Ruta de los Zumaques en Alcalá la Real: una excursión perfecta para disfrutar de los colores del otoño

Alcalá la Real/Situada en el corazón de la comarca de la Sierra Sur, Alcalá la Real ofrece a sus visitantes una experiencia visual y física recomendada para los que disfrutan de la naturaleza con la Ruta de los Zumaques, una senda que invita a descubrir los matices otoñales de los paisajes mediterráneos. Este sendero, homologado por la Federación Nacional de Montaña, es un recorrido que cautiva la mirada del senderista con sus paisajes naturales y permite disfrutar del colorido cambio estacional. 

La Ruta de los Zumaques toma su nombre de la planta protagonista del recorrido, el zumaque (Rhus coriaria), una especie característica de los ecosistemas mediterráneos. Durante el otoño, sus hojas adquieren un intenso tono rojizo, creando un contraste visual con el verde del entorno. El zumaque representa la riqueza de la flora mediterránea autóctona, conservada en el entorno de Alcalá la Real como un vestigio de los antiguos bosques que un día cubrieron extensas áreas del sur de la Península Ibérica.

El sendero discurre a través de cañadas y caminos que conducen hacia ‘Los Tajos’, un conjunto de cortados rocosos que configuran el paisaje con su geología imponente. Estas formaciones de piedra también son un recordatorio de la historia geológica de la Sierra Sur jienense, donde la erosión y el paso del tiempo han esculpido unos tajos con una belleza única. Bajo estos cortados, la vegetación se ha preservado con el paso de los siglos, mostrando la diversidad de flora característica de un auténtico bosque mediterráneo, que se encuentra en perfecta armonía con el zumaque.

A medida que se avanza por la ruta, es inevitable no detenerse para admirar las panorámicas que se abren hacia la histórica Fortaleza de la Mota. Esta fortaleza, un emblema de Alcalá la Real, aparece en el horizonte como un guardián eterno de la ciudad y del sendero, evocando el tiempo de dominio y defensa en la frontera de Al-Ándalus. Las vistas desde este punto son especialmente recomendables al atardecer, cuando los tonos anaranjados y dorados del cielo se funden con el rojo del zumaque, creando una instantánea ideal para los amantes de la fotografía y los admiradores de los paisajes de ensueño.

Los aromas de la vegetación mediterránea, el crujir de las hojas caídas y el frescor de la brisa otoñal hacen que esta caminata sea un deleite para los sentidos. Al ser un sendero homologado, ofrece condiciones de seguridad y señalización, facilitando el recorrido tanto a principiantes como a senderistas experimentados que busquen un trayecto de belleza natural en plena sierra.