Estos son los platos más típicos que probarás en las tascas jiennenses

En la ciudad de Jaén, la gastronomía es uno de los grandes atractivos para los visitantes. En las típicas tascas de la ciudad, ubicadas en el casco histórico, se pueden degustar los sabores más auténticos de la provincia. Desde el famoso bocadillo ‘líos’ hasta las exquisitas migas, pasando por el lagarto, el rossini, la pipirrana o el lomo de orza, la oferta gastronómica de Jaén es muy amplia y variada.

Comenzamos nuestro recorrido en la tasca La Manchega, donde se puede disfrutar de uno de los bocadillos más singulares de Jaén. El ‘líos’ es simple pero delicioso. Originario de la ya extinguida tasca ‘Los Amigos’, este plato se prepara como un bocata al uso con tres ingredientes básicos: alcachofas cocidas, anchoas y mayonesa. Un auténtico manjar.

Si prefieres algo más contundente, el lagarto ibérico es una excelente opción. Esta carne de cerdo se elabora normalmente a la plancha. Su resultado es un corte jugoso que suele ir acompañado de guarnición de patatas o, como en el caso de el Bar Bomborombillos, de una exquisita salsa elaborada con mermelada de violetas.

Migas en Jaén, en invierno y también en verano

Otro plato muy típico de la gastronomía jiennense son las migas. Tanto en invierno como en verano, será una de las tapas estrellas en la zona centro, especialmente en puntos clave de las tascas de Jaén como el Bar La Barra o la Taberna Panaceite. Las migas serranas se preparan con pan, aceite de oliva, ajos y pimiento, y se acompañan con chorizo, aceitunas y panceta. Son un plato contundente y energético, perfecto para reponer fuerzas tras una jornada de turismo por la ciudad.

Precisamente en el Bar La Barra tienes otra parada obligatoria para degustar el mítico Rossini, una bebida hecha a base de vino, vermouth y un toque especial secreto de la casa. Además, lleva una uva congelada en forma de cubito de hielo, que según la temporada puede variar a cereza helada. Simplemente delicioso.

Un plato refrescante: la pipirrana jaenera

Y hablando de gastronomía refrescante, además de los consabidos salmorejos y gazpachos que en verano pueblan la mesa andaluza, Jaén tiene una receta propia contra el calor, la pipirrana jaenera. Elaborada con tomate, pimiento, huevo cocido y atún, la clave de este plato reside en el majao que se hace con ajo, la yema del huevo cocido, aceite, sal y un toque de comino.

Por último, no podemos olvidarnos del lomo de orza, un plato tradicional que se elabora con carne de cerdo adobada y seca al sol. Este plato se sirve frío y se puede acompañar con pan, aceitunas y un buen vino de la tierra. En ocasiones lo encontrarás disponible junto a todo un clásico: patatas fritas y huevo. Una mezcla para mojar pan hasta quedarte sin él.

Si quieres conocer los sabores más auténticos de Jaén no puedes dejar de visitar las tascas de la ciudad. Allí podrás degustar platos típicos de la gastronomía local y de la hospitalidad de los jiennenses. Eso sí, programa un paseo por los alrededores de la Catedral de Jaén para después de comer o cenar, porque la contundencia de algunos de estos manjares te podrían pasar factura después, frente a la báscula.