Los ochíos cumplen con su cita este Sábado de Gloria en San Ildefonso

La Semana Santa es toda una experiencia para los sentidos: la evidente mirada sobre nuestras imágenes y el colorido de sus exornos, el tacto sobre nuestros pasos, el oído en las maravillosas piezas musicales que suenan tras ellos y el olfato entre los aromas de incienso que recorren las calles y templos de la ciudad estos días. Pero si hay un sentido que traspasa la memoria humana es el del gusto, que recupera el sabor de nuestras tradiciones en una experiencia que se repite cada año a pesar del tiempo.

Por encima de las torrijas y las magdalenas, hay un dulce eminentemente jiennense: el ochío. La hermandad de la Resurrección, con sede en la parroquia de San Ildefonso, da comienzo a su actividad previa a la procesión con el reparto solidario de esta repostería durante el llamado tradicionalmente Sábado de Gloria. Con un pequeño acto solemne de bendición por parte del párroco, los hermanos de esta corporación endulzan el paladar de los cofrades como antesala a la celebración de la Vigilia Pascual programada para esta noche.

A pesar de las continuas precipitaciones, no han cesado las visitas de los vecinos de este céntrico barrio que no han querido despreciar la oportunidad de hacerse con uno de estos dulces. Además, desde la hermandad han aprovechado para exponer sus pasos y enseres bajo las naves del templo durante toda la tarde. Mañana, si el tiempo lo permite, pondrán el broche de oro a la Semana Santa con la presencia de Jesús Resucitado y la Virgen de la Victoria recorriendo la carrera oficial. Eso sí, todo dependerá de si las nubes ofrecen una tregua segura a la gloria.