Tres monumentos romanos en Jaén que podrían aparecer en la película de Gladiator
En Linares, Quesada y Porcuna están estos impresionantes yacimientos
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Jaén/La provincia de Jaén alberga vestigios romanos que evocan la grandeza del Imperio. Tres de sus monumentos, cargados de historia y simbolismo, podrían haber servido perfectamente como escenarios en una película épica como Gladiator, el filme taquillero del que no se para de hablar este otoño.
Yacimiento de Cástulo: la antigua metrópolis de la Oretania
Ubicado a las afueras de Linares, el yacimiento de Cástulo es un referente en la arqueología peninsular. Esta ciudad ibero-romana, situada junto al río Guadalimar, fue un importante núcleo político y económico en la antigüedad. Su estratégica localización en el Alto Guadalquivir y sus ricas minas de plata, cobre y plomo hicieron de Cástulo un enclave codiciado tanto por los íberos como por los romanos.
Entre los elementos más destacados de este sitio están su extensa muralla, de aproximadamente 70 hectáreas, y la Puerta de los Leones, vestigios que recuerdan la magnificencia de sus días como municipio romano. Uno de los hallazgos más sobresalientes es el Mosaico de los Amores, cuya belleza y conservación le valieron un lugar entre los grandes descubrimientos arqueológicos del mundo según National Geographic.
El recorrido por el yacimiento incluye también la Patena de Cristo, una pieza única del siglo IV con una de las primeras representaciones de Jesús. En el extremo oriental se alza el Castillo de Santa Eufemia, una fortificación medieval que aporta un contraste arquitectónico sorprendente. Sin duda, Cástulo habría sido un escenario ideal para recrear el lujo y el poder de Roma en todo su apogeo.
Villa Romana de Bruñel: el esplendor rural del Bajo Imperio
En el municipio de Quesada, dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, se encuentra la Villa Romana de Bruñel. Este ejemplo de arquitectura palaciega refleja el auge de las villas rurales durante el Bajo Imperio Romano. Originalmente concebidas como residencias secundarias para la aristocracia, estas propiedades evolucionaron hasta convertirse en núcleos autosuficientes, especialmente tras la crisis urbana del siglo III.
Bruñel destaca por sus mosaicos, cuyo nivel artístico revela el refinamiento de sus habitantes. Junto a las áreas residenciales, la villa albergaba talleres, establos y otras dependencias, lo que garantizaba su autonomía. Estos espacios reflejan la vida de la élite a la par que el surgimiento de sistemas de trabajo que preludiaban el feudalismo medieval.
El entorno natural que rodea esta villa, con la imponente Sierra de Cazorla como telón de fondo, aporta un encanto especial que habría dotado de realismo a escenas de la película ambientadas en provincias remotas del imperio.
Yacimiento de Obulco: el poder de una aristocracia ancestral
En la localidad de Porcuna se halla el yacimiento de Obulco, una ciudad que floreció en la época ibera y romana. Este sitio arqueológico es conocido por el impresionante conjunto escultórico de Cerrillo Blanco, que data del siglo V a.C. Estas piezas, talladas con maestría, narran historias de aristócratas que consolidaron su poder en la zona.
El túmulo funerario, que incluye sepulturas individuales y megalíticas, es testimonio de rituales ancestrales cargados de simbolismo. En su fase romana, Obulco se consolidó como un centro urbano destacado, y su legado escultórico es hoy exhibido en el Museo de Porcuna, situado en la Torre de Boabdil.
Las calles y edificaciones de Obulco habrían sido el escenario perfecto para representar la vida en una ciudad romana de provincias, donde las intrigas políticas y las aspiraciones personales convergían en un microcosmos de poder.
Jaén: un legado cinematográfico
La conexión entre Jaén y la época romana no es fortuita. Cada uno de estos enclaves representa un fragmento de una historia que, como en la narrativa de Gladiator, combina tragedia, gloria y resistencia. Monumentos como Cástulo, la Villa de Bruñel y Obulco no solo reflejan el pasado, sino que inspiran el presente al ofrecer un marco inmejorable para la recreación histórica.
Si algún día se decidiera filmar una secuela de Gladiator en España, Jaén tendría argumentos de sobra para figurar como una de las principales localizaciones. Su riqueza arqueológica, sumada a la autenticidad de sus paisajes, convierte a esta provincia en un tesoro por descubrir, digno de ser inmortalizado en el celuloide.
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