TRIBUNA
Las dehesas no se inundan
Sacrificio
Nadie está preparado para decir adiós para siempre a su mascota y aunque no todo el mundo puede llegar a entenderlo, ese momento será uno de los más difíciles de nuestra vida. Ellos vinieron para hacernos completamente feliz y seguramente lo han conseguido desde el primer día que llegaron a casa.
Quizás en más de una ocasión has pensado el momento en el que tengas que despedirte de ella y sabrás que será algo devastador o incluso ya lo has experimentado. Aunque sepamos que dormirla para siempre es algo que necesite porque está sufriendo, el dolor que sentimos o sentiremos será insoportable.
Es por este motivo por el que muchas personas deciden no acompañarlos en sus momentos finales para evitar esa tragedia y posible trauma. No cabe la menor duda que esta sería la opción fácil pero, ¿has llegado a pensar qué es lo que le gustaría realmente a tu mascota? ¿con quién le gustaría estar en los últimos momentos de su vida?
Aunque lo sencillo sería no participar en ese suspiro final, una veterinaria pide que lo reconsideremos y este es el motivo: "Puede ser difícil decir adiós, pero es un verdadero infierno para ellos. Ya no les gusta el veterinario, están confundidos, tienen miedo, están tristes y te están buscando cuando dan su último aliento", dijo en Reddit.
También añadió: "Trato de brindarles tanto amor y consuelo como humanamente puedo, pero al final, no dejo de ser una extraña para ellos". Esta desgarradora confesión hace replantearse el asunto. Esta mujer también ha contado algunas tristes experiencias del momento que ha tenido que sacrificar varios animales sin la compañía de su familia.
Una mujer sacrificó a su perro de 13 años y la veterinaria aseguró que "el pobre animal pasó sus últimos momentos solo. Le dije que no teníamos un profesional que pudiera hacerse cargo en la clínica ya que estaría atendiendo afuera todo el día, pero insistió en dejarla allí a las 9 de la mañana sabiendo que no regresaría hasta mucho después de las 18" destacó The Mirror.
"Estaba demasiado ocupada para traerla de vuelta más tarde, así que dejó a su dulce niña sola todo el día antes de morir", añadió. La veterinaria contó el último día del animal: "La mantuve conmigo la mayor parte del tiempo, la llevé a dar un corto paseo, le compré una hamburguesa con queso y una dona en mi almuerzo, me acosté en el suelo y la abracé mientras lloraba, asustada y confundida", recordó conmovida.
Y agregó: “La besé y le dije que era una buena niña mientras cruzaba el puente del arcoíris, pero sus ojos nunca dejaron de buscar a su familia. Los perros saben lo que está pasando, no les hagas esto. Estate presente cuando crucen ese puente. No te matará, te lo prometo".
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