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Dos intervenciones quirúrgicas después, el pueblo de Cazorla suspira aliviado porque José López, el jefe de la Policía Local, se encuentra estable en la unidad de hospitalización de Úbeda y con una evolución favorable. Es el final feliz a un episodio descrito por el alcalde cazorleño, José Luis Olivares, como una “película de terror”. “Podíamos haber estado hoy enterrando a nuestro policía o a este vecino si hubiese saltado desde el tejado”, expone para Jaén Hoy el regidor de Cazorla.
Afirma que él mismo ha podido visitar al policía local en el hospital y que “no ha perdido en ningún momento el conocimiento”. “Es una de las personas que más se ha preocupado por Manuel (su agresor). Llevaba varios días que no se medicaba y que no dejaba que nadie de su familia se acercase a él. José intentaba que se tomara la medicación y hablaba con él”, cuenta el alcalde sobre la voluntad de servir al prójimo permanente que exhibe el jefe de la Policía Local y que practicó en especial con esta persona que sufre una esquizofrenia.
Precisamente eso ha sido lo que ha estado a punto de arrebatarle la vida porque nadie podía imaginarse que Manuel se iba a abalanzar sobre él portando un cuchillo de grandes dimensiones con el que le asestó cuatro puñaladas, una de las cuáles le rozó mínimamente la carótida. Desde el entorno del policía afirman a esta Redacción que él pensó en dispararle en una pierna para defenderse, pero que no lo hizo al haber mucha gente en la plaza y que cuando trató de darle finalmente en un pie no lo consiguió.
Manuel huyó tras la agresión y José López, consciente en ese momento de la gravedad de sus heridas, le dijo a su compañero: “Llévame al hospital porque me ha matado”. Mientras en el Hospital de Úbeda consiguieron salvarle la vida, agentes de la Guardia Civil cercaron al agresor en su vivienda, desde cuyo balcón estuvo bastantes minutos lanzando improperios a gritos.
Los agentes de la USECIC finalmente decidieron entrar a por él, a las 03:45 de la mañana, pero se subió al tejado de un edificio de varias plantas, desde donde empezó a lanzarles tejas. Ante el peligro de que se tirase o que acabase arrojando a algún agente al vacío, los guardias civiles acabaron usando una pistola taser para reducirlo.
Ahora Manuel se encuentra bajo custodia policial en una planta psiquiátrica del hospital, donde espera la decisión que las autoridades judiciales tomen sobre él. Será un juez el que determine si debe ser trasladado a un centro penitenciario que tenga atención especializada para este tipo de reos o si por el contrario se le dirige directamente a un centro psiquiátrico.
Vecinos del municipio han explicado a Jaén Hoy que Manuel es una persona muy conocida en Cazorla. Un joven querido y respetado que llegó a ser el dueño de una empresa de trabajos en altura pero al que un accidente dejó convaleciente. Posteriormente llegó la pandemia, que atravesó viviendo sólo y desde entonces sufre problemas de salud mental. “Nunca había mostrado una actitud violenta en la calle”, aclara José Luis Olivares.
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