Un pueblo fantasma engullido por la presa: Cortijo de las Ánimas

TURISMO OSCURO

El pantano de El Tranco, donde tuvo lugar esta misteriosa leyenda.
El pantano de El Tranco, donde tuvo lugar esta misteriosa leyenda.

Jaén, tierra de misterios y leyendas, alberga un pueblo desaparecido bajo las aguas de un pantano en la Sierra de Las Villas: Cortijo de las Ánimas. Este antiguo enclave se encuentra inmerso en un escenario de belleza natural y secretos ocultos en lo más profundo de Jaén. Conoce la historia de este pueblo fantasma y la fascinante leyenda de José Requena Carmona, la cual perdura en el corazón de los serranos de Las Villas.

Cortijo de las Ánimas: un pueblo fantasma

Hoy en día, apenas quedan vestigios de lo que fue Cortijo de las Ánimas. Este pintoresco pueblo, como muchos otros, fue "tragado" por la presa construida en el pantano del Tranco, una obra de ingeniería que transformó el paisaje de la región para siempre. Pero entre sus calles y edificaciones desaparecidas, una leyenda sigue viva.

Cuenta la historia que en este lugar remoto de la Sierra de Las Villas, el misterio campaba a sus anchas. Historias de aparecidos y leyendas entre los pastores de la zona se tejían en las noches oscuras, y hasta el mismísimo diablo no faltaba a la cita en las conversaciones.

Sin embargo, una leyenda se erige como la más poderosa, aquella que nunca desaparecerá entre los serranos: la Leyenda de Requena o la Leyenda del Cortijo de las Ánimas.

La leyenda de José Requena Carmona: un encuentro aterrador

José Requena Carmona, un sencillo cabrero de la serranía, solía andar con su rebaño de cabras y su fiel perro Sultán en las zonas de pastoreo entre Los Campos y Vega de los Hornos. En estas tierras, las historias de aparecidos y misterios eran de muy comunes entre los moradores del lugar.

Un día, una tormenta atronadora sorprendió a Requena y su rebaño mientras se encontraban en el Cortijo de las Ánimas. Con valentía, decidió regresar a casa, pero unos balidos desesperados le alertaron: una cabra se había separado del rebaño y estaba perdida en esas tierras.

Consciente de su deber, José Requena decidió rescatar a la cabra y la introdujo en un saco que llevaba consigo. En el camino de regreso a casa, el saco parecía volverse cada vez más pesado, pero Requena atribuyó esto al cansancio y a la lluvia que calaba el saco.

Sin embargo, las historias sobre apariciones y misterios en la zona no tardaron en pasar por su mente. Con un escalofrío recorriéndole la espalda, decidió abrir el saco. Lo que encontró en su interior le heló la sangre: la cabra tenía los ojos rojos, y de ellos emanaba un fuego siniestro. Era el mismísimo Satanás en forma de cabra.

La diabólica criatura le preguntó a Requena: "¿Peso mucho, Requena?" Atormentado por el terror, José Requena arrojó el saco y huyó en busca de su fiel Sultán y el resto del rebaño. Tardó alrededor de dos días en regresar al pueblo, y el encuentro con Satanás en forma de cabra había dejado una marca indeleble en su cuerpo. Su pelo se volvió blanco y su piel, arrugada. Cuando llegó a casa y contó lo que había experimentado en esa noche de tormenta a sus familiares y a los pastores de la zona, José Requena murió. Pero no fue una muerte común; murió de miedo.

La historia de José Requena Carmona y el Cortijo de las Ánimas sigue viva en el corazón de los serranos de Las Villas. Aunque el pueblo haya desaparecido bajo las aguas del pantano, la leyenda persiste como un recordatorio de los misterios que alguna vez habitaron estas tierras.

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