La versión oficial sitúa al fallecido del calabozo de Jódar en dos lugares al mismo tiempo

Tribunales

El atestado de la Guardia Civil dice que Cristóbal Montávez estaba en las dependencias policiales a una hora en la que, según el parte médico, también se encontraba en el centro de salud durante la madrugada del 30 de octubre de 2020, antes de que se ahorcara mientras estaba detenido, de acuerdo a la Policía Local

Muerte sin respuesta en el calabozo de Jódar: se reabre la causa tres años después

Cristóbal Montávez en un montaje ante el Ayuntamiento de Jódar y el centro de salud del municipio
Cristóbal Montávez en un montaje ante el Ayuntamiento de Jódar y el centro de salud del municipio

Jaén/Las circunstancias en las que se produjo la muerte de un vecino de Jódar en el calabozo de la Policía Local galduriense en 2020 aún siguen siendo un misterio. Según el relato oficial, Cristóbal Montávez, detenido tras un incidente con dos policías, se suicidó ahorcándose con un cordón del pantalón de su chándal a pesar de que le habían cacheado y de que el cuarto contaba con todas las medidas de seguridad necesarias. Tenía 42 años. La familia del fallecido desconfió desde el primer momento de esa versión y presentó una denuncia contra la Policía Local por homicidio, detención ilegal, obstrucción a la justicia, lesiones y abuso de autoridad. El Juzgado de Instrucción número 1 de Úbeda sobreseyó la causa en febrero de 2021, y la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén confirmó el archivo en un auto tres meses después, en junio. Sin embargo, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional ha estimado el recurso de amparo interpuesto por el padre del fallecido contra ambas resoluciones judiciales y ha ordenado que se reanude la investigación en el Juzgado ubetense.

En esencia, el tribunal de garantías critica que la jueza instructora decidiera dar carpetazo al asunto sin contar con todas las pruebas necesarias para amparar su decisión, como el informe definitivo de autopsia y los resultados de las pruebas biológicas. Al respecto cabe apuntar algo: en el informe preliminar de autopsia se concluyó que la muerte había sido de índole suicida y que las heridas de Cristóbal no eran de gravedad. Aun así, la Sala de Constitucional considera que en la reconstrucción de los hechos hay lagunas que conviene aclarar para, teniendo todas las cartas sobre la mesa, saber qué ocurrió aquella noche. O, al menos, para estar cerca de saberlo.

¿Qué pasó la noche del 29 al 30 de octubre de 2020 en Jódar?

De acuerdo a la sentencia del Constitucional -publicada en su web y consultada por este medio-, el 29 de octubre de 2020, sobre las 22:45 horas, dos agentes de la Policía Local de Jódar detuvieron a Cristóbal Montávez en la calle Granada por un presunto delito de atentado y desórdenes públicos. Así figura en los atestados policiales. En aquella época, la Junta de Andalucía había impuesto un toque de queda entre las once de la noche y las seis de la mañana como medida preventiva para evitar contagios de coronavirus. Conviene no olvidar que 2020 fue el año del estallido de la pandemia. Hace casi un lustro.

La propia Policía Local galduriense publicó un comunicado en Facebook el 1 de noviembre de 2020 detallando paso por paso su intervención. En el texto se explica que los agentes recibieron un aviso para que se dirigieran, en efecto, a la calle Granada, en la que “un individuo en gran estado excitación estaba causando daños en el mobiliario urbano, tras un presunto incidente de violencia de género por agresiones verbales frente a su expareja en el domicilio de esta”. Fue, de acuerdo al comunicado, “en la madrugada del día 30 de octubre de 2020”. Sin embargo, en el fallo del Constitucional se indica que el arresto tuvo lugar siendo aún día 29, una hora y cuarto antes de la medianoche.

“Personados los agentes y al requerir a este -a Cristóbal- para que cesara en su actitud, se abalanzó a los mismos, resultando ambos agentes lesionados, por lo que se procedió a su detención”, continúa la nota de la Policía de Jódar. De acuerdo a la sentencia del tribunal de garantías, el arrestado “fue asistido en el centro de salud y conducido por los mismos agentes hasta dependencias del ayuntamiento”. Así se cuenta también en el comunicado policial, en el que se detalla que, ante su “gran estado de excitación”, Cristóbal “fue conducido a una habitación habilitada con sus pertinentes medidas de seguridad, a fin de salvaguardar la integridad de los agentes actuantes y del mobiliario del Ayuntamiento”.

Cristóbal estaba armando "alboroto" en el calabozo

Según consta en el atestado de la Guardia Civil de aquel día, al que ha tenido acceso Jaén Hoy, pasaban diez minutos de la medianoche cuando una pareja de la Benemérita, mientras prestaba servicio en Baeza, recibió de la central un aviso para que fuera a Jódar a recoger al detenido y trasladarlo al Cuartel de Úbeda, dado que estaba previsto que declarara al día siguiente en los Juzgados de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. Los guardias civiles llegaron a la Jefatura de la Policía Local a las 00:35 horas. Hablaron con un policía, que les aseguró que Cristóbal había sido cacheado para evitar que pudiera atentar contra su vida con cualquier cosa que llevara encima. Luego entraron en las dependencias policiales para llevarse al detenido, pero otro policía les dijo que no podía ejecutarse aún el traslado porque el atestado estaba sin terminar.

La Guardia Civil hace mención en su propio atestado al “alboroto” que estaba causando Cristóbal en el calabozo. Sobre las 00:50 horas, uno de los policías y los guardias civiles comprobaron que el detenido “se encontraba en estado de agitación”. Los agentes lo calmaron y se quedó “tranquilo en la celda”. Fue por poco tiempo. A la una de la madrugada, y coincidiendo con la llegada del jefe de la Policía Local, Cristóbal empezó a armar de nuevo jaleo. Los policías le volvieron a pedir que se tranquilizara.

Ante ese panorama, los guardias civiles decidieron abandonar las dependencias policiales y continuar su ronda en Jódar hasta que les avisaran de nuevo para llevarse al detenido. Ello no ocurrió hasta casi una hora y media después. Según el atestado, los agentes de la Benemérita regresaron a la Jefatura a las 2:28 horas. Firmaron el traspaso de diligencias y, cuando llegaron al calabozo junto a los policías, se encontraron a Cristóbal ahorcado “con una especie de cordón” nada más entrar en la estancia. Eran las 2:34 de la mañana. Los profesionales del centro de salud, avisados por la Policía Local, no pudieron sino concluir a su llegada que el detenido estaba, efectivamente, muerto.

En principio, no hay en el atestado ningún detalle que invite a poner en duda esta versión de los hechos. Pero, si se compara con los partes médicos de esa misma noche de Cristóbal y de los dos policías que lo detuvieron y lo llevaron al centro de salud, la cosa cambia. Este periódico ha tenido acceso a los tres documentos. En el de Cristóbal se indica que llegó al centro de salud a las 00:07 horas y que tenía una “pequeña herida en la frente y en los dedos de las manos”. Según consta en el auto de 2021 por el que el Juzgado de Úbeda sobreseyó provisionalmente la causa, el médico que atendió a Cristóbal declaró a las autoridades que, después de que los policías le condujeran al centro de salud “por agresividad”, le administró benerva y benadon, dos medicamentos que se usan para tratar problemas relacionados con el consumo de alcohol. El facultativo añadió que, después de dejar a Cristóbal una hora en observación, se le administró diazepam intramuscular y se le dio el alta.

Es decir, que, de acuerdo al parte médico, el detenido llegó al centro de salud pocos minutos después de la medianoche y permaneció allí una hora, pero, según el atestado de la Guardia Civil, estaba armando alboroto en el calabozo de la Policía Local a las 00:50, dentro del tramo horario en el que el facultativo le situó en las instalaciones sanitarias. Una misma persona en dos sitios distintos a la vez.

Cabe pensar que el médico, al decir que Cristóbal estuvo una hora en observación, hablara de un tiempo aproximado y no exacto, pero hay que tener en cuenta también otro detalle importante. En los partes sanitarios de los dos policías que trasladaron al arrestado al centro de salud y se lo llevaron de allí una hora después, se registró las 00:55 y la 1:07 como horas de llegada. ¿Estuvieron con Cristóbal todo el tiempo en el centro de salud o lo dejaron con los médicos y volvieron una hora después para llevárselo al calabozo? La familia de Cristóbal pidió a la jueza de instrucción ubetense que solicitara un estudio de geolocalización de los teléfonos móviles de los agentes durante aquella noche, pero la magistrada no quiso ordenarlo. Es uno de los aspectos que le reprocha la Sala del Constitucional en su sentencia.

“La insuficiente actividad probatoria desplegada por el órgano instructor, no permite mínimamente colmar las lagunas en la reconstrucción de lo sucedido, quedando sin respuesta aspectos elementales y decisivos de la instrucción como las propias circunstancias en que se produjo la muerte, el origen del cordón con el que se produjo el ahorcamiento, el concreto recorrido y las condiciones en que se produjo la detención y en particular, las razones por las que se localizaron restos de sangre del fallecido en lugar distinto de la detención o la corrección en las labores de atención o vigilancia del detenido atendido su estado”, reza el fallo.

A Cristóbal lo enterraron un día después de los hechos. Tras el funeral, un grupo de familiares y amigos se manifestó en el pueblo, muy cerca del Ayuntamiento, pidiendo justicia. En su comunicado, publicado al día siguiente, la Jefatura de la Policía Local denunció que sus agentes y sus familiares estaban siendo víctimas de “una campaña de injurias en redes sociales” de “algunos irresponsables”: “Esta Jefatura de Policía Local quiere dejar meridianamente claro que el lamentable fallecimiento se produjo por causas totalmente ajenas a la actuación de los agentes actuantes, actuación que fue ejemplar y garante de los derechos del detenido. La autopsia practicada al cadáver y las diligencias judiciales pondrán sin duda de manifiesto que no existe el más mínimo atisbo de una actuación irregular por parte de los agentes de esta jefatura”. La familia de Cristóbal quiere demostrar lo contrario. Ahora tiene una nueva oportunidad de conseguirlo.

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