Visita la histórica Casería de Jesús entre olivos

OCIO JAÉN

Vista aérea de la Casería de Jesús en Jaén.
Vista aérea de la Casería de Jesús en Jaén.

El próximo viernes 8 de septiembre tienes la oportunidad de descubrir la gran historia detrás de las piedras y muros que componen uno de los sitios más mágicos y desconocidos de Jaén: la Casería de Jesús. En horario de tarde noche y con un precio de diez euros por persona, los visitantes conocerán el legado arquitectónico y patrimonial de este espacio que fue clave para la economía jiennense al ser un antiguo molino de aceite, labor que mantiene la familia actual con su producción del oro líquido bajo el mismo nombre. Las inscripciones están disponibles a través de sus perfiles en redes sociales y del correo electrónico info@caseriadejesus.es.

Cartel de la visita guiada a la Casería de Jesús.
Cartel de la visita guiada a la Casería de Jesús.

La Casería de Jesús forma parte de un conjunto de edificaciones típicas del olivar jiennense que se extienden por el término municipal de Jaén. Como señalan Luis Berges Roldán y Manuel López Pérez en su libro "Caserías de Jaén. Arquitectura del Olivar", estas caserías eran casas de labor utilizadas como residencia permanente de los caseros y, en ocasiones, de los trabajadores agrícolas encargados de las tareas en el olivar. También servían como lugar de descanso para las cuadrillas de aceituneros y molineros durante la recolección y molienda de la aceituna.

Un sitio con historia

Entre los mares de olivos y a pocos kilómetros de la capital, la Casería de Jesús de Jaén cuenta con una rica historia que se remonta al siglo XVIII, cuando esta impresionante propiedad era propiedad de María Leonarda de Lamas, quien generosamente la legó a los Carmelitas Descalzos en su testamento. Una evidencia tangible de esta donación perdura en una de las puertas de la edificación, donde se encuentra tallado en madera el escudo de esta congregación religiosa.

Durante el siglo XIX, la finca vivió una época de esplendor como una extensa propiedad que incluía un molino de aceite y aproximadamente dos mil olivos. En sus años de mayor cosecha, la finca producía hasta 350 arrobas de aceite, lo que testimonia su importancia en la industria del aceite de oliva. En esta época, la Casería pasó a ser propiedad de Joaquina Montoro, miembro de una familia acaudalada que la gestionó hasta finales de siglo. Sin embargo, tuvieron que enfrentarse a la ardua tarea de reconstruir el molino después de que una tormenta causara daños de gravedad.

En 1897, la Casería cambió de manos nuevamente, esta vez en posesión de Mateo Candalija, quien la mantuvo hasta principios del siglo XX. Bajo su custodia, la propiedad estaba sujeta a la obligación impuesta por su predecesor de celebrar "una fiesta con jubileo a la Sagrada imagen de Jesús Nazareno y un día de novena a la Virgen del Carmen".

Con el paso de los años, la Casería fue adquirida por Cristóbal Almazán Gómez en 1960, marcando el inicio de una nueva era en la historia de la finca. Cristóbal y su esposa, Adoración Ortega Pareja, se hicieron cargo de la administración de la Casería de Jesús y se dedicaron con pasión a la labranza de la finca de olivos. Para Cristóbal, esta adquisición cumplió un sueño personal, ya que los antiguos propietarios habían dado refugio a su padre y sus siete hermanos durante una crecida del río.

En la actualidad, son los hijos y nietos de Cristóbal Almazán Gómez quienes continúan el legado de cuidado y dedicación a la Casería de Jesús. Estos descendientes, los actuales propietarios de la finca, están decididos a preservar y poner en valor este patrimonio que sus padres y abuelos han mantenido con tanto esmero.

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