"El virus del Nilo detectado en La Carolina pertenece a un linaje distinto a los casos de Sevilla"

VIRUS DEL NILO

Jordi Figuerola, investigador científico en la Estación Biológica de Doñana, explica el posible contagio de este águila imperial a través de un mosquito

Este experto en epidemiología recomienda medidas de control en aguas estancadas para evitar la reproducción de estos insectos

Encuentran presencia del virus del Nilo en La Carolina

Nido de águila imperial con sus crías.
Nido de águila imperial con sus crías. / Obo Teng

Jaén/Con cinco personas ya fallecidas durante ese verano a causa del virus del Nilo Occidental, la Consejería de Salud y Consumo extrema su atención sobre este problema para evitar un mal mayor. Una de las últimas novedades al respecto ha sido la detección de esta cepa en la provincia de Jaén, concretamente en una cría de águila imperial en La Carolina, según apunta la Consejería de de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Su aparición ha servido para dar la voz de alarma entre las autoridades competentes con el fin de seguir controlando en la medida de lo posible su propagación.

Jaén Hoy se ha puesto en contacto con Jordi Figuerola para conocer a fondo la dimensión real que ocupa este caso. Figuerola es investigador científico en la Estación Biológica de Doñana y líder de un grupo CIBER (Consorcio de Investigación Biomédica en Red) de Epidemiología y Salud Pública, por lo que conoce la dinámica de transmisión de patógenos zoonóticos en zonas naturales y urbanas. Sobre el pollo de águila imperial afectado, este experto afirma que "pertenece a un linaje distinto a los detectados en Sevilla" y que, por tanto, "no tiene nada que ver genéticamente".

Los casos más recientes, localizados en Coria del Río, pertenecerían a un primer linaje, mientras que los investigadores apuntan a un linaje 2 para el ave infectada en el municipio jiennense, una situación que tan solo se ha replicado en Cataluña. "Las diferencias entre ambas variantes nos permiten descartar que ambas circunstancias estén relacionadas". Pero, de acuerdo con esto, ¿cómo habría llegado el virus hasta aquí? Figuerola lanza su propia teoría: "Probablemente habrá viajado en algún ave a la que le ha terminado picando un mosquito". En este sentido, conviene detallar que el virus del Nilo Occidental se transmite principalmente de aves a mosquitos y viceversa.

¿Cómo evitar su posible transmisión?

Antes de sembrar dudas, Figuerola es categórico: "Esta variante se transmite a humanos igual que el linaje 1". Sin embargo, matiza la situación en la que ha tenido lugar el contagio: "Una cosa es que circule en zonas de campo donde hay un nido de águilas, y otra es que se transmita en zonas habitadas". Por ello mismo, desde la Estación Biológica de Doñana señalan la importancia de evitar que los mosquitos se reproduzcan en el entorno urbano mediante acciones y programas de control. "Los ayuntamientos deben asegurarse que las fuentes públicas están cloradas o que los desagües para cuando llueve evacúan correctamente el agua con sus tratamientos específicos", apunta.

Por otro lado, también la propia ciudadanía podemos atender a unas medidas de seguridad sencillas para frenar la reproducción del mosquito y la posible aparición de larvas. El objetivo principal ha de ser la renovación periódica del agua, por lo que se recomienda revisar los abrevaderos, el recipiente para que desagüe el aire acondicionado o los propios jardines. "Algo tan sencillo como un surtidor puede impedir esa reproducción, por eso es importante que vigilemos esas zonas con aguas estancadas". En los entornos con una mayor presencia de estos insectos, es recomendable incluso proteger las ventanas con mosquiteras, así como usar manga larga y repelente en periodos largos de exposición en el exterior.

No es un virus mortal

A pesar de su incidencia en hasta diez personas contagiadas de varias localidades sevillanas, los expertos en la materia insisten en que no se transmite entre humanos. "Siempre tiene que implicar un mosquito que se infecte en un ave que ya tiene el virus", explica Jordi Figuerola. Si bien se contabilizan hasta cinco muertes a causa de esta infección, debemos atender a que la mayoría de ellas se han dado en ancianos con patologías previas.

Aunque mucha gente lo desconoce, la mayoría de casos son prácticamente asintomáticos y, si acaso, "el 19% desarrolla síntomas leves y genéricos como malestar, fiebre o dolor de cabeza". Tal y como advierte este investigador de epidemiología, es nuestro propio cuerpo el encargado de crear unos anticuerpos que nos hacen inmunes al virus una vez superado su contagio. "El problema es ese 1% de la población que desarrolla problemas graves hasta la muerte: mayoritariamente adultos acompañados de enfermedades previas o individuos inmunodeprimidos", subraya. Lo que sí está claro es que, de momento, en La Carolina se respira cierta intranquilidad.

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