Este es el origen de la leyenda de Santa Catalina

El rey Fernando III el Santo mandó construir una capilla en su honor en el castillo

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En la romería se sube la imagen de la santa hasta el castillo que lleva su nombre.
En la romería se sube la imagen de la santa hasta el castillo que lleva su nombre. / Pasión en Jaén

Jaén/La festividad de Santa Catalina, patrona de Jaén, es una de las tradiciones más emblemáticas de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XIII, cuando la figura de esta santa se entrelazó con la historia de la Reconquista y la identidad jiennense. A través de los siglos, la devoción por Santa Catalina ha evolucionado hasta convertirse en un evento religioso, cultural y social que congrega a miles de personas cada año en fechas cercanas a su celebración en el santoral el 25 de noviembre.

La aparición de Santa Catalina

La leyenda de Santa Catalina surge durante el asedio de Jaén en 1246, liderado por el rey Fernando III el Santo. Según la tradición, durante una noche crucial del sitio, el monarca tuvo un sueño revelador: Santa Catalina se le apareció sosteniendo las llaves de la ciudad y le aseguró la victoria. Inspirado por esta visión divina, Fernando III intensificó sus esfuerzos, y al día siguiente, el rey musulmán Alhamar rindió la ciudad a los cristianos.

En señal de gratitud, Fernando III proclamó a Santa Catalina como patrona de Jaén y ordenó la construcción de una capilla en el castillo, que desde entonces lleva su nombre. Esta decisión marcó el inicio de una devoción profunda que dura hasta nuestros días.

Devoción y primeras cofradías

La veneración a Santa Catalina se consolidó rápidamente en Jaén. Durante el siglo XV se fundó la Cofradía de Santa Catalina en el Real Convento de Santa Catalina Mártir, ubicado en el castizo y céntrico barrio de la Magdalena. Esta hermandad, junto con otras cofradías locales, organizaba actos solemnes en honor a la santa, incluyendo misas, juegos medievales y desfiles ecuestres.

De la invasión francesa a la desamortización

La devoción a Santa Catalina enfrentó retos significativos a lo largo de los siglos. La invasión francesa de principios del siglo XIX y la Desamortización de Mendizábal, que afectó a numerosos bienes eclesiásticos en España, tuvieron un impacto considerable en las celebraciones religiosas y en la estructura de las cofradías.

Sin embargo, la tradición no se extinguió. En 1964, un grupo de devotos tomó la iniciativa de revitalizar la romería, devolviéndole su esplendor y adaptándola a los nuevos tiempos. Desde entonces, la festividad ha recuperado su fuerza como una de las citas más importantes del calendario de Jaén.

La romería y la festividad en la actualidad

Hoy en día, la romería de Santa Catalina se celebra en el domingo más cercano al 25 de noviembre. En este evento, cientos de jienenses participan en una procesión que asciende hasta el castillo de Santa Catalina desde el casco histórico, acompañando la imagen neobarroca de la santa, esculpida por José María Ponsoda.

Tras la ceremonia religiosa, la festividad continúa con un ambiente de convivencia y celebración. Las sardinas asadas son el plato estrella de esta jornada, junto con otras especialidades tradicionales como las migas y el arroz caldoso. 

La festividad de Santa Catalina es mucho más que un evento religioso. Representa un momento de conexión con las raíces históricas y culturales de Jaén. La romería y la posterior convivencia son una expresión de orgullo colectivo, en la que se mezclan tradición, gastronomía y espíritu comunitario.

Tanto para locales como visitantes, las vistas desde el castillo, la cálida hospitalidad de los jienenses y el sabor inconfundible de las sardinas asadas hacen de esta celebración una cita destacada en el calendario de otoño en la ciudad que no te debes perder. 

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