Día mundial del turismo: trío de pueblos pequeños y con encanto de Jaén

Olvida las grandes aglomeraciones de turistas con estas tres propuestas

Ruta por tres municipios de Jaén que tienen el arte urbano como bandera

Las calles de Iznatoraf son un auténtico jardín al aire libre.

Jaén/En el Día Mundial del Turismo, que se celebra cada año el 27 de septiembre, te proponemos una vuelta de tuerca al concepto de ciudades visitables. Aparcamos las más conocidas de la provincia a un lado, véase Úbeda, Baeza o Cazorla, para descubrirte tres pueblos pequeños jienenses que bien merecen una visita por sus vistas, monumentos o gastronomía.

Iznatoraf

Conocido también como "Torafe", Iznatoraf es uno de los pueblos más pintorescos de Jaén y, sin duda, uno de los más sorprendentes para el viajero. Situado al nordeste de la comarca de Las Villas y asentado a una altitud de 1.036 metros, Iznatoraf se erige como un auténtico mirador sobre los vastos campos de olivar que caracterizan a la provincia. Desde este punto es posible divisar gran parte del paisaje jienense, con la Sierra de Las Villas como telón de fondo, ofreciendo una vista espectacular.

Su trazado urbano conserva el encanto de tiempos pasados, con calles estrechas, sinuosas y encaladas que se enmarcan dentro de un recinto amurallado de origen árabe. Este núcleo histórico es un reflejo del crisol de culturas que han dejado su huella en la localidad desde la época árabe y judía hasta la cristiana. Entre sus monumentos destacan la Iglesia de la Asunción, los restos de la muralla medieval y la Ermita del Cristo de la Veracruz.

El casco antiguo de Iznatoraf fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 2012, un reconocimiento que premia la conservación de su patrimonio. Además, desde 2020, cuenta con la distinción de Flor de Andalucía, con la categoría de cuatro flores, otorgada por la asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza. Iznatoraf también forma parte de la red de Pueblos Mágicos de España, siendo el único de la provincia de Jaén en este selecto grupo.

Arbuniel

Arbuniel es una pequeña pedanía perteneciente al municipio de Cambil, situada en el macizo montañoso de Sierra Mágina, al sur de la provincia de Jaén. Su historia se remonta al período del Neolítico, como atestiguan los restos arqueológicos hallados cerca del nacimiento del río Arbuniel. Este lugar, conocido como El Nacimiento del Agua, es uno de los más emblemáticos de la comarca, con un paisaje único.

Durante la época árabe, Arbuniel alcanzó su esplendor y pasó a llamarse Al-Buniyul, gracias al descubrimiento de las aguas termales que brotan del río. Esta localidad ha sabido conservar su autenticidad, con un núcleo urbano que se asienta en un valle rodeado de montañas y regado por el río Arbuniel, cuyas aguas canalizadas en acequias han dado vida a las tierras del municipio durante siglos.

Las aguas del río Arbuniel, ricas en cal, albergan una gran diversidad de vida, incluyendo truchas y cangrejos de río, que son todo un reclamo para los amantes de la pesca. Además, su entorno natural, con rocas carbonatadas y calizas, le ha valido el sobrenombre de "los toscares". Estas características geológicas se reflejan también en la arquitectura del lugar, donde las piedras locales son protagonistas en la construcción tradicional.

A pesar de ser un rincón poco conocido, Arbuniel ofrece al visitante una experiencia auténtica y tranquila, ideal para desconectar y disfrutar del contacto directo con la naturaleza. Su cercanía a la ciudad de Granada lo convierte en una parada perfecta para quienes buscan combinar turismo rural y cultural.

Baños de la Encina

Aunque con seguridad es el más conocido de los tres pueblos propuestos, siempre merece una visita, incluso si ya has estado. Baños de la Encina, situado al noroeste de Jaén, en plena Sierra Morena, es un destino imprescindible para los amantes de la historia y la naturaleza. Su término municipal se extiende en parte por el Parque Natural Sierra de Andújar, ofreciendo un entorno natural de gran valor ecológico y paisajístico. El embalse del Rumblar y las dehesas donde pastan reses bravas son solo algunos de los escenarios que fascinan a quienes se acercan a conocer este lugar.

El Castillo de Burgalimar, uno de los más antiguos de Europa, es el emblema de Baños de la Encina. Construido en el siglo X por los musulmanes y posteriormente conquistado por los cristianos, conserva su recinto amurallado casi intacto, transportando al visitante a otra época. Junto a este monumento, el núcleo urbano, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1969, alberga tesoros arquitectónicos como la iglesia parroquial de San Mateo, de estilo gótico, la ermita de Jesús del Llano, de siglo XVII, y la Casa Consistorial, construida en el siglo XV.

Baños de la Encina ofrece además una interesante ruta por El Centenillo, una antigua pedanía minera que conserva vestigios de su pasado industrial. Pasear por sus calles es recorrer la historia de una comunidad que vivió su apogeo gracias a la extracción de minerales hasta la segunda mitad del siglo XX. Su patrimonio histórico y la belleza de sus paisajes convierten a esta localidad en un destino ideal para quienes desean conocer rincones cargados de historia y disfrutar de la tranquilidad de su entorno natural.

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