Tesoro audiovisual: el archivo de RTVE muestra cómo sonaban los melenchones de Jaén hace más de 40 años

Jaén/Se suele decir aquello de que el tiempo no pasa en balde, ni siquiera para nuestras costumbres y tradiciones más arraigadas. Las fiestas de San Antón, de hecho, también han evolucionado a lo largo de las últimas décadas en un proceso de difusión que ahora cruza nuestras fronteras y recibe el interés de nuevos adeptos cada año. Esta celebración en torno a la festividad de San Antonio Abad ha estado marcado siempre por las lumbres y la quema del ramón extraído durante la campaña de aceituna en pleno invierno. Era por tanto una fiesta del pueblo y para el pueblo, con el cariz y el significado que ello conlleva.

El programa de actividades que hoy arrastra consigo San Antón mantiene afortunadamente muchos de los hábitos originales, aunque adaptados al contexto actual. Bailar, cantar y comer rosetas alrededor del fuego es sin lugar a dudas uno de los símbolos predominantes durante estos días de reunión entre los vecinos jiennenses. No obstante, cuesta imaginar cómo debieron de ser aquellas primeras lumbres más íntimas entre la vecindad de una ciudad ligeramente cambiada.

Gracias al archivo audiovisual que conserva RTVE, podemos admirar y sentir cómo se mantenía esta tradición en Jaén hace casi medio siglo. La hemeroteca digital de la televisión pública nacional conserva un curioso reportaje donde se reseñan las particularidades de estas fiestas en la capital jiennense. La pieza, que regala una hermosa secuencia en el entorno de La Magdalena, ofrece al espectador una muestra de los conocidos melenchones en torno a la hoguera con letras y coplas populares que referencian la idiosincrasia de esta tierra.

En la actualidad, algunos colectivos como la asociación Lola Torres trabajan con esfuerzo para mantener este arraigo entre las nuevas generaciones, con un impulso para dar a conocer la vestimenta típica jiennense y el patrimonio cultural que rodea a esta celebración. Quizá en el crepitar de las llamas de cada una de las lumbres que prenderán esta noche seamos capaces de ver el rastro de nuestros antepasados en el legado inconmesurable que todavía recogemos.