El Jaén romano pervive en el yacimiento de la Villa Romana de Bruñel en Quesada
En el yacimiento arqueológico se ha hallado una necrópolis ibérica del siglo IV a.C.
Ruta 'Viaje al tiempo de los íberos' por la provincia de Jaén
Quesada/El yacimiento arqueológico de la Villa Romana de Bruñel, situado en la localidad de Quesada, es una visita recomendada para conocer el pasado romano de la zona. Este enclave preserva vestigios de la vida aristocrática romana y elementos de épocas previas, como la necrópolis ibérica del siglo IV a.C. Este hallazgo evidencia la continuidad de la ocupación humana en el lugar a lo largo de los siglos.
La villa de Bruñel representa el modelo característico de villa romana que comenzó a proliferar en la península durante el Bajo Imperio. Aunque originalmente diseñadas como residencias de recreo en el Alto Imperio, muchas de estas villas se convirtieron en hogares permanentes durante la crisis del siglo III, cuando los grandes terratenientes abandonaron las ciudades para refugiarse en sus propiedades rurales. Esto provocó una transformación de estos espacios, que adoptaron un estilo de vida más autosuficiente y refinado, como queda patente en los restos de muros y lujosos mosaicos geométricos que han sobrevivido hasta nuestros días.
Los mosaicos son, sin duda, uno de los principales atractivos de la Villa de Bruñel. Estas obras, de intrincados patrones geométricos, decoraban las estancias principales de la villa, como el atrium, el corazón de la vida familiar y social. La calidad dan testimonio del elevado estatus de sus habitantes, aunque se desconoce quiénes eran los artesanos que, tesela a tesela, dieron vida a estas imágenes llenas de simbolismo y significado.
Más allá de la zona palaciega, la villa albergaba distintas dependencias funcionales que garantizaban la autosuficiencia de sus moradores. Establos, forjas, alfares y otras instalaciones permitían a esta comunidad rural subsistir sin necesidad de depender de los recursos urbanos en una época en que las ciudades perdían su esplendor, y sus habitantes se veían forzados a resguardarse tras murallas para protegerse