¿Sabes por qué hay una estatua de Antonio Machado en este pueblo de Jaén?

El autor vivió en la ciudad tras la muerte de su querida esposa

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La estatua en homenaje a Machado que puede verse en la calle San Pablo.
La estatua en homenaje a Machado que puede verse en la calle San Pablo.

Baeza/Si has visitado Baeza en alguna ocasión, quizás te hayas topado con una escultura en homenaje a Antonio Machado justo a la entrada del Antiguo Casino. Más allá de rendir pleitesía a la obra de este insigne escritor y poeta de la generación del 98, hay un motivo claro por el que en la Ciudad Patrimonio de la Humanidad se le recuerda con especial cariño: su estancia allí como profesor de francés tras la pérdida de su amada Leonor.

Y así, sentado en un banco de la calle San Pablo, el poeta aparece absorto en la lectura de un libro. Esta estatua, obra del escultor Antonio Pérez Almahano, fue inaugurada en 2009, coincidiendo con el 70 aniversario de su fallecimiento.

La estatua recrea al escritor en un banco leyendo un libro.
La estatua recrea al escritor en un banco leyendo un libro.

Antonio Machado en Baeza: un refugio tras la tragedia

Antonio Machado llegó a Baeza en octubre de 1912, buscando un nuevo comienzo tras la muerte de su esposa, Leonor Izquierdo. El dolor de su luto era insondable, por lo que esta ciudad, hasta el momento desconocida para el profesor y literato, representaba un refugio donde mitigar su aflicción. Durante su estancia, impartía clases de Gramática Francesa en el Instituto General y Técnico, ubicado en la antigua Universidad de Baeza.

En la actualidad, su aula sigue siendo un espacio museístico que evoca la presencia del ilustre poeta y cuya visita está más que recomendada para comprender el momento vital que atravesaba Machado cuando vivió en Baeza, donde no todo fueron vítores para su persona, pues dicen las malas lenguas que, fruto de esa dejadez personal propia de la depresión, ya que siempre se le veía con aspecto desaliñado, algunos insensatos lo apodaron como “Manchado”, en un cruel juego de palabras con su apellido.

Un legado literario inspirado en los paisajes de Jaén

Lejos de lo que mucha gente piensa, los años que Machado pasó en Baeza fueron de intensa producción literaria. La serenidad del entorno y su melancolía se reflejan en obras tan insignes como ‘Campos de Castilla’, donde retrata los paisajes andaluces y la dureza de la vida rural.

Machado también participó en la vida intelectual de la ciudad, asistiendo a tertulias en la rebotica de Don Adolfo Almazán y el Nuevo Casino. En estos encuentros, compartió ideas con otros intelectuales y fortaleció su pensamiento crítico sobre la realidad social y política de la época.

La escultura de la calle San Pablo: un símbolo de memoria

La ubicación de la estatua de Machado en la calle San Pablo no es casual. En esta vía se encontraba el desaparecido Hotel Comercio, donde el poeta residió durante sus primeros años en Baeza. Desde el balcón de su habitación contemplaba Sierra Mágina, un paisaje que quedó grabado en su imaginario poético.

El monumento invita a los visitantes a reflexionar sobre la importancia de su legado histórico y literario, ejemplo de cómo la creación literaria puede ayudar a superar momentos tan trágicos como el de la muerte de un ser querido. Sentarse junto a Machado en el banco es, de alguna manera, compartir su visión del mundo y adentrarse en su universo literario, además de una bonita forma de registrar un recuerdo de tu visita a la ciudad baezana.

Otros homenajes a Machado en Baeza

La estatua de la calle San Pablo no es el único monumento dedicado a Machado en la ciudad. En el paseo de las Murallas se encuentra un busto del poeta realizado por el escultor Pablo Serrano. Este homenaje, enmarcado dentro de una estructura de piedra, fue inaugurado en 1983 y es otro punto de referencia dentro de la ruta machadiana de Baeza.

El legado de su obra ha hecho que, a día de hoy, Baeza es un lugar de peregrinación para los amantes de la literatura. La ciudad ofrece rutas guiadas que recorren los escenarios machadianos con el objetivo de que los visitantes puedan seguir los pasos del poeta.

Desde el Instituto Santísima Trinidad hasta la plaza de Santa María y la Catedral, cada rincón de Baeza respira el eco de sus versos. La presencia de su estatua en la calle San Pablo es un recordatorio perenne del vínculo indisoluble entre Machado y esta ciudad jienense.

Y si además de estas paradas recomendadas para conocer la historia de Machado en Baeza quieres hacer una ruta un poco más larga, puedes aprovechar el itinerario creado exprofeso por la iniciativa ‘Rutas Literarias de Jaén’ que recorren, monumento a monumento, los lugares más significativos por los que pasó el escritor sevillano.

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