Las manos que visten a la Virgen de la Capilla y protegen su valioso ajuar

COFRADÍAS

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La Virgen de la Capilla preside el presbiterio de San Ildefonso con motivo de su novena.
La Virgen de la Capilla preside el presbiterio de San Ildefonso con motivo de su novena. / Esther Garrido
Antonio Cañada

07 de junio 2024 - 07:00

El barrio de San Ildefonso vive sus días grandes en esta primera semana de junio. La Virgen de la Capilla, ocupando el presbiterio de su basílica menor, vuelve a descender al suelo como lo hiciese en 1430. Esta manifestación mariana que supuso un dogma en la sociedad medieval de aquella ciudad ha pasado a la historia por sustentarse en el testimonio bajo juramento y ante notario de los que presenciaron el mencionado suceso. Hoy, casi seis siglos después, la Virgen de refulgentes rayos dorados protege y socorre a los mayores de Jaén cada 11 de junio en una procesión que discurre ante las peticiones de sus devotos.

Desde el primero de junio la nave central de la parroquia acoge la celebración de la solemne novena en su honor, con Jesús Millán como predicador. No obstante, por el atril han pasado distintos sacerdotes durante el ejercicio de las flores llevado a cabo este pasado mes de mayo. Mientras se ultiman los preparativos de cara al día grande de la cofradía, su Hermana Mayor, Úrsula Colmenero, respira emocionada ante los últimos actos de su mandato. "Ha sido una gran satisfacción servir a nuestra Señora, lo he vivido muy dulcemente", confiesa. La realidad es que su cargo no ha estado exento de circunstancias extraordinarias, como la propia pandemia o el traslado en misión evangelizadora de la imagen a distintos templos de la ciudad.

Úrsula Colmenero asiste junto a su junta de gobierno a la solemne novena.
Úrsula Colmenero asiste junto a su junta de gobierno a la solemne novena. / Esther Garrido

Con todo y con eso, Úrsula deja el cetro con varios acontecimientos a conmemorar en el horizonte de la hermandad, como el 600 aniversario de la aparición de la Virgen en la noche del 10 al 11 de junio de 1430 o el primer centenario de su coronación canónica. "De momento estamos invitados a la Magna Diocesana de 2025, para la que ya estamos trabajando", afirma. Ahora, las visitas entre los fieles se suceden en esta semana previa a la procesión que marcará una nueva cita entre los cofrades de la capital. "Cada año me sorprendo al ver la plaza llena de gente a la salida, pero no hay que olvidar que es la patrona de todo el pueblo jiennense".

El vestidor de la Virgen

Detrás del aspecto de esta talla gótica de histórica devoción en el Santo Reino se encuentran las manos de un conocido cofrade de la ciudad. José María Francés, además de ser el actual gerente de la histórica Óptica Amate, es un maestro del alfiler capaz de transformar la belleza de esta imagen del siglo XV en una insigne emperatriz. Llegó a las primeras filas de la hermandad como vestidor auxiliar en el año 1998, cuando Antonio Carrascosa retoma la costumbre de revestir a la Virgen. "El ICROA interviene y restaura la imagen entre el 83 y el 84, momento en el que la junta decide exponer a la patrona desprovista de vestimenta, tan solo con el manto", cuenta.

Francés culmina la vestimenta de la Virgen de la Capilla en uno de sus cambios.
Francés culmina la vestimenta de la Virgen de la Capilla en uno de sus cambios.

Esta decisión, que supuso un error fatal para Francés, provocó un distanciamiento entre la feligresía y esta diminuta talla de rico estofado en pan de oro. "Se tiene constancia de que la Virgen ya se vestía a mediados del siglo XVI", apunta al respecto. En su memoria más distendida, José María lamenta que aquella drástica decisión provocase cierta merma en la devoción a la Virgen de la Capilla, algo que afortunadamente ha cambiado a día de hoy. Sobre cómo la prefiere su vestidor es evidente: "Por supuesto que vestida impone muchísimo más". La imagen que hoy preside San Ildefonso respira más humana que nunca. "Es así como la reconoce el pueblo, pues se corona en 1930 con esa iconografía que está en el imaginario común".

La costumbre de revestir algunas imágenes de talla completa viene realmente de antiguo. En el caso de la patrona de Jaén no es baladí esta tarea en la que el resultado final es bien distinto a la obra gótica que conocemos, de apenas 70 centímetros. "La Virgen se sitúa en un banco-peana forrado de terciopelo morado para que no sufra y esté asegurada, aumentando su altura en un metro", explica. Este acto que se mantiene en la intimidad de sus camareras y el propio vestidor pasa por todo un ritual premeditado. "La imagen se va sobrevistiendo con un tejido de muletón de algodón y, a continuación, con un escapulario a doble cara". Este armazón que funciona como protector conforma la primera parte de la vestimenta. "A partir de ahí se viste como cualquier otra Virgen: sus enaguas finas, saya y manto, junto con el mismo procedimiento en el Niño", detalla.

Las piezas de orfebrería también forman parte del ajuar de la imagen.
Las piezas de orfebrería también forman parte del ajuar de la imagen.

De igual manera las piezas de orfebrería juegan un papel muy importante en la iconografía final. "Los rostrillos, por ejemplo, ocultan los desperfectos existentes en la obra, que debió de tener en su origen una corona tallada". La cercanía privilegiada de este jiennense, sin duda, ayuda a conocer cada resquicio y detalle que guarda la figura más venerada por los fieles de Jaén en los últimos siglos. Prueba de ello es el rico ajuar en el que la Virgen de la Capilla recoge el legado de su devoción, con auténticas obras de arte que hoy se exponen en su museo.

"Entre las piezas más sobresalientes se mantiene un manto de 1880 y otro atribuido a la donación de Isabel II en su visita a Jaén", explica Francés. Además, a los exuberantes bordados cabe añadir el extenso catálogo de espolines de seda que engrosan la lista de textiles con los que cuenta la hermandad. La labor de José María, más allá de cumplir su papel como vestidor, pasa por velar por todo este patrimonio que forma parte del legado de viejas y nuevas generaciones. Sin ir más lejos, hace tan solo unas semanas era bendecido un nuevo terno procedente de una antigua colcha donado para enriquecer el tesoro patrimonial de la única imagen mariana coronada de la ciudad.

Bendición del último terno de sedas donado a la Virgen de la Capilla el pasado mes de mayo.
Bendición del último terno de sedas donado a la Virgen de la Capilla el pasado mes de mayo.

Para José María Francés es una responsabilidad muy grande, saciada con la cercanía y la satisfacción que recibe de los devotos y expertos en la preservación de la talla. "En febrero de 2023 recibimos la visita de varios técnicos del Patrimonio Andaluz para examinarla y el veredicto fue muy favorable", comenta orgulloso. A pesar de los más de cuatro cambios que ha venido contando durante el mes de las flores, el cuidado y el cariño con el que se efectúan cada uno de ellos propician que el estado de conservación de esta antiquísima imagen sea inmejorable.

Este devoto mariano y hermano también de la Amargura contempla ya la Magna Diocesana de 2025, en la que la Madre de los jiennenses pondrá el broche de oro con su presencia. En su futuro más inmediato se adivina otra fecha clave: "En 2026 se celebra el centenario de la refundación de la actual cofradía". Desde luego, sea con su medalla en el pecho o con alfiler en mano la promesa de seguir trabajando por la Virgen de la Capilla no roza siquiera el ápice de duda, tampoco si se trata de tomar las riendas.

Coronación canónica de la Virgen de la Capilla en 1930.
Coronación canónica de la Virgen de la Capilla en 1930.
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