La Fortaleza de la Mota advierte ya al viajero de que se acerca a uno de los sistemas defensivos más complejos de Al-Ándalus.

La Fortaleza de la Mota: vestigios de una ciudad fortificada

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Alcalá la Real, tierra de frontera, fue durante 150 años límite entre los Reinos de Castilla y de Granada

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1/10 La Fortaleza de la Mota advierte ya al viajero de que se acerca a uno de los sistemas defensivos más complejos de Al-Ándalus.

La Fortaleza de la Mota: vestigios de una ciudad fortificada

2/10 Alcalá significa población fortificada y se lo dio Alfonso XI tras conquistarla en 1341.

3/10 Este enclave marcó, durante más de 150 años, la frontera entre los Reinos de Castilla y de Granada.

4/10 Alcalá la Real fue un enclave apreciado al ser lugar de paso obligado de las vías que, desde la costa, se dirigían hacia el interior de la Península.

5/10 Alcalá reproduce el esquema general de la ciudad islámica, en tres conjuntos fortificados: la medina, el alcázar y el arrabal.

6/10 Con la conquista de Granada, las necesidades defensivas fueron decreciendo y la población trasladándose hacia las zonas más bajas.

7/10 El recorrido por el antiguo recinto medieval desemboca en la cumbre del cerro donde se enclavan el Alcázar y la Iglesia Abacial, símbolos de la ciudad.

8/10 Mientras La Mota se iba despoblando con el paso de los siglos, la Iglesia Mayor Abacial fue el único edificio que siguió en funcionamiento hasta la llegada de las tropas francesas en 1810.

9/10 Fue el punto de partida de un proceso de abandono y deterioro, en el que fue utilizada como cementerio e, incluso, llegó a ser demolida en parte por orden municipal.

10/10 Actualmente, la musealización de este enclave monumental hace que el visitante conozca los orígenes y el desarrollo de la icónica fortaleza alcalaína.