“Los trabajos que hay en Jaén son muy precarios o muy difíciles de conseguir”

Provincia

La provincia pierde población cada año y cada vez son más los jóvenes que salen en busca de oportunidades

Nueve testimonios ejemplifican una situación que se repite por toda la geografía jiennense

La provincia de Jaén se desangra: prevén que pierda 44.000 habitantes antes de 2039

Almudena Higueras.

El avance de la despoblación en Jaén es una realidad dramática que evidencian año a año las cifras arrojadas por el Instituto Nacional de Estadística. Se suele achacar al envejecimiento de la población o a la baja natalidad, bajo el falso relato de que los jóvenes ahora no quieren tener hijos, pero lo cierto es que detrás de los datos, de una caída en picado y continua del censo jiennense, están también los rostros de generaciones enteras que tienen que salir de su tierra, sin quererlo, para encontrar una condiciones dignas de trabajo o carreras profesionales de éxito.

Estos que se recogen a continuación son algunos de los testimonios de jiennenses que han emigrado a otras partes de España u otros países en busca de unas oportunidades que para ellos son impensables en Jaén, y como pago por su futuro está la distancia con sus familias y amigos.

“Los trabajos que hay son muy precarios o muy difíciles de conseguir”

Almudena Higueras.

Almudena Higueras es otra alumna de la Universidad de Jaén que tuvo que salir para encontrar oportunidades de trabajo dignas en su sector. “Estudié en la Universidad de Jaén Relaciones Laborales y Recursos Humanos y me fui hace casi tres años porque no había posibilidad de Jaén de tener una carrera digna cobrando un salario digno. Sólo me podía esperar trabajar en la hostelería, en alguna tienda, animadora con niños y cosas así, aun teniendo una carrera”, cuenta.

Actualmente es líder de un equipo, en el apartado de ventas, de una empresa que vende un software de recursos humanos en Barcelona y afirma que se mezclaron la tristeza y el entusiasmo cuando decidió emigrar. “Barcelona es una ciudad súper bonita así que fueron un poco de emociones encontradas. Siempre que vuelvo de vacaciones me encanta porque amo mi tierra y amo Jaén pero a día de hoy no volvería a Jaén a vivir. En un futuro, ¿quién sabe?, pero ahora mismo no porque aquí está todo, hay mil oportunidades mientras que en Jaén no hay o las que hay son de condiciones escasas o con requisitos muy altos. Te piden cinco años de experiencia y casi que tengas sangre extraterrestre para ganar 1.000 euros y tener una trayectoria y crecer es muy difícil”, argumenta.

Y ve en el empleo el principal escollo para que los jóvenes vean su futuro en Jaén: “Pienso que tiene que crecer mucho a nivel industrial y en generación de empleo porque, en general, los trabajos que hay son muy precarios o muy difíciles de conseguir”.

“Me mudé a Madrid para buscar mejores oportunidades”

Pedro López.

Pedro López se auto declara un “enamorado” de su tierra a pesar de que a sus 28 años lleva ya una década viviendo lejos de los olivos. Estudió en el Conservatorio Superior de Granada y posteriormente en la Universidad Alfonso X el Sabio, para ser actualmente uno de los directores jóvenes con más proyección del país. 

“Hace ya ocho años que me mudé a Madrid para buscar mejores oportunidades, principalmente para poder estar cerca de las grandes orquestas y músicos. Siempre supe que hacer una carrera en la música clásica iba a ser muy complicado en Jaén. En la música importa el talento y el esfuerzo, pero también los contactos”, resume sobre los motivos que le llevaron a dejar la provincia, aunque afirma que nunca ha dejado “de tener un pie en Jaén”. “Veo mi futuro en una ciudad como Madrid, donde los límites para seguir creciendo los marque yo mismo”, confiesa a la hora de pensar en si sería posible para él regresar a sus orígenes para establecerse.

Añade que la suya es una situación común entre sus amigos de Jaén y en su caso es algo más optimista en cuanto a las opciones que tiene la provincia de retener a sus jóvenes en el futuro. “Creo que Jaén está dando pasos para ello, tenemos gran calidad de vida en muchos sentidos. En el ámbito de la música clásica, que es un poco distinto, también hemos avanzado mucho pero creo que aún estamos lejos de conseguir el apoyo institucional y económico necesario para tener una orquesta profesional y estable que pueda dar trabajo digno a los grandes músicos que siguen saliendo de la ciudad y la provincia”, relata este director de orquesta jiennense.

“Jaén tiene difícil retener a jóvenes con un perfil profesional 2.0”

Berta Torregrosa.

Berta Torregrosa lleva casi la mitad de sus 34 años viviendo fuera de la provincia de Jaén. Ya con 18 tuvo que salir para poder estudiar Periodismo (una carrera que no se oferta en la UJA) en Málaga. “Después hice un máster en Periodismo Deportivo en Madrid y un máster en Comunicación Empresarial y Corporativa en Barcelona”, cuenta ella misma para Jaén. Actualmente trabaja como UX Writer en el sector digital para una empresa de aviación, actividad profesional que desarrolla en Barcelona.

Reconoce que en su caso se marchó “feliz”. “Con 18 años no te planteas qué puede pasar en el futuro a largo plazo y solo te centras en lo inmediato: la vida universitaria, la primera experiencia fuera de casa y poder estudiar la carrera que siempre quise”, explica sobre lo claro que tuvo que salir de Jaén iba a ser un paso adelante para ella.

Lo que no tiene nada claro es que pueda volver: “¿Volver definitivamente? Quién sabe, pero no es algo que pueda plantearme. Mi perfil profesional y el sector digital están muy localizados en ciertas ciudades, principalmente Madrid y Barcelona”.

“Más allá del argumento, real, de la falta de ocio y cultura como motivo importante de la ‘fuga’ de jóvenes, creo que la oferta laboral en Jaén se reduce mucho al trabajo estacional y al empleo público. Es difícil retener a jóvenes con un perfil profesional 2.0, más ligado a la tecnología y la comunicación digital y muy en alza estos últimos años, ya que las empresas y startups que demandan este tipo de perfiles profesionales se ubican más bien en las grandes ciudades”, reflexiona sobre los motivos que, en su opinión, hacen que las nuevas generaciones de jiennenses busquen fuera su futuro. 

Sabe que la solución al problema no es sencilla pero defiende que la atracción de inversión privada puede ser un buen primer paso: “Es complicado encontrar una solución para poder retener a la gente joven porque Jaén es una ciudad pequeña y muy centrada en lo local. Quizá una solución pasa por facilitar de alguna manera la llegada de nuevas empresas que apuesten por estos nuevos perfiles o revitalizar el centro de la ciudad, cada vez más huérfano de comercios”.

“Cada vez quedan menos amigos viviendo aquí”

Arturo Pancorbo.

Arturo Pancorbo habla para Jaén Hoy aún con la resaca de haber vivido desde dentro el ascenso del Málaga CF a Segunda División. Trabaja para el club malacitano en el área fotográfica, tienda online y ticketing, aunque también colabora en el Departamento de Comunicación. Como tantos otros, llegó a la capital de la Costa del Sol para estudiar el Grado en Marketing e Investigación de Mercados y ya nunca volvió.

“Me fui de Jaén en septiembre de 2017, con 18 años. Desde entonces mi residencia habitual ha sido Málaga, donde me fui a estudiar a la universidad. Abandoné mis raíces porque no podía formarme en lo que quería aquí, mis padres han hecho un esfuerzo muy grande para que pudiese vivir y estudiar fuera de casa. He tenido que trabajar desde muy temprana edad, en una extensa variedad de trabajos, para así ayudar a costear mis estudios”, describe sobre el sacrificio que han tenido que hacer tanto sus padres como él para buscar un futuro profesional y personal que no cree que pudiera encontrar en Jaén.

No recuerda como “un drama” el tener que salir de su tierra por la experiencia que suponía vivir solo a esas edad pero su perspectiva ha cambiado. “Me pongo a reflexionar ahora y me he perdido muchos acontecimientos en mi círculo cercano por el hecho de no estar en mi casa y al final eso pesa. Intento pasar más por casa para visitar a mi familia y amigos, aunque cada vez quedan menos amigos viviendo aquí”, detalla.

Pese a todo, son tantos los lazos que le unen a su ciudad natal que tiene claro que quiere volver. “Me encanta mi ciudad y mi provincia, siento que la gente tiene un concepto equivocado de Jaén, allá donde voy llevo mis orígenes por bandera. Me encantaría vivir en algún momento de mi vida en Jaén, es una ciudad muy auténtica y su gente es espectacular. Soy socio del Real Jaén y fiel seguidor del Jaén Paraíso Interior FS, por lo que para mí el hecho de estar fuera de casa también supone sufrir por mis equipos desde la barrera sin apenas poder ir presencialmente a disfrutar de ellos”,  cuenta sobre su conexión con la provincia.

Aunque ese amor por Jaén no le impide ver la realidad: “Es una de las ciudades con más paro del país, como afirmaron a finales del año pasado los datos de la EPA. Esto hace que la mayor parte del talento local tenga que salir a buscarse la vida fuera. Jaén es una ciudad muy práctica para vivir, está todo cerca y puedes desplazarte a pie mayoritariamente. El problema viene cuando quieres viajar, las conexiones con el resto de España no son nada buenas. Tampoco tenemos algo, a mi parecer, tan básico como una autovía que nos una con Córdoba y qué decir de una conexión de autobuses digna de una capital de provincia. Hacen falta más infraestructuras y lugares que fomenten que los jóvenes y no tan jóvenes tengan ocio de calidad”.

“Me encantaría volver, mi sueño es estar en el Real Jaén”

José Ramón Cobo-Reyes

También en el mundo del fútbol trabaja José Ramón Cobo-Reyes, aunque en su caso es director deportivo en un club de reciente creación en Canadá. Concretamente trabaja en Saint John, en la isla de Terranova en Canadá. En su caso él sí se formó en Jaén, estudiando un doble grado en Derecho y ADE en la UJA, aunque posteriormente añadió Sevilla, Málaga y Madrid como destinos para ampliar su currículum futbolístico. “La primera vez que me fui en 2019 fue a China. Volví por la Covid y en 2022 ya me fui a San Fernando, y de San Fernando ya me vine aquí. Por trabajo todas las veces”, cuenta sobre cómo emigró. 

En su caso, por su profesión, salir de Jaén era una certeza aunque reconoce que la primera vez que se fue lo hizo “asustado e ilusionado” a partes iguales. “La experiencia fue muy positiva, y cuando me tuve que ir a Canadá ya estaba más mentalizado. Lo que me ha cambiado es que disfruto mucho más el tiempo que paso con mi familia y con mis amigos”, explica. Tanto es así que habla de volver a Jaén como un “sueño”: “A mí me encantaría volver, mi sueño es estar en el Real Jaén, sin ninguna duda. A mí me encanta Jaén, tengo mi familia, mis amigos y es donde he estado toda mi vida”.

También ve en el empleo el gran hándicap de la provincia a la hora de retener al talento joven: “Jaén necesita tener mejores y más oportunidades de trabajo. Mi caso es un poco especial, pero en mi grupo de amigos y en mi familia hay muy poca gente que se quede en Jaén y a todos les gustaría estar aquí”. Yo tengo una opinión buenísima de Jaén, es una ciudad con una buena calidad de vida, la situación de la vivienda está mucho mejor que en otros sitios, yo sé de lo que hablo al vivir en Sevilla, Madrid, Málaga e incluso San Fernando. Creo que si hubiera mejores oportunidades laborales, los jóvenes se quedarían aquí sin duda, y más de uno que ya se ha ido se animaría a volver”, agrega.

“Me hubiera gustado que ese trabajo estuviera en Jaén”

Víctor Serrano.

Víctor Serrano es profesor de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) en Granada, aunque se formó como maestro de Educación Física en la UJA. “Me fuí de Jaén en 2016 por una oportunidad laboral en un colegio de Granada, donde estuve trabajando hasta 2022. Allí, conocí a una compañera que trabajaba en una universidad online y me comentó la posibilidad de trabajar allí también y poder compaginarlo con el colegio. Al final, me sirvió para acumular experiencia docente y optar a un puesto mejor, como el que tengo en la actualidad”, relata sobre los motivos que le llevaron a dejar su ciudad, una decisión que no fue nada fácil.

“Me sentí mal por varios motivos: porque dejaba mi tierra y no quería y porque este tipo de ofertas laborales de cierta calidad y estabilidad no las encontraba en Jaén. Por eso, a pesar de que me iba a un trabajo que me gustaba y que tenía ganas de empezar en él cuanto antes, me hubiera gustado que ese trabajo estuviera en Jaén”, expone sobre lo difícil que es asumir que has de dejar tu tierra para tener unas condiciones de vida a las que de otro modo no podrías aspirar.

Y no se esconde, duda que pueda volver: “Veo muy difícil volver, la verdad, prácticamente imposible. En Granada he formado una familia y estoy muy feliz aquí. Laboralmente, el grado donde doy clase, Ciencias del Deporte, no se imparte en Jaén,  por lo que a día de hoy sería imposible un puesto de trabajo similar”.

Pide una mayor implicación de las administraciones para que cese la sangría de jóvenes en la provincia: “Tendrían que mejorar las distintas y múltiples instituciones a la hora de favorecer un desarrollo económico en Jaén, que revierta en opciones laborales cualificadas y con cierta estabilidad”. “Crear tejido empresarial, incentivar a pequeños y medianos empresarios y, sobre todo, a los jóvenes. Favorecer que los jóvenes puedan montar empresas, ayudándoles en el proceso más que ponerles trabajo y que esto se haga bajo unas condiciones”, especifica.

“Me sería muy difícil volver, tengo dos hermanos y ninguno contempla quedarse en Jaén”

Iván Ibáñez.

Iván Ibáñez, a sus 33 años, es ingeniero mecánico en Gerona, a pesar de que estudió en la Escuela Politécnica Superior de Jaén y en la de Sevilla. Se marchó en 2016 y tiene claro el motivo: “Por la falta de oportunidades para el crecimiento profesional y la pobre remuneración que se ofrecían en los trabajos de mi gremio”. Afirma que se sintió “dolido” al tener que abandonar Jaén: “Te ves obligado a renunciar a muchas cosas, familia, amigos, etc., para crecer en lo que te gusta y para lo que has dedicado cuatro o cinco años de estudio”.

No oculta que le gustaría volver a Jaén pero ya ha creado una nueva vida en tierras catalanas y lo ve una opción complicada. “Me sería muy difícil volver porque analizando la ciudad, nada ha cambiado incluso ha empeorado. Tengo dos hermanos que acaban de terminar su formación y en ningún momento han contemplado quedarse en Jaén, otro hecho que deja patente la pésima situación en la que se encuentra la ciudad”, defiende.

Cree que en la apuesta por el sector industrial puede estar una de las claves para que Jaén retenga su talento, aunque hay más. “Se deberían mejorar las líneas de comunicación, tanto a nivel de tren como de carretera. Para ir a Córdoba no tenemos una vía rápida directa, tienes que ir a Bailén. Para ir a Valencia, tienes que pasar por Madrid, cuando sería de gran ayuda comunicar Jaén con Albacete. No es normal, que tarde menos en ir de Gerona a Múnich que de Gerona a Jaén”, sentencia. “Generar un tejido industrial en torno a nuevos materiales, son el futuro y tenemos la oportunidad de poder adelantarnos al resto de ciudades. En Alcalá la Real hay una empresa pionera en los filamentos de impresión 3D, en Linares se está potenciando la tecnología de aditivo. ¿Por qué no pensar en grande y crear una extrusora de plástico?”, propone.

“Mi sensación es que los mandatarios de la ciudad no saben leer las necesidades. El Jaén Plaza está genial y tener un sitio así es muy agradable para pasear el fin de semana, después de trabajar toda la semana. Lo primero debe ser atender las necesidades de empleo, las tiendas vienen solas”, finaliza.

“Cuando uno prueba las mieles del éxito fuera de su ciudad, es muy difícil volver al barro donde nunca hay oportunidades dignas”

Jesús Jiménez.

Jesús Jiménez realizó toda su formación en la ciudad de Jaén hasta el Grado en Psicología por la UJA. “Luego estudié un Máster Oficial en Recursos Humanos en una Universidad a distancia. Aparte tengo un postgrado en Programación Neurolingüística y Liderazgo de Equipos, MBA y recientemente me certifiqué como Coach por la ICC (International Coaching Community)”, cuenta sobre una educación que lo ha llevado a trabajar para gigantes como Carrefour, Johnson & Johnson, Microsoft o Amazon. “Actualmente soy functional HR coordinator en Keyloop, una empresa SaaS dedicada al mundo de la automoción con sede en Reino Unido, aunque trabajo desde Praga, República Checa”, un puesto para el que dio un primer paso aceptando una oportunidad laboral en Sevilla en el año 2014. 

Habla también de los sentimientos encontrados que conlleva el hecho de aceptar que tienes que emigrar: “Es una mezcla entre alegría, por salir a conocer mundo y desarrollarte como profesional; rabia, porque sabes que no tienes oportunidades laborales acorde a tu perfil; y tristeza, porque dejas atrás a tu familia y amigos”. “Con el tiempo, uniendo los puntos hacia atrás como decía Steve Jobs en su famoso discurso, sientes que en su día hiciste lo correcto dadas las circunstancias. Me siento infinitamente agradecido de todo lo que he vivido, la gente que he podido conocer, tanto en el ámbito profesional como personal, pero es duro. En líneas generales es bastante duro: un país totalmente opuesto, un idioma súper complicado, a 3.000 kilómetros de los tuyos, con una pandemia por medio... Te pierdes muchas cosas, aunque el sacrificio vale la pena. Y lo peor de todo es, cuando llevas un tiempo fuera y los que hayan vivido una experiencia similar creo que estarán conmigo, que llegas a sentirte que no formas parte de ningún lado. No formo parte de Praga, porque a pesar de todo no la siento al cien por cien mi hogar, pero tengo la misma sensación con Jaén. Es curioso”, reflexiona, dejando la puerta abierta a volver a España pero no a Jaén.

En su propuesta para Jaén no piensa sólo en las nuevas generaciones: “Debe mejorar su propuesta de valor, no sólo a los jóvenes, si no para la población en general. Normalmente las propuestas de valor van ligadas a la tecnología, tan ausente muchas veces en nuestra ciudad”. “Una mejora de las infraestructuras que nos faciliten el irnos pero también el volver a Jaén; seguido de una mayor atracción de empresas que quieran establecerse en nuestra ciudad, por lo que crearán oportunidades laborales acorde a las necesidades actuales que el mercado laboral está demandando. Apostar para que Jaén sea una Smartcity por convicción y no por modas, atrayendo talento digital que tan de moda está actualmente. Siendo una ciudad tan cómoda y con una buena calidad de vida, en ocasiones echo de menos que se ponga en valor estos aspectos, ya que gracias a la pandemia se implantó el modelo híbrido de trabajo, lo cuál unido a lo anterior, aumenta su atractivo puesto que cualquier joven puede teletrabajar desde nuestra ciudad, y en su tiempo libre disfrutar de sus calles, monumentos y su gente. Si bien Jaén está mejorando mucho en ocio y cultura, mi sentimiento es que vamos tarde. Vamos tarde por la apatía y la inflexibilidad que tenemos muchas veces. Jaén ha empezado a creérselo, y no ha sido hasta entonces cuando se ha visto un salto cuantitativo y cualitativo en este aspecto”, argumenta desde el conocimiento que le ha dado una década como emigrante.

“En mi opinión, el no tener una propuesta de valor atractiva y bien definida, zambulle a Jaén en un retorno de la inversión inexistente o incluso negativo: Tenemos una ciudad cómoda para vivir con buena calidad de vida, buenos colegios e institutos, una universidad que está siempre a la vanguardia de la educación. Toda esta inversión de tiempo y dinero por parte de la ciudad y de nuestros padres, no se ve retornado puesto que estamos obligados a emigrar. Y cuando uno prueba las mieles del éxito fuera de su ciudad, es muy difícil volver al barro donde nunca hay oportunidades dignas. Si bien nos pueden sacar de Jaén, no pueden sacarnos Jaén de dentro. Y por eso, aunque sea en fechas señaladas, acabamos volviendo y la ciudad se llena de alegría”, reflexiona.

“A mí me gusta mi trabajo y sé que es imposible llevarlo a cabo en Jaén”

Álvaro Talens.

En Jaén se forman numerosos profesionales que son muy cotizados en grandes mercados y Álvaro Talens es un ejemplo de ello. A sus 30 años es consultor de ciberseguridad, en el área de Desarrollo del Negocio, aunque estudió en la Universidad de Jaén el Grado en Derecho. “Me fui en el año 2021 porque antes había estado trabajando en remoto desde Jaén pero me empezaron a ofrecer puestos más relevantes en mi empresa y me tuve que venir a Madrid, porque todos los clientes están aquí”, reconoce. 

“A mí me gusta mi trabajo y sé que es imposible llevarlo a cabo en Jaén porque directamente lo que hago aquí allí no existe. Sí que hay alguna empresa allí que está haciendo algo de este estilo pero está a años luz. No me planteo volver porque para mí no es una opción. Si quieres aspirar a ser algo más que un empleado, si quieres trabajar en puestos intermedios o de verdadera relevancia en empresas importantes, no puedes estar en Jaén”, denuncia sobre un muro con el que se chocan no pocas personas de su generación. 

Pone también el foco en la UJA a la hora de buscar una solución al problema: “Creo que en Jaén tienen que mejorar dos cosas: que la Universidad de Jaén muestra que hay más oportunidades de las que se ofrecen allí, porque la falta de eso genera muchísima frustración en la gente que no es capaz de entender que hay oportunidades fuera; y que la ciudad, desde las administraciones pongan todo de su parte para que esa gente que se vaya vuelva”. “La gente tiene que tener la oportunidad de tener una vida aquí. Debería crearse algún tipo de parque tecnológico en el que pudieran tener representación grandes empresas que además allí tendrían un coste menor”, propone.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último