Regantes denuncian que hay poblaciones rurales en Andalucía que no están preparadas para una Dana: "Faltan embalses sin ejecutar"

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Feragua considera una "vergüenza" que siete presas en la comunidad, entre ellas la de Cerrada de la Puerta en Jaén, están aún sin licitar

Presas pendientes por construir en Andalucía que denuncia Feragua.

19 de noviembre 2024 - 13:31

Jaén/El presidente de los regantes andaluces, José Manuel Cepeda, arremete duramente contra las administraciones por su omisión y parálisis en la ejecución de los embalses, ha recordado que esos embalses no solo sirven para proporcionar garantía de agua sino que previenen inundaciones y salvan vidas en las lluvias torrenciales y ha advertido de que en Andalucía hay muchas poblaciones rurales que no están preparadas para una DANA “y no lo están porque hay obras que llevan años durmiendo el sueño de los justos, que no hacen más que demorarse a pesar de que están aprobadas por la planificación hidrológica desde hace lustros”.

La parálisis ha sido en todo caso general en todas las cuencas y de la responsabilidad no está exenta ninguna de las administraciones, ni la estatal ni la autonómica. En toda Andalucía, hay ocho presas que cuentan en teoría con el plácet administrativo, pues están aprobadas en los planes hidrológicos de las respectivas cuencas. Pues bien, de esas ocho presas, solo hay una iniciada y paralizada sine die, que es Alcolea, y, de las siete restantes, ninguna está licitada y ni siquiera con proyecto acabado, solo hay dos en redacción de proyecto (el recrecimiento del Agrio y Gibralmedina) y el resto está en fases preliminares (Recrecimiento de la Concepción, El Álamo, Pedro Arco, la Coronada, San Calixto y Cerrada de la Puerta)

El presidente de Feragua ha puesto el ejemplo de la Presa de San Calixto en Córdoba, aprobada en el Plan Hidrológico del Guadalquivir del año 2009 y que todavía no se ha empezado. Ni se ha empezado ni tiene proyecto siquiera. Recientemente acaba de pasar la etapa de autorización de los pliegos de condiciones para la redacción de proyecto, que es el paso previo a la licitación de esa redacción de proyecto y estudio de alternativas.

El caso de este embalse es especialmente sangrante pues, si todas las presas en general cumplen una función esencial en la laminación de avenidas, ésta en concreto aparece incluida dentro del Plan de Gestión de Inundaciones de la Cuenca, como una infraestructura estratégica para evitar las inundaciones en Écija y Palma del Río. “Ya hemos visto lo que ha pasado en Valencia y la verdad es que no me gustaría tener que recordar los nombres de los ministros y ministras de Medio Ambiente del Gobierno de España que desde el año 2009 no solo no han hecho nada por acelerar su ejecución, sino que han hecho todo lo posible para demorarla”, ha señalado Cepeda.

La dolorosa realidad es que no se podrá contar con ninguna de ellas en menos de diez años, y corriendo mucho, cuando muchas de ellas ya podrían estar en funcionamiento. El recrecimiento del Agrio, la presa de San Calixto y la de Cerrada de la Puerta, los tres en la Cuenca del Guadalquivir, son embalses aprobados en la planificación hidrológica desde el año 2009, pero han avanzado a paso de tortuga o no han avanzado. La situación no ha sido diferente en las cuencas litorales y la razón, ha explicado el presidente de Feragua, es la existencia de un “terror verde” que ha coaccionado las políticas hidráulicas en los últimos quince años y que explica esa dejación administrativa, que ha convertido la planificación hidrológica en verdadero papel mojado.

Otro ejemplo, es que, en este tiempo, otras dos presas que fueron aprobadas en planificaciones hidrológicas anteriores, concretamente Velillos en Granada y Cerro Blanco en Málaga, finalmente fueron descartadas por más que dudosos motivos medioambientales. La presa de Alcolea, en Huelva, detenida y sin visos de reanudarse a corto plazo, también fue paralizada por razones medioambientales.

Frente a esta situación, el presidente de Feragua ha exigido devolver “los intereses de las personas” al centro de las políticas de agua, ha demandado un giro radical en esas políticas con una apuesta inversora en obra hidráulica firme y mucho mayor agilidad administrativa técnica y ambiental en la tramitación de los embalses aprobados, con un papel clave en la garantía alimentaria y en la prevención de inundaciones.

Sin una sola presa actualmente en ejecución para compensar este impacto y conociendo que el período de tramitación de estas obras de regulación se prolonga más allá de diez años, el presidente de Feragua ha pedido a las administraciones que diseñen y desarrollen un plan de balsas de riego o microembalses. Con una tramitación menos dilatada y compleja, estas infraestructuras no solo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación, sino que proporcionarían una mayor defensa frente a las lluvias torrenciales y contribuirían a una mejor gestión de los recursos disponibles, facilitando un mayor aprovechamiento de las escorrentías y una atención más directa y cercana a las necesidades de riego, disminuyendo el tiempo de respuesta entre la petición del regante y el suministro de agua.

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