Quince palabras que solo en Jaén tienen un significado propio y son de uso común
De asaúra a zagal, comprueba cuántas palabras del diccionario jaenero conoces
Jaén/El habla de Jaén es única, y dentro de la misma provincia hay puntos en los que el acento o las expresiones varían levemente de comarca a comarca. No obstante, aunque lo cierto es que la lista sería interminable si incluyéramos todo el vocabulario jaenero, en este artículo son todas las que están, aunque no estén todas las que son. De la A a la Z, hacemos una selección de quince palabras de Jaén que difícilmente verás pronunciar en otras provincias andaluzas y del país con el mismo significado.
Asaúra
Decir que “eres un asaúra” equivaldría a pensar “que no tienes sangre en las venas, no te enteras de nada, eres un pesado”. Si bien en otros sitios de la geografía andaluza se escucha “qué calor que das”, refiriéndose a lo pesado que eres, precisamente de ahí podría venir el término asaúra, de asar, de ser pesado hasta la saciedad.
Bomborombillos
Llevar a alguien a bomborombillos es como “llevar a caballito” que se podría escuchar en otras partes del país. Es lo que todo chavea o zagal quiere cuando está fuera con la familia y lleva mucho rato andando. “Papi: ¿me llevas a bombomrombillos?”, es decir, a hombros. Este vocablo es tan especial y único que hasta en Jaén capital encontrarás un restaurante que lo lleva por nombre.
Calamoná
Darse una calamoná cuando estás despistado o la has cogido bien es algo que, si no de habitual, puede suceder cuando no estamos en nuestros cabales, ya que “dar una calamoná” es sinónimo de cabezazo contra una pared u objeto.
Chavea
El chavea, la chavea, los chaveas. Todos ellos son niños, muchachos, vaya, la chavalada de turno. De hecho, en la capital llegó a celebrarse un festival con el nombre de ‘Chavea Fest’ que, como podrás deducir, estaba dedicado a la diversión en familia.
Embarcar
Embarcar en Jaén no tiene nada que ver con unas vacaciones de crucero, pues es sinónimo de perder algo en un sitio lejano e irrecuperable. Lo más propio es embarcar balones, cuando los chaveas y zagales están jugando, ya sea en un balcón o en la casa del vecino. Mal asunto para continuar con los juegos.
Enrea
Cierto es que cuando te peinas el pelo y el cepillo no pasa es que está enredado, y en parte la metáfora tiene que ver con el significado de enrea, que en Jaén se utiliza en varias expresiones, como “irse de enrea” o “enrearse” que es cuando tú vas a echar una caña con un amigo a mediodía en las tascas, por ejemplo, y te da el anochecer. Y claro, tu amigo, ese que salía de “tranqui”, es, por ende, todo un “enreaor”.
Esento
En algunas zonas del sur provincial como Alcalá la Real se utiliza “esento” para referirse a un niño revoltoso, travieso o inquieto. ¡Qué esento es el chavea!
Farador o faraera
Esta palabra describe al clásico tobogán por el que “se faran” los chaveas y zagales, especialmente los más esentos, que no ven fin a la diversión. Fararse es deslizarse.
Japuana
Una paliza, tunda, zurra o bien un castigo a golpes es una japuana en jaenero. Se utiliza en frases algo intimidatorias como “te voy a dar una japuana” o para referirse a un hecho traumático sucedido en el pasado “le dio una japuana de campeonato”.
Pepinico
Ni es un pepino chico ni hablamos de pepinillos cuando decimos “pepinico” en Jaén. Si bien el término “pepino”, más allá de su referencia al vegetal, suele decirse cuando algo es potente y en sentido positivo, en Jaén no lo tiene. Se dice “miras que eres pepinico” para decir, con cierto cariño o ironía, que no te enteras de la misa la media, así que se considera más bien una forma muy original de insultar.
Remanecer
Tanto en el norte como en el sur de la provincia encontrarás municipios jienenses donde se utiliza la expresión “remanecer” para decir que alguien procede o proviene de alguna zona geográfica concreta. “Tomás remanece de Cazorla” o “Remanezco de Alcalá”, por ejemplo.
Rosetas
Las rosetas de Jaén poco tienen que ver con la arquitectura catedralicia o las flores olorosas. Cada San Antón, cuya celebración es en enero, los jienenses se hartan de rosetas, que no es otra cosa que las palomitas de maíz.
Sonsolico
Si bien la RAE recoge en su diccionario “sonso” o “zonzo” como tonto, simple, bobo o tontaina, en Jaén tendemos a hacer nuestras propias derivaciones de palabras añadiendo un “ico” o “aco” al final. En este caso, sonsolico es alguien simple, pero además de esas connotaciones negativas, tiene otra: que es que se hace el tonto o la tonta adrede para conseguir algo a su favor. “Mira el sonsolico, cómo ha acabado triunfando”.
Vística
“¡La vística!” es una expresión con la que se indica asombro o emoción. Equivale a decir “¡La virgen!”, también popular en Jaén, eso sí, con la jota bastante marcada, ya que, a diferencia del resto de Andalucía, en Jaén la jota suena fuerte y no aspirada como suele ocurrir en el resto de la región andaluza.
Zagal
De origen árabe y como herencia lingüística de Al-Ándalus, zagal significa chaval o niño. Un chavea, vaya. Normalmente no se pronuncia sonoramente la ele final y suena como ‘zagá’ o ‘zagale’, en plural. El término en femenino es “zagala”.
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