Los retos que afrontan las 23 plantas de biogás que se planean instalar en Jaén

Provincia

Se han presentado cinco alegaciones por supuesto incumplimiento de la normativa debido a la cercanía con la población

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Imagen de archivo de una planta de biogás.
Imagen de archivo de una planta de biogás. / E. P.

Jaén/“La provincia de Jaén será la capital del biogás”, así lo expuso el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno en la firma de la Alianza Andaluza para el Desarrollo del Biogás y el Biometano. Actualmente, en la comunidad andaluza, se concentran 21 plantas de producción de biogás que aportan unos 33 megavatios, por lo que esa cifra se pretende multiplicar para así cumplir también con la reducción de la huella de carbono.

De momento, la provincia de Jaén, de todos los proyectos, concentra prácticamente la mitad, 23, con una inversión de 710 millones de euros, que tendrán como principal materia prima el alperujo. "Se trata de la provincia con mayor número de proyectos que actualmente ya se encuentran en tramitación, concretamente, 16, una inversión asociada de unos 563 millones de euros", señaló Moreno, añadiendo la creación de miles de puestos de trabajo.

Mengíbar fue el primer municipio de Andalucía en iniciar la tramitación para instalar una planta de biometano para la inyección a la red de gas natural en 2023. No obstante, ese proyecto, junto a dos más, se encuentran paralizados en los despachos de la Administración Autonómica. 

Un caso similar ocurrió en Guarromán que debido a las protestas de los vecinos lideradas por el partido Alternativa por Guarromán (APG) y el PSOE consiguieron frenar el proyecto de la instalación de una planta de biogás en el municipio. El argumento: la cercanía de la planta con la población: a la que pueden llegar los olores que se generan. 

Este es uno de los puntos donde Ecologistas en Acción advierten de la “falta de planificación de la Junta” para la ubicación de las plantas de biogás en la provincia que se cuentan por más de una veintena. "De los proyectos presentados, hemos alegado cinco plantas de biogás por la cercanía con el municipio, ya que incumplen la normativa y las afecciones con la población", explica Javier Ramírez, representante de Ecologistas en Acción en Jaén a este periódico, que añade que es positivo siempre que se haya planeado correctamente.

Quejas por olores

De momento, tras consultar con la Junta de Andalucía cuáles serán las ubicaciones y así como la planificación y no obtener respuesta, desde Ecologistas en Acción señalan los puntos en las que se podrán instalar: en Jaén capital habrá dos, Guarromán, Úbeda, Martos, Andújar, Mancha Real o Vilches. "Hemos reclamado una de Jaén que está al lado del barrio de Las Infantas, a menos de un kilómetro, por lo que entendemos que incumple la normativa, la de Úbeda que también está a menos de mil metros. Las que hay ahora en otras provincias están provocando muchas afecciones por olores a la población a varios kilómetros", apunta Ramírez.

Para ello pone de ejemplo el municipio de Campillos (Málaga) sobre una de las posibles causas del mal olor, entre las que se encontraba la planta de biogás, que llevó al Ayuntamiento a realizar un estudio para evaluar de donde procedía. "Como prueba, que avala el problema sobre las afecciones a la población, disponemos de seis ejemplos de plataformas en contra de las plantas en España por los problemas graves en la población: Navia, Asturias a 0,5 km ; Tineo, Asturias a 3,0 km; Balsa de Ves, Albacete a 3,8 km; Chinchilla, Albacete a 5,0 km; Llutxent, Valencia a 1,6 km; Campillos, Málaga a 4,2 km.

No obstante, el catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Jaén (UJA), Eulogio Castro, señala que es positivo desde el punto de vista medioambiental, porque permite eliminar esa carga orgánica que procede, por ejemplo, en las aguas residuales, así como el alperujo para crear energía. "O la posibilidad de obtener una fuente de energía renovable, porque podemos obtener una fuente de energía como el biometano o electricidad quemando el gas que hemos obtenido a partir de residuos, por ejemplo, residuos agrícolas o residuos ganaderos", explica.

Además, el catedrático alude a capacidad de generación de este biogás o de biometano gracias a la gran extensión de olivar que genera muchos residuos agrícolas derivados, por ejemplo, de la poda, así como de procesos de obtención de aceite de oliva. "Lógicamente, tiene una influencia económica importante. Desde el punto de vista de la salud humana no tiene por qué que tener ningún problema. Se trata de un proceso que se realiza en condiciones controladas, nos deshacemos de residuos y obtenemos un producto energético que podemos valorizar, que nos viene muy bien. Con respecto a los olores tiene que ser como cualquier instalación industrial. Cuanto más lejos, pues siempre mejor desde el punto de vista de las molestias que puede generar", expresa Castro.

Producto sobrante

Otro reto al que se enfrentan las plantas de biogás es qué hacer con la parte que no se transforma en biogás, llamada digestato, que se produce durante la digestión anaerobia. Se trata de la fase líquida, según expone el catedrático, que queda después de que se produzca la conversión de la materia orgánica en los gases. "Entonces la gestión de esa fracción, que se llama digestato o digerido, representa un reto importante porque eso también hay que gestionarlo ahora", apunta.

Habría que evaluar cuál sería la opción más interesante desde el punto de vista ambiental y económico. Existen estudios que prueban que se podría utilizar como fertilizante o en biochar, entre otros y ahora mismo no existe una unanimidad sobre que hacer con esa fracción. "Cuando uno quiere desarrollar una industria de este tipo, pues tiene que tener en cuenta todos los elementos, no solo los productos. También tienes que tener en cuenta las materias primas de partida, asegurarte que tienes un suministro adecuado durante todo el tiempo", afirma.

Desde Ecologistas en Acción plantean otra problemática, "un excesivo número de plantas" en comparación a la oscilante variación de alperujo. En la campaña de 2018/19 fueron 2.087.000 toneladas en la 2022/23 una producción 611.000 toneladas; estando la media en torno a 1.330.000 toneladas. Actualmente, según la confederación las cinco plantas que se conocen tienen una capacidad de procesado en torno a las 700.000 toneladas de alperujo, por lo que si se extrapolan estas cifras a las 23 plantas que se pretenden instalar en la provincia de Jaén, su capacidad de procesado de alperujo sería superior a la producción histórica de este, y podría estar por encima de los tres millones de toneladas, es decir, cinco veces superior a la producción de la campaña 2022/2023.

"Esto significa que la mayoría de estas instalaciones entrarían en quiebra al no tener materia prima o tendrían que modificar sus permisos para gestionar purines pudiendo contravenir la Orden de 15 de abril de 2024 sobre las subvenciones recibidas. De aquí la necesidad de la “Hoja de ruta” en relación con la Alianza Andaluza del Biogás (A2BiO)", añaden.

De momento, aún queda por ver cuáles serán los siguientes puntos donde se instalarán estas 23 plantas de biogás, cuándo y a qué distancia de los cascos urbanos, aunque, el profesor del departamento de Ingeniería Química, Manuel Cuevas, también apuesta por la creencia de que estas plantas estarán lo suficientemente preparadas para no generar malos olores que supongan un perjuicio para la población.

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