Sabores de verano: cuenta atrás para la primera gran espetada en el Gran Eje

El sábado 15 junio el Gran Eje de Jaén se convertirá en la playa más frecuentada de la Costa del Sol con la celebración de la primera Gran Espetada. El auténtico espeto malagueño llega a la ciudad del Santo Reino para traer olores y sabores propios del verano. Todo ello, preparado por los espeteros ganadores del Concurso de Espetos 2023 Costa del Sol, que se celebra en Torremolinos.

La cita con la mesa malagueña en Jaén será a partir de las 12:30 horas, la hora perfecta para la primera cerveza, frente a la sede central de la Universidad Popular Municipal de Jaén. Para cuadrar el plan, además de los deliciosos espetos, también habrá otro plato de carne ensartada propio de la costa malagueña: efectivamente, los sabrosos pinchitos morunos.

Origen de los espetos

Este emblema de la gastronomía del sur tiene sus raíces en el siglo XIX. En esa época, la provincia de Málaga dependía en gran medida de la pesca, y las sardinas eran un alimento básico para las familias de escasos recursos debido a su bajo costo. Con el desarrollo del transporte, Málaga se transformó en un destino turístico, y fue entonces cuando Miguel Martínez Soler revolucionó la cocina local. Conocido como ‘Migué el de las sardinas’, abrió su bar ‘La gran parada’ en 1883 y comenzó a ensartar las sardinas en cañas y asarlas en la arena junto al fuego.

Este establecimiento atrajo a una gran cantidad de visitantes y, en 1885, recibió una visita especial del rey Alfonso XII. El monarca se encontraba en Málaga tras una visita oficial a la comarca de la Axarquía luego de un grave terremoto. Miguel Martínez le sirvió un plato de espetos al rey, quien intentó comerlo con cubiertos, pero fue interrumpido por Miguel, quien le indicó que debía comerse "con los dedos". Miguel Martínez Soler se consolidó así como el padre de los ‘espeteros’, una profesión que se ha transmitido de generación en generación.

Sardinas en Jaén

La tradición de comer sardinas en Jaén va mucho más allá de las escapadas veraniegas a la costa que podamos hacer los que aquí vivimos. De hecho, y contra el dicho que dice que los meses con la letra "erre" no son los idóneos para tomar sardinas, aquí le echamos valor para comerlas en noviembre, ese mes de invierno que con su erre incluida es en el que celebramos Santa Catalina, la patrona de la ciudad, con romería incluida de subida al castillo que lleva su nombre para degustar allí las consabidas sardinas asadas.