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La renacentista Catedral de Jaén: una visita obligada para conocer el legado de Andrés de Vandelvira
Jaén/La Catedral de Jaén es un monumento destacado del Renacimiento español -que, además, se estudia en la carrera de Historia del Arte- y una visita imprescindible a la ciudad del Santo Reino. Este templo, dedicado a la Asunción de la Virgen, tiene una historia que comienza en el siglo XIII, cuando Jaén fue conquistada y la antigua mezquita mayor se consagró como iglesia cristiana en 1246.
La transformación definitiva de la catedral comenzó en el siglo XVI bajo el impulso del cardenal Esteban Gabriel Merino. Fue entonces cuando se encargó al arquitecto Andrés de Vandelvira la construcción de un nuevo edificio que reemplazara al inestable templo gótico anterior. Vandelvira, conocido por su genialidad y visión, diseñó una planta de tipo salón que eliminaba la girola gótica, aportando una modernidad sorprendente para la época. Su plano original fue respetado y continuado por otros arquitectos a lo largo de los siglos.
La fachada, terminada en 1688 por Eufrasio López de Rojas, se asemeja a un retablo monumental con relieves de Pedro Roldán y una balaustrada de Blas Antonio Delgado. El interior alberga un magnífico coro construido en el siglo XVIII, cuyo diseño pétreo fue obra de José Gallego y Oviedo del Portal, discípulo de Churriguera.
La cúpula y el crucero fueron concluidos por Juan de Aranda Salazar en 1660, marcando la consagración del templo con grandes festividades. A finales del siglo XVIII, las capillas fueron decoradas y se erigió el impresionante tabernáculo y ostensorio del altar mayor, con esculturas de Juan Adán. La construcción del Sagrario, diseñada por Ventura Rodríguez, se completó en 1801, finalizando así la obra del primer templo de la diócesis.
