Trío de visitas imprescindibles si viajas en Semana Santa a Jaén capital
VIAJAR POR JAÉN
La Catedral de Jaén, el Castillo de Santa Catalina y los Baños Árabes son tres básicos de la ciudad
Lugares emblemáticos para ver Semana Santa que solo conocen los jiennenses

Jaén/Si viajas a Jaén capital esta Semana Santa, sabemos que el tiempo apremia. Quizá puedes aprovechar el fin de semana, sábado y domingo, para visitar el trío imprescindible de monumentos que hay que ver al menos una vez en la vida en Jaén. El sábado sin procesiones es un momento ideal, por no hablar del Domingo de Resurrección, donde solo una hermandad, la del Resucitado, sale a las calles por la mañana.
Busca el momento y no te pierdas estas tres visitas más que obligadas para conocer los mayores tesoros patrimoniales de Jaén. La Catedral de la Asunción, templo jiennense vandelviriano por antonomasia; el Castillo de Santa Catalina, en el cerro del mismo nombre, coronando la ciudad; y los Baños Árabes de Jaén, los más grandes y mejor conservados de Europa, ubicados en el Palacio de Villardompardo (donde también encontrarás salas de exposiciones de arte contemporáneo, el único Museo de Arte Naif de España y el Museo de Artes y Costumbres Populares) son paradas necesarias para decir que has estado en Jaén.
Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de la Virgen
En el corazón histórico de Jaén, en la emblemática Plaza de Santa María, se alza una de las joyas arquitectónicas más relevantes del Renacimiento andaluz: la Catedral de Jaén. Esta imponente construcción, proyectada por el célebre arquitecto Andrés de Vandelvira, no solo es el principal símbolo religioso de la ciudad, sino también un referente para múltiples catedrales del Nuevo Mundo.
La historia del templo se remonta a la conquista cristiana de la ciudad en 1246. Como era habitual, la mezquita principal fue consagrada para el culto cristiano y utilizada como catedral provisional durante más de un siglo. No fue hasta el siglo XIV cuando se planteó la construcción de un edificio gótico, que evolucionó con el tiempo hacia una concepción renacentista de gran ambición, especialmente a partir de 1548, bajo la dirección de Vandelvira. De su mano surgió un modelo de templo basado en un concepto espacial armónico, con tres naves de igual altura y una estructura modular cubierta por elegantes bóvedas vaídas.
El recorrido histórico de la catedral atraviesa más de dos siglos de construcción, dejando como resultado una obra de una riqueza estilística extraordinaria. A la sobriedad renacentista de las dependencias auxiliares se suma la fuerza barroca de la fachada, diseñada por Eufrasio López de Rojas e inspirada en monumentos como San Pedro del Vaticano y El Escorial. Esta fachada, considerada una de las más importantes del barroco español, presenta un despliegue iconográfico que combina el culto a la Asunción con la exaltación de los patronos locales y la figura del rey Fernando III, conquistador de la ciudad.
En su interior, la luz natural que atraviesa los ventanales superiores baña un espacio de impresionante serenidad y proporción, que solo se ve alterado por el monumental coro barroco, cuya sillería conserva tallas renacentistas de Gutierre Gierero. En la Capilla Mayor se custodia el Santo Rostro, una de las reliquias más veneradas de la cristiandad, objeto de peregrinación y devoción popular.
La Catedral de Jaén no solo es un monumento de incalculable valor arquitectónico, sino también un testimonio vivo del proceso histórico y artístico de la ciudad. Visitarla durante la Semana Santa, con el sonido de los pasos y las saetas resonando en la Plaza de Santa María, supone una experiencia difícil de olvidar.
Baños Árabes de Jaén
Aunque menos conocidos que los de otras ciudades andaluzas, los Baños Árabes de Jaén son los más grandes conservados de España y un verdadero tesoro de la arquitectura hispanomusulmana. Situados en el sótano del Palacio de Villardompardo, estos baños datan del siglo XI y constituyen un testimonio excepcional del legado islámico de la ciudad.
Los baños fueron redescubiertos a principios del siglo XX bajo las dependencias del palacio renacentista, y desde entonces se han convertido en una de las visitas más valoradas por quienes desean conocer la historia oculta de Jaén. Su estructura, perfectamente conservada, incluye las salas tradicionales del baño andalusí: la sala fría, la templada y la caliente, todas ellas cubiertas con bóvedas de cañón perforadas por lucernarios en forma de estrella, que filtraban la luz y el vapor creando un ambiente íntimo y místico.
Visitar los Baños Árabes es adentrarse de lleno en el día a día de una ciudad andalusí, en la que la higiene, la sociabilidad y el ritual formaban parte del uso cotidiano de estas instalaciones. Hoy, su restauración permite comprender mejor cómo era la vida en el Jaén islámico, y la visita se complementa con el acceso al Centro Cultural Baños Árabes, que ofrece exposiciones temporales y una magnífica colección etnográfica.
Durante la Semana Santa, estos baños ofrecen un contrapunto ideal al bullicio de las procesiones: un lugar de recogimiento y silencio donde contemplar la huella profunda de la historia.
Castillo de Santa Catalina
Dominando la ciudad desde lo alto de una colina, el Castillo de Santa Catalina ofrece la panorámica más espectacular de Jaén y su entorno. Esta fortaleza, construida tras la toma cristiana de la ciudad, se erige sobre los restos de una alcazaba musulmana y representa la dimensión militar y estratégica de Jaén durante la Edad Media.
El conjunto fortificado incluye diversas torres y murallas, además de un Centro de Interpretación que permite recorrer la evolución histórica del recinto y comprender su importancia en la defensa del Reino de Castilla frente al reino nazarí de Granada. Especialmente destacable es la Torre del Homenaje, desde cuya cima se contempla una vista inigualable del mar de olivos que rodea Jaén, así como de la propia ciudad y su catedral.
El castillo también es célebre por la Cruz del Castillo, símbolo de la cristiandad erigido sobre el cerro, que atrae a fieles y visitantes. Pasear por este enclave durante el atardecer, con la luz dorada cubriendo los tejados de Jaén y el eco lejano de las cornetas y tambores de Semana Santa, ofrece una experiencia profundamente evocadora.
Además, el Parador Nacional de Jaén se encuentra integrado en el castillo, lo que permite no solo la visita al monumento, sino también la posibilidad de hospedarse en un entorno único.
Recorrer Jaén en Semana Santa es una oportunidad excepcional para apreciar la belleza de sus tradiciones, pero también para descubrir el rico patrimonio artístico e histórico que atesora la capital jiennense. La Catedral, los Baños Árabes y el Castillo de Santa Catalina constituyen un itinerario especialmente recomendado durante los días santos, ya que permite al visitante vivir Jaén desde múltiples dimensiones: la fe, la historia y la contemplación. Tres claves para una escapada inolvidable en el corazón de Andalucía.
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