo en la calle, cuando además hay una ley prohibitiva contra ello, como si se tratase de un noche de picnic.

Los sevillanos debemos de ser guardianes de nuestras propias raíces y no dejarnos llevar por modas pocos, digamos, ortodoxas o banales. Tenemos que ser conscientes de mantener nuestras fiestas y costumbres populares como las hemos heredados de nuestros mayores. Por ello, tenemos la obligación de cuidar y controlar estas nuevas situaciones y acabar con ellas, pues de lo contrario habremos perdido nuestra verdadera identidad cofrade y cristiana.