Pepe Montané, padre de la Carrera de San Antón: “Esta prueba no es para medirla con un crono”

Jaén/La Carrera Popular Internacional Noche de San Antón es uno de los mayores espectáculos y deportivos que ofrece cada año la ciudad de Jaén. Tras 42 años se ha consolidado como una de las pruebas atletas de toda España tienen fijada en su calendario y una cita a la que toda la ciudad acude con ganas de lucir sus tradiciones. Ha alcanzado una dimensión que nada tiene que ver con los inicios de una prueba que, a juzgar por las palabras de su creador, ha variado también en su sentido. José Ángel Montané Ramírez (Córdoba, 1948) fue el concejal que en 1983 ideó una iniciativa destinada a cumplir un doble objetivo: fomentar el deporte entre los jiennenses y reavivar la tradición de las lumbres, que por entonces era residual. Lo va a contar él mismo en una publicación que está preparando acerca de la historia de esta icónica prueba, pero Jaén Hoy ha hablado antes con él sobre los inicios de la carrera y el potencial que esta ha adquirido y podría llegar a tener.

¿Cómo surgió la idea de hacer una carrera?

Fui yo el que la pensó y la hizo y mantuvo hasta el año 1996. La carrera está tal y como yo la dejé en aquel año y tiene el mismo desarrollo. Ha habido algún alargamiento de la distancia pero el recorrido es muy similar. Discurre por la ciudad en la medida de las posibilidades de la misma, porque la limitación de dorsales de la carrera viene precisamente de la orografía de la capital. La carrera surge como complemento de las fiesta de las lumbres. Cuando llegué al Ayuntamiento habían languidecido tanto que sólo quedaban dos, una en Santa Isabel y otra en La Alcantarilla. Yo estaba en la asociación de vecinos Cauce y le dimos un realce a la lumbre de La Alcantarilla que venía toda la ciudad a verla. Cuando entré en el Ayuntamiento vi que esa tradición se estaba perdiendo y por eso hicimos que la carrera fuera de una lumbre a la otra. Pasaba por San Juan, por La Magdalena, para recuperar esas lumbres con incentivos y ayudas económicas a las asociaciones de vecinos que estaban muy incipientes. Fue el Ayuntamiento el que hizo un esfuerzo muy grande por revitalizar las lumbres para que tuvieran presencia en la vida de la ciudad y en su agenda cultural.

¿Quiénes las corrieron en sus primeras ediciones?

En las primeras ediciones corrió gente de algunos clubes de Jaén. El primer año llegaron a meta algo más de 180. Entre ellos algunos del Negociado de Deportes. Se hizo con muy pocos medios y como una actividad que iba dentro de las actividades deportivas de Navidad y Reyes. Los clubes no querían saber nada de carreras populares, decían que era una barbaridad que le diéramos un dinero fijo a los atletas para que vinieran a correr, aunque esos atletas no tenían derecho a premio por haber cobrado ya. El segundo año, en 1985, en el Cross de las Lumbres hubo ya 702 corredores. Creció muy rápido y el atleta Juan José Rosario, que ganó las tres primeras ediciones, contribuyó mucho a ello. También Laura Blanco Guerrero, que ganó las primeras ediciones en categoría femenina. La Carrera de San Antón ha hecho que atletas de Jaén hicieran carrera y que otros hicieran deporte. La tercera edición salió desde el Ayuntamiento, después pasó al parque y de ahí al Gran Eje.

¿Cuándo explotó la carrera?

Necesitábamos que vinieran atletas importantes para que tuviera tirón, algo que ya no hace falta. En 1987 contactamos con Miguel Ángel Mostaza, uno de los mánagers más importantes de atletas y con él negociábamos los cachés de los corredores. Conseguimos que viniera José Luis González, que era uno de los atletas más importantes del momento. Nos pidió una cantidad y al final vino por la mitad y quedó deslumbrado por el ambiente. Llegó a decir que era la carrera más bonita que había corrido en España, decía incluso, exagerando, que había visto a un millón de personas. Y fue él el primero que empezó a hablar en el panorama nacional e internacional de la carrera.

¿Se imaginaba que podría alcanzar estas dimensiones?

Nadie lo imaginaba. Era algo que crecía pero que no se podía imaginar. Hablamos en 1987 con el director de Deportes de Televisión Española para venderle la carrera, para contarle el ambiente y lo que habíamos creado, y me dijo que si antes de las doce de la noche de ese día tenía una cinta en los estudios de Madrida, que nosotros teníamos que grabar, nos cerraban el telediario con la noticia de quién había ganado. Exigían un formato concreto de grabación y teníamos un coche preparado y en cuanto terminó la carrera salió pitando para Madrid.

¿Cree que todavía hay margen de mejora?

Claro que sí. Esta carrera a parte de proyectarse como un elemento propicio para el turismo y la hostelería, tiene que venderse como una actividad cultural de primer rango. La fiesta de las lumbres en Jaén tiene un arraigo inmemorial y puede tener una trascendencia y una proyección internacional. Las limitaciones que tenemos en plazas hoteleras son muy grandes. Tendría que hacerse una comisión de personas que conocen la carrera y que puedan aportar ideas y datos que no se conocen porque a la mayoría de nosotros nos han quitado de en medio. No nos tienen en cuenta para nada. Se debería revisar el expediente de la carrera y ver las posibilidades que hay de potenciarla todavía más. Pocas pruebas son tan bellas como esta. El espíritu de la carrera no es medirla con un crono porque hay embudos, porque hay muchos atletas que no son profesionales y porque no está hecha para eso. Es una carrera para disfrutarla y con una finalidad higiénica que tiene que ver con la salud y el bienestar.

¿La va a correr este año?

La he corrido siempre pero este año no puedo por una lesión y además no tengo dorsal. A mis 76 años sigo corriendo. Habría sido un detalle que me guardasen un dorsal como creador de la prueba, que siempre paso apuros para conseguirlo. Me han tenido olvidado durante 40 años, por los motivos que sea, cuando la Milla Urbana la puse yo en marcha también y la Media Maratón tres cuartas de lo mismo. Sentía que tenía la obligación de poner a correr a la gente en Jaén.