Patas de pollo, el plato de Jaén que no todo el mundo se atreve a probar

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Patas de pollo guisadas, una de las muchas recetas disponibles con este producto de despiece.

Jaén/Las patas de pollo han sido durante generaciones una insignia de la cocina tradicional de Jaén, un plato propio economía del aprovechamiento con un sabor de los que dejan recuerdo. Aunque para muchos puede parecer una elección inusual, este guiso se mantiene vivo en las costumbres culinarias de la provincia jienense.

Un plato de orígenes humildes

Este guiso de patas de pollo se hizo popular en las familias numerosas de antaño, donde con muy poco se lograba alimentar a varias personas. Su preparación destaca por la sencillez de los ingredientes y por su capacidad para aprovechar al máximo las partes del animal, un ejemplo claro de la cocina de aprovechamiento que caracteriza a la tradición culinaria española.

Ingredientes claves para un sabor inconfundible

La receta de laspatas de pollo en salsa incluye ingredientes básicos pero llenos de sabor:

Preparación

Con tres pasos básicos que te llevarán aproximadamente una hora de trabajo, tendrás las mejores patas de pollo en salsa.

Ventajas de comer patas de pollo

Las patas de pollo son un ingrediente económico y accesible, ideal para familias numerosas. Su uso también refleja una filosofía de cocina sostenible, aprovechando todas las partes del animal y reduciendo el desperdicio alimentario.

Además, destacan sus beneficios nutricionales. Ricas en colágeno, las patas de pollo son buenas para la piel y las articulaciones. Además, contienen minerales esenciales como calcio, magnesio y fósforo, contribuyendo a una dieta equilibrada.

La textura gelatinosa de las patas, cuando se cocinan correctamente, es un manjar que, junto con la salsa que acompaña al plato, potencia su sabor de forma que te terminarás todo el pan para mojar.

En suma, en Jaén, las patas de pollo son parte de la memoria colectiva, evocando recuerdos familiares y momentos compartidos en torno a la mesa, ya san guisadas, en caldos o fritas. Aunque no todos se atreven a probarlas, quienes lo hacen descubren un plato lleno de matices y tradición. Fuera estereotipos.

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