Se reanudan los trabajos en la villa romana de Bruñel tras siete años parados

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Cuenta con una de las colecciones de mosaicos más portentosas de España, aunque se encuentra en la lista roja de Hispania Nostra por "abandono"

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Mosaico romano de Bruñel.
Mosaico romano de Bruñel.

Quesada/Si hoy sabemos que la historia de Jaén es antigua es porque aún quedan vestigios que lo demuestran. Los yacimientos arqueológicos son el testigo de la vida que en algún momento ocuparon el espacio que hoy habitamos o que se encuentran a escasos kilómetros. Prueba de ello son los numerosos restos arqueológicos repartidos por el territorio de los que aún hay mucho por descubrir. Es el caso de la Villa de Bruñel de la época ibérica y romana, situada a siete kilómetros de Quesada, en la carretera hacia Cazorla y de los que todavía se conservan, más de 15 siglos después, unos de los mosaicos más portentosos de España. Fue además, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía.

El hallazgo de este yacimiento no es ni mucho menos reciente, fue descubierto por primera vez en 1965, mientras un agricultor realizaba labores agrícolas en la zona. Fue entonces cuando se dieron los primeros pasos para sacar a la luz un pasado bajo tierra de más de 15.000 metros. El yacimiento constituye un conjunto arqueológico formado por una necrópolis ibérica tardía (siglo IV a.C) y una fase romana que se extiende desde el siglo I al IV d. C.

El término «Villa» fue aplicado en la antigüedad a dos formas distintas de establecimiento fuera de la ciudad. De este modo la Villa pudo ser una mansión señorial magníficamente orientada, en la que los ricos propietarios buscan comodidad y descanso o una modesta construcción en el campo, agrícola, ganadera o industrial.

Se han realizado alrededor de ocho intervenciones arqueológicas desde su descubrimiento, especialmente entre los años 1965, 1971 y 1968. Pero el abandono, incluso el expolio, vandalismo y la maleza se apoderaban de ellos. Por fin, en el año 2018 se empezó a ejecutar el proyecto de “Intervención de la Villa Romana de Buñuel” anunciado por parte de la Junta de Andalucía para mejorar las condiciones de conservación y adecuar los recorridos para la visita pública.

La Villa Romana Bruñel consta de una necrópolis ibérica alrededor del siglo IV a.C. y una ocupación romana del siglo II al IV d.C.
La Villa Romana Bruñel consta de una necrópolis ibérica alrededor del siglo IV a.C. y una ocupación romana del siglo II al IV d.C.

La protección de los restos se llevó a cabo mediante la implantación de unas cubiertas modulares que al mismo tiempo delimitaban las zonas de mayor interés. “En los restos emergentes y mosaicos se realizan labores de limpieza y consolidación. Algunas zonas de mosaicos, que no pueden ser protegidas con cubiertas en esta actuación, se protegerán mediante la disposición de una capa de geotextil cubierta con arena limpia, a la espera de que en futuras fases se pueda proceder a su cubrimiento”, se explicaba.

Además, para la mejor visualización del conjunto, estaba previsto un tramo de pasarela y un mirador elevados. En los recorridos se instalaría la cartelería necesaria para la didáctica del yacimiento. El proyecto también incluía la reordenación del acceso, la compactación del terreno próximo para el estacionamiento de vehículos y un nuevo vallado de protección del recinto.

Finalización de los trabajos tras siete años

Los trabajos quedaron paralizados y la Villa romana de Bruñel quedó de nuevo abandonada y sin posibilidad de visitas, algo que ha sido objeto de crítica a lo largo de estos años por la oposición del PSOE. Este año 2025, tras más de siete sin apenas intervenciones, únicamente de vallado o limpieza de maleza se han reanudado los trabajos para "concluir unas modificaciones", según ha podido saber este medio y tal y como confirman fuentes de la Junta de Andalucía a esta Redacción.

No obstante, prefieren no adelantar más detalles sobre estas intervenciones que se están realizando actualmente hasta que los trabajos se encuentren más avanzados. El ex alcalde de Quesada, Jose Luis Vílchez, cuenta que durante este tiempo atrás ha estado “bastante abandonada”. “Llevamos preguntas al parlamento andaluz y se nos respondió que se había dado por concluido el contrato y lo que se ha tratado de hacer ha sido hacer labores de limpieza y la licitación de la instalación de un nuevo vallado”, expresa a Jaén Hoy.

El Jaén romano pervive en el yacimiento de la Villa Romana de Bruñel en Quesada
El Jaén romano pervive en el yacimiento de la Villa Romana de Bruñel en Quesada

"Gran" hallazgo

En los trabajos de 2018, se dio con un “gran” hallazgo en la villa romana y es que a pesar de que durante más de 48 años los restos encontrados datan del siglo II, se descubrieron restos de una villa anterior datada del siglo I.

Aunque los expertos ya sospechan que lo que hay a la vista de la villa romana de Bruñel es solo una mínima parte, pero no que fuesen a encontrar una ciudad más antigua. Los propios arqueólogos como Yolanda Jiménez no esperaban la sorpresa de que aparecieran los restos de una villa anterior “tanto en las fuentes literarias como demás excavaciones realizadas desde 1965 por Rafael de Nido no había constancia de esta fase del siglo I alto imperial”.

Algo muy importante si se tiene en cuenta que las estructuras emergentes que están a la vista se apoyan en una primera vivienda. El hallazgo se produjo en la zona norte del yacimiento “con esta actividad se revalorizan los restos de esta villa, que bien lo merece”, concluyó entonces la arqueóloga.

En la lista roja por “abandono”

La organización Hispania Nostra la incluyó en su lista roja por riesgo de perder sus valores esenciales en 2021. “Sin un trabajo de restauración y puesta en valor de este conjunto arqueológico, esta villa romana correrá el riesgo de desaparecer totalmente debido al expolio y al vandalismo que sigue sufriendo hoy en día por su abandono”, exponen.

Añaden que, se encuentra cerrada al público, pero se puede entrar al recinto fácilmente. “Ha sufrido durante estos últimos años actos vandálicos y expolio de piezas arqueológicas y mosaicos de importantes dibujos decorativos. También ha sufrido un gran desgaste debido a las inclemencias meteorológicas. Aunque se han realizado algunos trabajos parciales de restauración, de acondicionamiento, de desbroce y de mantenimiento cada cierto tiempo, no ha sido suficiente. Además, algunos de los mosaicos se encuentran ocultos entre la hierba o lonas y es imposible verlos adecuadamente”, describe la organización.

Una vista de la villa romana de Bruñel, en Quesada (Jaén).
Una vista de la villa romana de Bruñel, en Quesada (Jaén). / M. G.

Los primeros trabajos fueron realizados por Rafael del Nido, A. Arribas, M. Riu, P. Palol, M. Sotomayor, y J. González Navarrete. En total ocho intervenciones sucedidas entre los años 1965 y 1971. En 1971 y en 1986 se llevaron a cabo labores de consolidación, restauración de mosaicos y estructuras arquitectónicas. Bruñel se concibió como una villa residencial frente a la Sierra de Quesada, aunque no debió estar desligada a la posesión y explotación de la tierra. Su construcción tuvo lugar en cuatro fases. La primera, en el siglo I como se descubrió en 2018. La segunda, la edificación originaria, en el siglo II, la segunda de las unidades arquitectónicas del siglo III y la tercera unidad (siglo IV), concebida como una gran explotación agropecuaria y villa urbana.

Quedan aún por excavar unos 10.000 metros

Bruñel quedó reducida a cenizas tras un incendio en el siglo V y se abandonó. No está excavada en su totalidad, tan solo unos 5.000 de unos 15.000 metros, lo cual dificulta el conocimiento completo de las funciones de sus dependencias. El yacimiento constituye un conjunto arqueológico formado por una necrópolis ibérica tardía (siglo IV a.C) y una fase romana que se extiende desde el siglo II al IV d. C. Ha contado con excavaciones sistemáticas a lo largo de ocho campañas arqueológicas y diversas fases de limpieza y consolidación de las estructuras. Tres son las fases que definen la villa, que corresponden a los siglos I, II, III y IV d. C.

La segunda, del siglo II, se sitúa en la zona más occidental del conjunto y está formada por un edificio cruciforme irregular al que se asocian unos contrafuertes, una cisterna y el arco de una estructura circular. Todos ellos representan muros muy consistentes construidos con opus caementicium y con huellas de encofrado. Aparecen estucos con decoración de grandes espejos bermellones, azul oscuro o verde, separados entre sí por bandas oscuras y columnas.

El Jaén romano pervive en el yacimiento de la Villa Romana de Bruñel en Quesada
El Jaén romano pervive en el yacimiento de la Villa Romana de Bruñel en Quesada

La tercera fase, datada en el siglo III, corresponde a una gran villa bien conservada y en la que destaca el atrium con impluvium y el peristilo en torno al cual se distribuye la mayor parte de las habitaciones. Los pavimentos son de opus signinum o con mosaicos, siendo las composiciones de estos últimos generalmente geométricas, a veces con bandas de esvásticas o trenzas de diferentes cabos, o combinaciones de estas con medallones que encierran figuras humanas.

Destacan los mosaicos de los dormitorios en el ala este del peristilo por su doble composición: geométrica con aves en las esquinas, que enmarca el lugar ocupado por el lecho, y geométrica combinada con la figurativa para ser contemplada desde el anterior. Una de estas composiciones es la que se encuentra en el Museo Provincial de Jaén, con la posible representación de la nereida Thetis. La mayor parte de las habitaciones conservaban restos de estucados con diferentes decoraciones.

La cuarta fase, del siglo IV, es una villa de menores pretensiones que la anterior, concebida para el desarrollo de las actividades agropecuarias. Viene marcada por dos grandes edificios: uno rectangular con ábsides en sus dos lados menores y un segundo centrado por un gran patio al que se abren diferentes habitaciones y que conecta por medio de dos pasillos con el peristilo de la casa. La construcción de los ábsides orientales del conjunto afectó a una necrópolis ibérica tardía. También pueden datarse en esta época las estructuras que aparecieron al noreste de la villa. Además, junto a la puerta de entrada, en el sector meridional, se documentaron dos tumbas de incineración.

Del yacimiento, lo más interesante son los mosaicos, formados mayoritariamente por composiciones geométricas. En las estancias localizadas al este del peristilo los mosaicos se complementan con recuadros con figuras, como la cabeza femenina, interpretada como la diosa Tetis o una divinidad agrícola, u octógonos con representaciones de animales o flores.

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