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Comer y beber en la Feria de San Lucas: lo más típico que te recomendamos probar
El vino de cariñena es la bebida estrella de estas fiestas en Jaén
Cómo llegar y dónde aparcar en la Feria de San Lucas de Jaén 2024
Jaén/La Feria de San Lucas llena la ciudad durante 10 días con vida, música y tradición. Sin embargo, una parte esencial es la gastronomía. Tanto en el recinto ferial como en la 'Feria de Día' en el centro de la ciudad, puedes disfrutar de una gran variedad de platos y bebidas típicas que nunca pasan de moda.
Comida de feria
La comida de feria tiene un sabor especial, sobre todo en la Feria de San Lucas, donde la gastronomía local brilla con luz propia. Algunos de los platos más tradicionales y deliciosos que no te puedes perder son las migas jaeneras, el arroz en diferentes versiones, el jamón y el queso, los flamenquines y, por supuesto, los churros con chocolate.
Migas jaeneras con sus avíos
Uno de los platos más emblemáticos de la feria en particular, pero de Jaén en general, son las migas jaeneras. Este sencillo pero delicioso plato se prepara con pan, aceite de oliva y ajo, y se sirve acompañado de una variedad de “avíos” como embutidos, encurtidos y, en ocasiones, frutas frescas como las uvas. En muchos lugares, las migas se consideran un plato humilde, pero en la Feria de San Lucas se elevan a la categoría de manjar que no puede faltar en tu menú.
El arroz, un clásico versátil
El arroz es otro de los protagonistas indiscutibles de la feria. Se puede encontrar en varias versiones: con mariscos, con carne o en su versión más sencilla, pero siempre cargado de sabor. Es un plato que se adapta a todos los gustos y que puedes disfrutar tanto en las casetas de comidas como en los restaurantes del centro de Jaén durante la Feria de Día. Una de las mejores opciones si lo reservas para una comida en grupo en el ferial o en el casco histórico de la ciudad.
Jamón y queso: el maridaje perfecto
Ninguna feria andaluza estaría completa sin una buena tabla de jamón y queso. En la Feria de San Lucas, el jamón cortado a mano y servido en generosas porciones es un auténtico placer. Acompañado de un buen queso curado, ambos son el complemento perfecto para disfrutar con una copa de vino o una cerveza bien fría.
Flamenquines: una delicia crujiente
Otro plato que no puede faltar es el flamenquín. Esta delicia frita, compuesta por jamón, queso y carne, es perfecta para aquellos que buscan algo sabroso y crujiente. Aunque el origen del flamenquín está disputado entre Córdoba y Jaén, en la Feria de San Lucas lo encontrarás en su mejor versión. El contraste entre el interior suave y el exterior crujiente lo convierte en un bocado irresistible, también idóneo para compartir.
Churros con chocolate
Para los más golosos, los churros con chocolate son un imprescindible en la feria. Aunque los churros se sirven tradicionalmente calientes, en la Feria de San Lucas tienen una particularidad: se suelen servir fríos, una sorpresa para quienes no están acostumbrados. Sin embargo, el sabor sigue siendo inigualable, y ahora incluso se pueden encontrar variedades rellenas de chocolate, crema o sabores más innovadores como el kínder. Acompañados de una taza de chocolate caliente, son el broche perfecto para recargar fuerzas en una jornada festiva.
Dulces típicos de feria
Además de los churros, la Feria de San Lucas ofrece una amplia gama de dulces típicos que hacen las delicias de pequeños y mayores. Turrones, garrapiñadas, altramuces, algodones de azúcar y manzanas caramelizadas son solo algunos de los dulces que podrás encontrar en los puestos del recinto ferial.
El vino: la clave de la fiesta en el recinto ferial
Si hay una bebida que destaca en la Feria de San Lucas, esa es el vino. En especial, el vino dulce de Cariñena, que se ha convertido en una auténtica tradición durante las celebraciones. Este vino, originario de Aragón, ha conquistado los corazones (y los paladares) de los visitantes de la feria.
El vino de Cariñena es un vino tinto robusto, elaborado a partir de la uva de la misma variedad. Su sabor dulce y su color intenso lo convierten en una opción perfecta para echar unas rondas en la feria. Es tan popular que, a lo largo del recinto ferial, encontrarás numerosos puestos donde puedes probarlo.
Una de las peculiaridades de este vino es que suele servirse en pequeños vasos, acompañados de un barquillo. Los visitantes pueden beber el vino usando el barquillo como una pajita, o mojarlo en el vino para disfrutar de una combinación de sabores que querrás repetir.
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