Prisión provisional por presunto homicidio para el detenido por la desaparición del temporero en Villacarrillo
Sucesos
Ginés V. L. se ha acogido a su derecho a no declarar ante el juez, que también le investiga por un posible delito de tenencia ilícita de armas
Detienen otra vez al empresario de Villacarrillo sospechoso de la desaparición forzosa de un jornalero

Jaén/El Juzgado de Instrucción número 1 de Villacarrillo ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para Ginés V. L., el empresario agrícola villacarrillense detenido este lunes por la desaparición del temporero senegalés Ibrahima Diouf en enero de 2021. En principio, se le investiga por la posible comisión de dos delitos: homicidio y tenencia ilícita de armas, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Este jueves se cumplía el límite legal de 72 horas para que pasara a disposición judicial. Ginés ha llegado al Juzgado sobre las diez de la mañana acompañado de su abogado y se ha acogido a su derecho a no declarar ante el juez. La Fiscalía ha pedido su ingreso en prisión, solicitud a la que ha accedido el magistrado.
La mujer de Ginés también está investigada por tenencia ilítita de armas, según ha avanzado EFE. La Guardia Civil la arrestó este martes, un día después de su marido, después de los registros practicados por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) en la casa de la madre del empresario agrícola -en la que, de acuerdo a la información de EFE, se encontró una pistola- y en varias propiedades familiares, como un garaje y un bar. Sin embargo, el juez la dejó en libertad con cargos este miércoles.
Desaparecido sin dejar rastro
Ginés fue arrestado a primeros de esta semana por agentes de la Guardia Civil en el marco de la Operación Patriarca, en la que la UCO lleva enfrascada cuatro años bajo la dirección del Juzgado villacarrillense. El sumario sigue siendo secreto. Lo único que se sabe del caso es que Ibrahima, que entonces tenía 33 años, había empezado a trabajar para Ginés recogiendo aceituna a finales de 2020. Unas dos semanas después, le dijo a su familia que estaba harto: ni le habían dado de alta en la Seguridad Social ni le pagaban lo que le habían prometido. Habló por teléfono con su hermano, Mussa, y le dijo que se quería irse con él a Cartaya, a la recogida de frutos rojos. El plan era sencillo: Ibrahima cogería el autobús en la estación de Villacarrillo el 5 de enero de 2021, a primera hora de la tarde, y llamaría a su hermano en cuanto llegara al municipio onubense. Sin embargo, el joven senegalés no apareció en Cartaya, pero es que tampoco se le volvió a ver más por Villacarrillo. Su teléfono estaba apagado. Era como si se lo hubiese tragado la tierra.
Cuatro años de investigación
A raíz de la denuncia de desaparición, la UCO comenzó un largo trabajo que le ha llevado a registrar a fondo varias propiedades de Ginés, especialmente en 2022. Antes se había pedido a la ciudadanía que aportara fotos y vídeos hechos en cualquier parte del pueblo entre los días inmediatamente posteriores a la desaparición, con las calles llenas de gente por el final de las fiestas navideñas y la cabalgata de Reyes Magos. Pero no hubo suerte en ese sentido. La investigación se intensificó con la llegada de grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim). También se usaron perros, caballos y drones para rastrear diversos parajes del municipio, incluido el de Arroyo los Pozuelos, cerca del polígono industrial. Los últimos trabajos sobre el terreno se llevaron a cabo en 2023. Sin embargo, la investigación no se ha detenido en ningún momento. Desde entonces y hasta ahora, lo que se ha hecho ha sido analizar todas las pruebas previamente recabadas. La muestra de que ese trabajo ha dado sus frutos son las detenciones de Ginés y de su mujer.
Absuelto en 2016 por la desaparición de otro temporero
Cabe recordar que este mismo empresario agrícola fue llevado a juicio en 2016 por la desaparición en 2013 de otro temporero que trabajaba para él, Tidiany Coulibaly, de origen maliense y de 22 años. La Fiscalía consideró que no había indicios suficientes para imputarle esa primera desaparición, pero la familia de Tidiany, como acusación particular, sí, y pidió un castigo de 15 años de cárcel por ello. La Audiencia Provincial de Jaén coincidió con el Ministerio Público y lo absolvió del delito de desaparición forzada por falta de pruebas, aunque sí lo condenó a pasar dos años y medio entre rejas por haber explotado a sus trabajadores.
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