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Carmen Pérez
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Bosques
En el marco del I Congreso Internacional sobre Cambio Climático, celebrado en Jerez, la Junta de Andalucía presentó avances en políticas forestales para hacer frente al cambio climático. Durante la mesa de debate ‘Bosques y Cambio Climático’, el director general de Política Forestal y Biodiversidad, Juan Ramón Pérez Valenzuela, destacó el concepto de 'gestión adaptativa', una estrategia clave que formará parte de la próxima Ley de Montes de Andalucía. Este enfoque pretende dotar a los bosques andaluces de resiliencia ante las condiciones climáticas cada vez más extremas.
La gestión adaptativa es una propuesta innovadora en la legislación ambiental andaluza. En palabras de Pérez Valenzuela, se trata de una herramienta que "anticipa los cambios futuros y prepara los ecosistemas forestales para soportar mejor los impactos climáticos". En este enfoque, se priorizan medidas como el ajuste de la densidad arbórea para optimizar el acceso a recursos hídricos, vital en un contexto de sequías recurrentes y temperaturas en aumento.
Este modelo de manejo forestal pretende asegurar que los árboles compitan menos entre sí por recursos como el agua, aumentando así sus probabilidades de supervivencia. Además, establece criterios de aprovechamiento forestal ajustados a la capacidad de regeneración de cada entorno, una práctica orientada a proteger la biodiversidad y a asegurar la sostenibilidad de los recursos naturales.
La futura Ley de Montes de Andalucía, actualmente en fase de tramitación, no solo impulsa la gestión adaptativa, sino que incorpora medidas innovadoras como la "migración asistida de especie". Esta práctica, aún objeto de debate en la comunidad científica, permitiría trasladar especies vulnerables a zonas con mejores condiciones climáticas para su supervivencia. Según el director general, "la migración asistida podría ser clave para preservar especies autóctonas como el pinsapo, una conífera emblemática de Andalucía".
Además de la gestión adaptativa y la migración asistida, Pérez Valenzuela subrayó la importancia de diversificar las especies forestales para aumentar la complejidad estructural de los bosques andaluces, lo que facilita su adaptación a las nuevas condiciones climáticas. Un bosque diverso, argumentó, es más resistente y capaz de proporcionar servicios ecosistémicos esenciales como la captación de agua, la regulación del clima y la captura de carbono, contribuyendo a la sostenibilidad y al bienestar de los municipios rurales.
El Plan Forestal Andaluz, renovado recientemente, también integra estos enfoques en sus políticas de conservación. Sin embargo, la Junta reconoce que, a pesar de los avances, persisten muchas incógnitas sobre la respuesta de los ecosistemas forestales al cambio climático. En este sentido, Pérez Valenzuela hizo un llamamiento a la comunidad científica para intensificar la investigación sobre las interacciones entre el clima y los bosques andaluces, con el fin de diseñar estrategias cada vez más efectivas.
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