La urgente tarea de la salud mental en Sanidad: "Es nefasto, dan cita cada seis meses"

Salud

El número de pacientes en lista de espera en esta unidad superan los 1.100 y la media de demora de días de atención primaria el mes

Testimonios jiennenses cuentan como en su primera experiencia la primera opción era la medicalización

El SAS pagará 109.000 euros por la muerte de un hombre que esperó más de una hora la ambulancia

La depresión y la ansiedad son dos de los trastrornos más comunes en los pacientes.
La depresión y la ansiedad son dos de los trastrornos más comunes en los pacientes. / Daniel Reche | Pexels

La pandemia ha marcado un antes y después en la palabra salud mental y el significado que tiene para la sociedad. Cuando el mundo se paraba las personas tenían que seguir con su vida, pero encerrados, lo que para muchos se convirtió en una cárcel para su mente. 

Entonces una situación inédita y desconocida para el mundo disparó los trastornos de ansiedad y la depresión. Algo ocurrió o quizás algo ya estaba pasando, pero no se ponía sobre la mesa. Las palabras enfermedades y trastornos mentales cobraron fuerza y se les dieron un altavoz porque las consecuencias pueden ser fatales y el sufrimiento perjudica a la persona que lo sufre en su día a día. También dejó un gran mensaje: no hay profesionales en la sanidad pública que abarquen este problema, las listas de espera son eternas. 

Y cuatro años después esto no ha cambiado. “La salud mental en la provincia y en España es una gran tarea pendiente de las administraciones y el Estado. Es cierto que está habiendo una sobresaturación de los servicios públicos. Algo que está fallando porque las consultas privadas están llenas, y cuando en el sector privado algo está lleno es porque en el público no está absorbiendo la cantidad de problemática que existe con este tipo de pacientes en la población", expresa el presidente del Satse Jaén y psicólogo sanitario, Donato Vargas. 

Sólo hace falta iniciar una conversación a nuestro alrededor sobre el tema para que las confesiones sobre el estado anímico comiencen a aflorar. Ya no hay reparo de hablar de ello, aunque sea de manera anónima como han querido hacer algunos de estos cinco jiennenses para demandar un sistema de salud pública que mire por la salud mental que consideran "primordial". Pablo (nombre ficticio) comenzó unos años después de que estallara la pandemia a ir al psicólogo por la seguridad social.

Citas cada seis meses

"Fui al médico de cabecera en 2022 por no poder controlar mi ira y por problemas de depresión. La primera cita me la dieron en unas semanas. Es nefasto, dan cita cada seis meses", relata este jiennense, quien cuenta que no está teniendo una buena experiencia.

Según los datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de junio de este año, la lista de espera para Salud Mental en los Hospitales de San Agustín (Linares), San Juan de la Cruz (Úbeda) y el Hospital Universitario de Jaén en atención en primeras consultas son 1.243 pacientes con una demora media de días que supera el mes. En el caso de la demora de días en las consultas interhospitalarias en el Hospital de Jaén supera los 50 días.

"A mí mi psicóloga me derivó a la psiquiatra del Hospital de Jaén porque perdí 20 kilos y allí me mandaron medicación. En un mes volví a la psicóloga y no volví a tener muy buena experiencia porque siento que no me dedicó mucha atención. La psicóloga me aconsejaba ir por lo privada, pero no me puedo costear cuatro sesiones al mes. Mínimo serían 200 euros y no me es posible desembolsar ese dinero todos los meses", enfatiza Pablo.

Primera opción: medicación

Aunque la espera de primera consulta no supera los dos meses, la demora entre cita y cita no se refleja, así como no se puede constatar una cifra real del número de pacientes en lista de espera, pues muchos de los jiennenses que acuden a su médico de cabecera no los derivan al psicólogo y regularmente la primera opción que les dan, según cuentan, es la de medicarse.

"Es muy fácil llegar a un centro de salud de atención primaria donde por ejemplo no tenemos enfermeros de salud mental, no hay psicólogos y van a su médico de familia. Entonces lo primero que hacen es mandar un ansiolítico o antidepresivo porque las derivaciones que se hacen a la unidad de especificaciones suelen tardar bastante, entonces es una de las causas que produce las sobremedicación", expresa el presidente del Satse.

Otra jiennense, también de manera anónima, acudió a su médico de cabecera en el centro de salud de Villacarrillo por problemas que en un principio pensaba que eran digestivos hasta que se dieron cuenta que provenían de un mal estado anímico. "Mi médica me quería mandar antidepresivos a toda costa (a lo que yo me negué) y me sugirió que me buscara una psicóloga externa. En ningún momento me planteó la posibilidad de acceder a tales prestaciones de la Seguridad Social. Al final acabé yendo a terapia por lo privado", cuenta.

En el caso de Francisco José Castro cuando tuvo la cita con su médico, explica que éste le indicó que no podía mandarle a un psicólogo porque era gratuito para menores de 18 años. "Se ofreció a medicarme ante algo que yo desconocía que tenía: depresión, ansiedad, bajón…", expresa. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del Ministerio de Sanidad notificó un incremento del 110% en el consumo de diazepam, más conocido por su marca comercial Valium, lo que sitúa a España como el país del mundo donde más se toma esta benzodiacepina.

Para el presidente del Satse el sistema debería cambiar, ya que los estudios reflejan que en España 1 de cada 3 personas sufren problemas de salud mental como trastornos de ansiedad, cuadros depresivos e incluso cuadros agudos. "Necesitamos recursos para sobrellevar de manera adecuada este tipo de patologías de una manera eficiente", señala. 

A la espera de una cita tras un accidente

Quien aún sigue esperando una cita para el psicólogo desde principios de agosto es Gema Guadalimar. Una grave caída de cinco metros de altura en el entorno de la plaza de toros de Jaén le provocó una gran herida en la cabeza hasta la cara y un traumatismo craneoencefálico que le requirió ingreso hospitalario. La herida también fue psicológica, pero cuando estuvo ingresada, a pesar de solicitarlo nunca acudió ningún especialista en salud mental, según cuenta.

"El único especialista que no había en Jaén era el psiquiatra. El mismo neurocirujano pidió a un psiquiatra para que hablara como me sentía en un principio estaba en estado de shock, pero estoy yendo al psiquiatra por particular porque de Psiquiatría no me han llamado, dicen que lleva mucha lista de espera. También tras la pandemia tuve depresión y entonces me dieron cita para dentro de ocho meses y desde entonces decidí ir por lo privado", explica Guadalimar.

Javier Donato, psicólogo sanitario que trabaja varios años en el servicio de protección de menores de los Servicios Sociales y en el instituto de Úbeda, expresa que los jóvenes son los que más acuden a consulta puesto que son los más concienciados. "Desde la pandemia la gente está mucho más concienciada", señala. Además destaca que muchos pacientes optan directamente por acudir al privado ya que saben que la espera es muy larga.

Otra jiennense, Estefanía Cazalla, tiene que combinar la terapia pública con la privada. Cuando sus problemas físicos aumentaron sumado a diferentes problemas su ansiedad también lo hizo. "Llegó un momento en el que después de ir varias veces a mi médico de cabecera y yo estaba en tratamiento psicológico pero de manera privada, pues así que me dijeron que había que mandarme a salud mental pero porque cada vez atendía la ansiedad iba más y ya estaba teniendo intentos de suicidio", cuenta

Entonces le dieron una cita con el especialista al mes y de ahí al psiquiatra. Tras recetarle un tratamiento, llegó el batacazo, su próxima cita serían en seis meses, por ello, decidió continuar con su psicólogo por cuenta propia, "Mi psiquiatra se dio de baja y cada vez me veía uno diferente, era como empezar de cero. Hasta que llegó una que se encargó específicamente de mi caso porque era un caos", expresa.

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