“Por muchas horas que pasemos trabajando en el alfarje del Monasterio de Sigena, nos sigue sobrecogiendo”

Cultura

El maestro artesano ubetense Paco Luis Martos está devolviendo a la vida el artesonado del Monasterio de Sigena

Paco Luis Martos reconstruirá en Jaén el techo de madera para el Monasterio de Sigena de Huesca

Paco Luis Martos junto a uno de los artesonados.
Paco Luis Martos junto a uno de los artesonados. / Efe / Pedrosa

Paco Luis Martos Sánchez (1969, Villanueva del Arzobispo) es un maestro artesano jiennense, de reconocido prestigio sobre el que ha recaído la enorme responsabilidad de reconstruir una joya del Románico Europeo: los artesonados del Monasterio de Sigena (Huesca). Una obra que ya está finalizada, que se debe a la iniciativa del filántropo Juan Naya (CEO de Isdin) y la Fundación Sigena Mágica; y que desde mañana mismo se podrá disfrutar en el Centro Cultural Hospital de Santiago de Úbeda, de donde es natural quien en 2023 fue reconocido con el Premio Nacional de Artesanía. Son sus manos las que han hecho posible el resurgir de un patrimonio de gran valor y ahora son sus palabras las que explican para Jaén Hoy el proceso para recuperar una joya así.

¿Cómo y cuándo cae este proyecto en sus manos?

Este proyecto llevamos como diez años con él. Contactó conmigo el promotor del proyecto y tuvimos una pequeña cita donde me explicó el proyecto que quería hacer y me quedé perplejo porque pensaba que estaba un poco loco o era muy especial por querer abordar un proyecto tan grande y tan especial. Es grande no sólo por las dimensiones de los artesonados sino porque conlleva una responsabilidad a la fidelidad de lo que tienes que volver a hacer. Los artesonados se quemaron en la guerra y hay que volver a hacerlos basándonos en las fotografías, referencias e incluso acuarelas. Quiero que mi trabajo esté a la altura del proyecto y del original. En su día este trabajo fue impresionante, quizá el único del mundo en el que se juntaron el románico, el normando y la influencia de Tierra Santa. Al ser tan especial y ser destruido en la Guerra Civil quedó relegado, nadie lo ha puesto en valor, y ahora al volver a describir todo lo que allí hubo impresiona. La responsabilidad es tratar de ser lo más fieles al original, no sólo en lo original de 1180 sino también con los procesos artesanos que se siguieron en la época.

¿Cuánto tiempo le ha llevado desarrollarlo?

El proyecto son 12 artesonados, seis en madera y seis de otros materiales y cada uno de ellos tiene unas 3000 o 4000 horas de trabajo. El proyecto está a un 40 por ciento aproximadamente de su ejecución. Hay que tener en cuenta que los estamos reconstruyendo por completo, se destruyeron totalmente, no quedó ni una astilla.

¿Cuál es el principal reto al que se enfrentan al volver a hacer una obra así? ¿Qué es lo más difícil de este proceso?

Creo que lo más difícil es estar en el contexto y entender el arte de la misma manera que lo entendieron lo que allí lo hicieron. La técnica o los colores lo puedes trabajar y hacer, pero el contexto que desarrolla ese arte y esos matices que están ahí, puestos en sintonía con los artistas originales es muy especial y es lo más difícil de conseguir. Se puede copiar e imitar cualquier cosa pero el matiz ese siempre se escapa.

¿Qué balance hace del resultado obtenido en lo que llevan hecho hasta ahora?

No dejo de sobrecogerme. Por muchas horas que trabajamos no te cansas. Estás un fin de semana sin verlo y cuando vuelves te sobrecoge.

¿Dónde se va a instalar este alfarje?

El proyecto sería ideal que se instalarán en su iglesia pero las condiciones no son óptimas, Por humedades y porque los frescos están en Cataluña y hay un litigio. Está muy politizado. No se sabe a dónde van a ir. Están en mi almacén, en el que hemos hecho una pequeña sala de exposiciones. Lo que importa es que demos a conocer lo que había allí, esté donde esté. Eso es lo importante.

¿Qué importancia tiene este artesonado como patrimonio?

Es de un nivel supremo porque al destruirse en la guerra y las últimas fotos que tenemos son del año 1936. Al investigarlo, trabajarlo y haberle dado vida a una reproducción que es prácticamente igual es algo que sobrecoge. Tiene una sofisticación técnica y artística como yo no he visto.

Son muchos los trabajos artesanales en los que ha participado, ¿este está entre los más fáciles o los más difíciles que ha realizado?

Es el más complicado de mi carrera no sólo por la parte técnica sino por la investigación. Es de un estilo mudéjar pero más primitivo. No hay ejemplos en el mundo prácticamente de este arte. Hay que ser muy serio y muy riguroso para no hacer una chapuza. Nadie va a saber lo que allí hubo y puedes hacer lo que quieras pero yo quiero que sea como el original.

Si pudiera elegir algún elemento patrimonio para trabajar en su restauración en la provincia de Jaén, ¿cuál sería?

Hubo un tiempo en que la mayoría de las iglesias tenían artesonados mudéjares y se quitaron y se pusieron bóvedas de yeso y muchos artesonados se tiraron. En ese contexto me gustaría haber participado en la reconstrucción de algunos. Eso sería un buen momento, volver a investigar y reproducir los artesonados que había iglesias jiennenses.

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