Descubre la cisterna romana 'La Calderona' de Porcuna: un viaje lleno de historia
Estos restos forman parte del yacimiento de Obulco
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Porcuna/La Cisterna de La Calderona, ubicada Porcuna, es uno de los referentes en la provincia de la arquitectura romana que ha logrado sobrevivir más de dos milenios. Declarada Bien de Interés Cultural en 2014, esta monumental estructura subterránea fue originalmente construida en la antigua ciudad romana de Obulco. Su restauración y apertura al público han permitido a los visitantes conocer el pasado, redescubriendo su importancia histórica y arquitectónica.
Una obra de ingeniería romana
La cisterna de La Calderona es un gigantesco depósito de agua que data de la época romana. Ubicada bajo tierra, fue diseñada para almacenar agua y abastecer a la ciudad de Obulco, un municipium romano de gran importancia en la provincia de Hispania. Esta infraestructura, presumiblemente relacionada con un complejo termal, se utilizaba para recoger aguas pluviales mediante varios caños y tres pozos de captación.
El diseño de la cisterna es impresionante: está formada por muros y pilares de sillares ciclópeos, una técnica de construcción característica de la ingeniería romana. Estos pilares, unidos por grandes losas de calcarenita local, soportaban la cubierta de la cisterna, creando una estructura robusta y duradera. Este método constructivo ha permitido que la cisterna se mantenga en un excepcional estado de conservación, siendo hoy en día uno de los ejemplos más singulares de infraestructuras hidráulicas romanas en la península ibérica.
Un hallazgo accidental
Uno de los aspectos más curiosos de la historia de la cisterna es su redescubrimiento accidental durante la Guerra Civil española (1936-1939). En aquel entonces, los habitantes de Porcuna utilizaron la cisterna como refugio antiaéreo para protegerse de los bombardeos. Fue durante este tiempo cuando, al descender al subsuelo, algunos vecinos se dieron cuenta de que los pozos que tenían en sus casas formaban parte de una estructura más amplia y compleja.
Este hallazgo fortuito despertó el interés de arqueólogos y expertos, quienes empezaron a investigar la cisterna con mayor detalle. Así, se fue revelando la magnitud de la obra romana oculta bajo el suelo de Porcuna, comenzando un largo proceso de restauración que culminó en su apertura al público.
El proceso de restauración
La restauración de la cisterna de La Calderona ha sido un proyecto complejo y minucioso. Para permitir el acceso al público, fue necesario levantar un edificio de nueva planta que sirviera como centro de recepción de visitantes y al mismo tiempo integrara una rampa helicoidal de bajada.
Esta rampa, que se extiende a lo largo de 100 metros, permite a los visitantes descender hasta la cota del depósito sin tocar los restos arqueológicos. La estructura se diseñó con el propósito de crear un diálogo armónico entre la arquitectura moderna y la romana. El espacio claro y diáfano por el que transitan los visitantes contrasta con el ambiente oscuro y oculto de la cisterna, estableciendo un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo.
Además, para facilitar el acceso desde la calle de San Marcos, se construyó un puente que atraviesa la vía, así como un túnel que pasa por debajo de las viviendas contemporáneas situadas sobre el conjunto arqueológico. Estas soluciones arquitectónicas preservan la integridad del yacimiento, al tiempo que también mejoran la experiencia del visitante.
El barrio romano de Obulco
La restauración de la cisterna ha permitido la excavación de una extensa zona del antiguo barrio romano de Obulco. En esta área, de aproximadamente 500 metros cuadrados, se han descubierto importantes vestigios que aportan valiosa información sobre la vida cotidiana en la ciudad romana.
Entre los hallazgos destacan varias domus o casas organizadas en torno a patios, una de ellas identificada como una panadería (pistrinum) con un horno de pan. También se han encontrado una taberna, una tienda y un laniarium (matadero o carnicería). Estos descubrimientos permiten reconstruir la actividad artesanal y comercial que tuvo lugar en esta zona de Obulco, que funcionó desde el siglo I a.C. hasta el siglo VII d.C.
Es particularmente interesante el sistema hidráulico privado que poseían estas viviendas, con pozos independientes no conectados directamente con la cisterna. Esto refleja la avanzada organización urbana de Obulco y su capacidad para gestionar los recursos hídricos de manera eficiente.
La Cisterna de La Calderona es solo una parte del inmenso legado arqueológico de Porcuna. Las excavaciones realizadas hasta el momento han revelado solo una pequeña fracción del total, lo que indica el potencial que aún queda por explorar. El proyecto de recuperación de este barrio romano es parte de una iniciativa a largo plazo que tiene como objetivo continuar investigando y poniendo en valor los restos de la antigua Obulco.
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