Día del Enoturismo: ruta por la provincia para probar los vinos con Indicación Geográfica Protegida

Jaén/Cada segundo domingo de noviembre se celebra una festividad marcada en rojo en el calendario de los amantes del vino: el Día Mundial del Enoturismo. Esta fecha, que este año cae el 13 de noviembre, tiene como objetivo difundir la rica cultura del vino y su importancia en regiones vinícolas de todo el mundo. Creada en 2009 por la Red Europea de Ciudades del Vino (RECEVIN), esta celebración ha ayudado a promover el enoturismo y a resaltar el valor cultural y económico que las zonas vitivinícolas aportan a sus respectivas regiones.

En la provincia de Jaén, conocida principalmente por su aceite de oliva, el enoturismo también está cobrando fuerza, en especial gracias a las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) que aseguran la autenticidad y calidad de sus vinos, como la IGP Sierra Sur y la IGP Tierra de Torreperogil.

¿Qué es el Enoturismo?

El enoturismo, o turismo enológico, es una modalidad de turismo que gira en torno a las áreas productoras de vino. Este tipo de turismo ofrece la posibilidad de degustar vinos locales, así como conocer la historia, las tradiciones y la cultura de cada región vinícola. Además, el enoturismo va de la mano con el turismo gastronómico y cultural, integrando visitas a bodegas, recorridos por viñedos y catas.

IGP Sierra Sur de Jaén

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Sierra Sur de Jaén es una de las más representativas de la provincia. Esta zona vinícola incluye municipios como Alcalá la Real, Castillo de Locubín, Frailes, Fuensanta de Martos, Los Villares y Valdepeñas de Jaén, así como áreas montañosas de Alcaudete y Martos. Estos lugares, con su clima particular y suelo de montaña, permiten la producción de vinos de gran calidad, caracterizados por una historia de siglos.

Alcalá la Real, en particular, destaca como el núcleo de esta tradición. Durante el siglo XVI, esta localidad prosperó en el comercio del vino gracias a la calidad de sus caldos y a los privilegios otorgados por el rey Carlos I. De hecho, en 2003 se le concedió a esta zona la distinción de Vino de la Tierra, reconociendo su valor histórico y su particularidad como región vinícola.

La IGP Sierra Sur de Jaén cuenta con una rica variedad de uvas que permiten la elaboración de diferentes tipos de vino. En cuanto a las uvas tintas, se cultivan variedades como la garnacha tinta, tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, syrah y pinot noir. En uvas blancas, destacan la Jaén Blanco, también conocida como Baladí Verdejo, y la chardonnay.

Entre las bodegas más importantes de esta IGP, encontramos la Bodega Marcelino Serrano y Bodegas Campoameno. Ambas han ganado renombre no solo por su calidad, sino también por su compromiso con la tradición y el enoturismo en la región. Estas bodegas ofrecen visitas guiadas y catas que permiten a los visitantes conocer de cerca el proceso de producción de sus vinos y disfrutar de los sabores únicos de la Sierra Sur de Jaén.

IGP Tierra de Torreperogil

La IGP Tierra de Torreperogil es otra región vinícola con un legado histórico importante. Esta zona, reconocida oficialmente en 2006, incluye los municipios de Úbeda, Sabiote, Rus, Cabra de Santo Cristo, Canena y Torreperogil. Desde tiempos de la conquista árabe, esta área ha mantenido su tradición vitivinícola, a pesar de las adversidades. Incluso durante la dominación islámica, cuando la religión prohibía el consumo de alcohol, se sabe que tanto árabes como cristianos locales continuaron venerando a San Ginés de la Jara, patrón de los viticultores.

La historia del viñedo en Torreperogil ha estado marcada también por dificultades, especialmente a causa de la plaga de la filoxera que casi arrasó con todos los viñedos de la zona. Sin embargo, el área se recuperó y, aunque el viñedo es limitado en extensión, produce vinos de calidad y carácter único, que reflejan la fuerza de la tradición vitivinícola en esta zona.

En la IGP Tierra de Torreperogil se encuentran variedades de uva tanto tintas como blancas. Las tintas incluyen garnacha tinta, tempranillo, cabernet sauvignon y syrah, mientras que las blancas están representadas por la baladí verdejo (también conocida como Jaén Blanco) y Pedro Ximénez. Los vinos de esta IGP son apreciados por su autenticidad y su carácter distintivo, fruto de un entorno vitícola pequeño pero resiliente.