Los reptiles marinos que habitaron en Jaén hace 200 millones de años

Investigación

Un equipo liderado por la Universidad de Jaén descubrió en 2013 restos óseos de vertebrados del Triásico en el norte de la provincia

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Dibujo de un notosaurio
Dibujo de un notosaurio / Universidad de Jaén

Jaén/Hubo un tiempo remoto, tan sólo abarcable por completo por medio de la imaginación, en el que las aguas de la provincia de Jaén estuvieron dominadas por grandes reptiles marinos. Hablamos de hace más de 200 millones de años, en pleno Triásico, la primera de las tres etapas en las que se divide el Mesozoico, también conocido como la era de los dinosaurios. En 2013, investigadores de las universidades de Jaén, Granada, Bristol y Hamburgo descubrieron restos óseos de notosaurios y placodontos entre el norte de la provincia de Jaén y el sur de la de Albacete, en un área comprendida entre Puente de Génave y Bienservida. Los fósiles, que tienen más de 230 años de antigüedad, son los más antiguos de todos cuantos se han encontrado de antiguos vertebrados en Andalucía. El equipo lo dirigió el experto en Geología de la Universidad de Jaén Matías Reolid, y otro de los miembros del grupo, Jesús Reolid, hoy geólogo en la Universidad de Granada, ha rescatado recientemente en X los detalles del hallazgo. 

“Hace más de 200 millones de años, lo que hoy es el norte de la provincia de Jaén era una zona de costa habitada por notosaurios y placodontos, y otro buen montón de fauna mesozoica”, resume Reolid en un hilo de X. Es importante no confundir a los notosaurios y a los placodontos con los dinosaurios, más popularizados culturalmente. Los primeros, enmarcados en la especie de los saurópterigios, vivieron entre el Triásico Medio y el Triásico Superior, época esta última en la que aparecieron los primeros dinosaurios, que vivieron en la tierra, aunque no dominaron por completo los ecosistemas terrestres hasta su expansión definitiva en el Jurásico.

En cuanto a los notosoaurios y los placodontos, fueron reptiles marinos. Reolid explica en su hilo que los primeros tenían “cuerpos largos y aplanados, adaptados a la vida acuática”, además de “extremidades en forma de paletas”. “Vivían cerca de la costa. Se alimentaban de peces y otros animales pequeños marinos. Son parientes de los más conocidos plesiosaurios”, añade. Los placodontos, según el experto, “eran reptiles marinos con cuerpos más robustos, con mandíbulas anchas y fuertes adaptadas para triturar conchas”. Su principal alimento lo constituían moluscos, y algunos tenían “caparazones similares a los de las tortugas”.

Arrastrados a la tierra por un tsunami

El artículo científico en el que se reflejaron los detalles del descubrimiento se publicó en la revista Facies. En su introducción, se explica que el norte de la actual provincia de Jaén era un sistema fluvio-costero en el Triásico. La cobertura de su relieve tabular “se caracteriza por facies de lecho rojo continental Triásico compuestas de areniscas y limolitas, con niveles ricos en yeso en la transición a calizas jurásicas”. En el área de Puente Génave y Villarrodrigo tenían un espesor de unos 300 metros. En su parte inferior y a lo largo de más de 30 kilómetros, los investigadores se toparon con una “inesperada unidad de arenisca-caliza” que contenía los huesos de estos reptiles marinos, principalmente costillas y vértebras. “Esta capa de origen marino, única en la sección estudiada, está sobrepasado por sedimentos continentales típicos, lo que indica que el evento marino fue una inundación excepcional en un entorno predominantemente fluvial”, concreta Reolid en X.

Según indicaron los expertos también en su paper, en la época no eran habituales esas ‘invasiones’ marinas de este calibre en una zona terrestre. Entonces ¿cómo llegaron esos vestigios hasta allí? “Estos restos están fragmentados y dispersos, lo que sugiere que fueron transportados y depositados por un evento de alta energía”, señala Reolid. El geólogo añade que las estructuras sedimentarias de esa capa de arenisca “muestran características típicas de un entorno de alta energía, como corrientes fuertes”. En definitiva, un evento compatible con un huracán o un tsunami que habría acumulado los restos de reptiles marinos tierra adentro.

“El hecho de encontrar restos de reptiles marinos en un contexto continental es significativo porque demuestra que estos eventos extremos pueden ser responsables de la preservación y transporte de fósiles marinos hacia áreas donde normalmente no se depositarían”, sentencia el geólogo.

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