Tribuna Económica
Carmen Pérez
“I n Gold We Trust”
Joyas y Chatarras
La denominación de las marcas de coches nunca fue una tarea fácil. Hay modelos que caen en gracia por la fuerza de su nombre o su originalidad, y otros, como los casos que trataremos en este ocasión, se convierten en un quebradero de cabeza para las marcas. Laputa, Pajero, Moco, Reventón, Zica.... todos tienen un denominador común: ser un desatino total.
Kia, Mitsubishi, Seat, Mazda, Opel, Ford, Tata, e incluso la todopoderosa y lujosa Lamborghini han tenido entre sus modelos uno que creó conflicto por el nombre empleado.
Empezamos con el Mitsubishi Pajero, un clasicazo de los nombres con sorna. El primero de los casos es un clásico de los 4X4 en España. El evidente significado es castellano hizo a la compañía del motor japonesa plantearse un nuevo nombre para el mercado español, hispanoamericano y de EEUU: Mitsubishi Montero. En el resto de los países se siguió denominando Pajero, a excepción de Reino Unido que el equivalente al Pajero es denominado Shogun.
Y dos nombres desafortunados de dos marcas japonesa: Mazda y Toyota. Presentamos al Laputa y al MR2. Sobre el Laputa, es más que evidente su mala resonancia en los países de habla hispana. Los nipones en su búsqueda por un nombre que no desentonara eligieron Laputa. Laputa es el nombre de una de las islas que aparecen en un libro clásico como es el de Los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Aunque el Laputa solo se comercializó en Japón y una parte en EEUU, el nombre corrió como la pólvora y el daño y la sorna ya estaban servidos.
¿Pero y el Toyota MR2? Si se pronuncia en francés suena como "Merde", lo que viene siendo "Mierda". No hay más nada que añadir señoría. Toda una cagada.
Y un caso desafortunado de la marca española Seat. Cuando se empieza a producir el Málaga, el segundo de los vehículos con nombre de ciudad españolas, al llegar a Grecia los encargados del márketing de producto tuvieron que decidir llevarlo allí bajo otra nomenclatura: Seat Gredos.
¿El motivo? Málaga suena a μαλάκα (Malaka), cuya traducción al castellano viene a ser según Google "Imbécil"; otras connotaciones de la palabra son "gilipollas" e incluso "maricón". Pues eso. El Seat malsonante en tierras helenas pasó a denominarse Gredos.
Lamborghini Reventón. El nombre de este exclusivo súper deportivo de tan solo 20 unidades realizadas viene del toro de la ganadería de Don Heriberto Rodríguez, que en 1943 mató al famoso torero Félix Guzmán. El problema llega para el mercado hispano de nuevo. "Reventón". La RAE denomina la palabra "Reventón" como "Que parece que va a reventar o a estallar". Pues nada, cíñanse a la idea de gastarte un pastizal (1,1 millones) para llevarte un coche cuyo nombre se asocia a nada bueno.
Tata Zica. La historia de un nombre desafortunado de la marca india. El lanzamiento de este utilitario coincidió con la expansión del virus Zika en el año 2016. Por razones de respeto a los afectados en el mundo la marca decidió renombrar el coche y bautizarlo con el nombre de Tiago.
Nissan Moco fue un pequeño monovolumen introducido en el mercado asiático, que no llegó a venderse ni en España ni América Latina. Sin embargo pese a no llegar a verlo circular por las calles españolas marcó un antes y un después en el imaginario de nombres de coches desafortunados por su nasal relación.
La marca del rayo presentó un nuevo descapotable, el Opel Cascada, sin pensar en las connotaciones masturbatorias del nombre en el mercado español. Por ello, y como consecuencia de tal desatino, aquí llegaría con el nombre de Opel Cabrio. Para el resto de mercados el nombre que se le quedaría es el de Cascada. Con lo bonita que es una caída de agua en la naturaleza...
La marca americana Ford presentó en 1976 un futurista vehículo que se abría con las puertas hacia arriba en forma de alas y que recibió el precioso nombre de Ford Corrida. El nombre pareció no resultarle raro a las cabezas pensantes de la marca del óvalo azul. Aunque nunca llegó a venderse, el nombre tan especial del vehículo no pasó desapercibido en los países hispanohablantes. Aunque tuvo un nombre especialmente desafortunado no hubo que entrar a rebautizarlo al no llegar al mercado.
El Hyundai Kona tuvo que cambiar su nombre al introducirse en el mercado portugués. La marca surcoreana denominó Kauai al Kona por significar vagina (Cona) en el idioma del país vecino.
El Fiat Regata tuvo que cambiar su nombre en Suecia debido a que en sueco significa "mujer adúltera". El nombre elegido Regatta, con dos T. En este sentido los coches fabricados en Argentina para el mercado latinoamericano sufrió dicha modificación y todos allí se llamaron también Regatta.
Ford se encontró con un impedimento cuando insertó en el mercado brasileño su Ford Pinto en los años 70. La compañía tuvo que cambiarle el nombre por Corcel en el país ya que "pinto" en Brasil significa "Pene pequeño". Se trataría de evitar situaciones como: "Que carro você tem?" "Eu tenho un Pinto"...
Un nombre de la marca italiana con nombre muy muy desafortunado pero con una explicación. La marca presentó este modelo, que no llegó a producirse en serie quizás por su denominación, y lo bautizó con el nombre de Marica. Eligió el nombre basándose en que era una ninfa que engendró junto a Fauno a Latino, quien en ciertos relatos se refiere a sí mismo como hijo de Marica. Como dato, en la provincia de Latina, en el Lacio hay un bosque con un lago dedicado a esta criatura mitológica.
Suena el cláxon y "Beeee, beeee..." el balar de un borrego para un coche de nombre homónimo. Fuera bromas, el modelo se llama Borrego en los EEUU, mientras que para el resto de mercados en los que se comercializa ha sido elegido el nombre de Mohave. La sorna con el nombre en los países que hablan español hace que ocupe un buen lugar en la escala de nombres desafortunados.
Y turno para un nombre retro, tan retro que la controversia se remonta a los años 30: Studebaker Dictator. En 1927 se puso a la venta el coche con nombre de dictador. Con la irrupción en Europa de los dictadores Mussolini y Hitler el nombre para este coche se vio corrompido y los dueños de la marca resucitaron en 1937 un viejo nombre, el Commander, para denominar a este vehículo.
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