Una borrasca amenaza con deslucir las primeras jornadas de la Semana Santa en Jaén

Aún no ha dado comienzo la Semana Santa y el auténtico protagonista ya ha grabado su nombre a fuego en esta previa. La inestabilidad del tiempo pone en vilo a los cofrades conforme transcurren las horas y si hace unos días los expertos auguraban posibles precipitaciones durante las primeras jornadas, la realidad ahora es mucho menos esperanzadora. La previsión de las condiciones climatológicas a siete días vista maneja unas estadísticas de incertidumbre difíciles de afrontar desde el punto de vista científico.

Lo cierto es que ya estamos a tan solo unas horas del Domingo de Ramos y esas predicciones son mucho más fiables. Los datos que manejan desde la Agencia Estatal de Meteorología son realmente duros para las cofradías: la situación de un frente atmosférico sobre la península ibérica está provocando estos días una continua mirada al cielo en busca de respuestas. Si bien las primeras impresiones apuntaban a un Domingo de Ramos pleno, la borrasca amenaza ya con hacer acto de presencia desde primera hora de la tarde.

Es difícil prever el escenario para las cuatro hermandades que realizan su salida penitencial hasta la carrera oficial durante esta jornada. Queda claro de antemano que la procesión de La Borriquilla lo tendrá mucho más fácil para discurrir con tranquilidad. El resto de hermandades de la tarde deberán enfrentarse hasta el último momento a la difícil decisión de salir o no a la calle, con el riesgo que ello conlleva. A partir de las 18 horas, la Aemet establece en un 95% la probabilidad de lluvia.

Y si el Domingo de Ramos podría acabar pasado por agua, desde el lunes hasta el miércoles podríamos encontrarnos con una Semana Santa sin tregua. El pronóstico apunta a la aparición de tormentas estos días con un importante descenso de las temperaturas. De los 27º C de temperatura máxima previstos para mañana, llegaremos a rozar los 10º en este Martes Santo.

En cuanto a los últimos días, coincidiendo con los principales festivos para los trabajadores, el rango de probabilidad juega con una mayor holgura. No obstante, los primeros datos resultan igual de pesimistas. Parece que el público cofrade tendrá que conformarse con visitar los templos y orar ante sus imágenes en los pasos sin pasar siquiera el dintel de la puerta. Y aunque la lluvia es un bien mayor, nadie puede encontrar alivio en reiniciar la espera para ver a su devoción en la calle otros 365 días.