Descubre el refugio antiaéreo de Arjonilla y la historia de su bombardeo en 1938

Arjonilla/El municipio de Arjonilla es un lugar cargado de historia, donde cada rincón parece contar un relato del pasado. Entre los vestigios más impactantes de su historia reciente se encuentran los refugios antiaéreos construidos durante la Guerra Civil Española. Hoy, te invitamos a descubrir uno de los más emblemáticos: el refugio antiaéreo de la Glorieta Ángel Hernández, un espacio subterráneo que, más allá de su importancia histórica, es un símbolo de la resistencia y supervivencia de los arjonilleros ante los bombardeos que sacudieron la localidad en 1938 y que se cobraron hasta ocho víctimas inocentes.

En esta visita, conocerás la historia detrás de su construcción, las vivencias que marcaron la vida de quienes buscaron refugio en su interior y el contexto bélico que llevó a la creación de esta impresionante estructura. 

Los refugios antiaéreos de Arjonilla

Arjonilla, un pueblo situado en la campiña jienense, conserva varios testimonios históricos que abarcan desde la cultura ibera hasta los trágicos eventos de la Guerra Civil Española. Este último conflicto bélico dejó una profunda huella en la localidad, especialmente en la forma de seis refugios antiaéreos. De estos, dos han sido recuperados para su visita: el refugio de la Plaza de la Encarnación, que fue inaugurado en julio de 2009, y el refugio de la Glorieta Ángel Hernández, abierto al público en febrero de 2023.

La construcción de estos refugios se remonta a finales de 1936, cuando Arjonilla se situó en la línea de frente tras la caída de los pueblos vecinos, Lopera y Porcuna, en manos del bando sublevado. Desde ese momento, la aviación insurrecta bombardeó la zona con frecuencia, obligando a las autoridades republicanas a construir refugios subterráneos para proteger a la población civil.

El refugio de la Glorieta Ángel Hernández

El refugio de la Glorieta Ángel Hernández es una obra de ingeniería bélica que se construyó utilizando cemento, hierro, madera y arena, materiales seleccionados por su resistencia y capacidad para soportar los ataques aéreos. Esta estructura subterránea cuenta con una galería abovedada continua de 56,70 metros de longitud y 1,99 metros de altura, lo que permitía albergar a un considerable número de personas durante los bombardeos. El acceso se realiza a través de unas escaleras de 16,80 metros de largo que te conducen al corazón del refugio.

El diseño de la galería en recodo no era casual: la forma curvada de los túneles ayudaba a minimizar el impacto directo de las explosiones y las ondas expansivas. Dentro de esta estructura, los habitantes de Arjonilla encontraban un espacio de seguridad y, en muchos casos, la única esperanza de supervivencia ante los intensos ataques aéreos que asolaron la localidad en la Guerra Civil.

Arjonilla: en la línea del frente

Antes de 1936, la vida en Arjonilla transcurría en relativa calma, pero todo cambió en diciembre de ese año. Tras la caída de Lopera y Porcuna en manos de las tropas sublevadas, Arjonilla quedó en la línea del frente. Desde entonces, el pueblo se vio expuesto a bombardeos constantes por parte de la aviación del bando franquista.

Las primeras bombas cayeron sobre el pueblo el 5 de febrero de 1937, y a partir de ese momento, la vida en Arjonilla se convirtió en una lucha diaria por la supervivencia. Entre las fechas más trágicas de los bombardeos, destacan el 27 de mayo, el 5 y 17 de junio de 1937, y especialmente el 31 de octubre de 1938, cuando un ataque aéreo en la calle Hornos se cobró la vida de ocho personas. 

La vida dentro del refugio

El refugio antiaéreo de la Glorieta Ángel Hernández fue un lugar crucial para los habitantes de Arjonilla durante los bombardeos. Cuando las sirenas antiaéreas resonaban en el pueblo, los ciudadanos corrían hacia estos espacios subterráneos buscando protección. En el interior, se vivían momentos de gran tensión y miedo, mientras esperaban en la penumbra que las explosiones cesaran y pudieran regresar a la superficie.

El refugio estaba diseñado para albergar a decenas de personas, quienes permanecían en silencio absoluto para evitar alertar a los aviones enemigos. La experiencia de estar bajo tierra, rodeados de las frías paredes de cemento, era angustiante, pero al mismo tiempo, ofrecía una sensación de seguridad que contrastaba con el caos y la destrucción que se vivía en la superficie.

Visita al refugio antiaéreo

Hoy en día, el refugio de la Glorieta Ángel Hernández está abierto al público, ofreciendo una experiencia única para quienes deseen conocer de cerca la historia de Arjonilla durante la Guerra Civil. La entrada al refugio es gratuita, y las visitas tienen una duración aproximada de 20 minutos. El espacio cuenta con un aforo máximo de 60 personas, y el acceso se realiza a través de unas escaleras subterráneas que conducen al interior del refugio.

Además, el recorrido incluye la proyección de un audiovisual de tres minutos que relata los acontecimientos históricos de la época, complementado con paneles informativos distribuidos por las galerías del refugio.

El refugio antiaéreo de Arjonilla también ofrece una experiencia interactiva gracias a la aplicación de geoposicionamiento AR Arjonilla. Descargando una app gratuita en tu móvil o tablet, podrás acceder a información adicional sobre el refugio a través de vídeos, audioguías y textos explicativos que enriquecerán tu visita.

Es importante tener en cuenta que el acceso al refugio puede no ser recomendable para personas con problemas de movilidad, afecciones cardíacas o respiratorias, así como para aquellos que sufran de claustrofobia. El refugio cuenta con un total de 25 escalones, lo que requiere cierto esfuerzo físico para entrar y salir.

El refugio antiaéreo de la Glorieta Ángel Hernández está abierto al público los viernes de 19:00 a 21:00 horas y los sábados de 11:00 a 13:00 horas. Cabe destacar que el refugio no es visitable en días de fuertes lluvias debido a las condiciones del terreno.