No, Mancha Real no es el único municipio jiennense que celebra las Fallas

Torredelcampo/Suele ser un eslogan habitual para promocionar este atractivo tan asentado ya entre los vecinos y vecinas de Mancha Real. Probablemente puedan presumir de ser uno de los pocos municipios en celebrar las tradicionales Fallas fuera de la Comunidad Valenciana, aunque no es el único. Bien es cierto que esta celebración impulsada por el gremio de carpinteros desde el año 83 ha llegado a recoger una notable relevancia en la provincia jiennense hasta el punto de ser reconocida como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

Lo cierto es que esta tradición que está a punto de cumplir su 41ª edición debe su organización cada año a la festividad de San José, precisamente el patrón de los carpinteros. Son estos mismo trabajadores quienes se reúnen de forma completamente desinteresada meses antes para confabular el diseño de sus arquitecturas para, finalmente, quemarlas ante el pueblo como colofón al resto de actividades convocadas durante todo el fin de semana más cercano al 19 de marzo.

Las de Mancha Real, de hecho, cuentan con una extensa programación que arranca incluso con una carrera urbana, un pasacalles y hasta un pregón. Todas estas claves han permitido, sin lugar a dudas, que las Fallas de esta localidad jiennense se hayan convertido en todo un referente cultural dentro y fuera de la provincia en las últimas décadas. Esta vez, además, el gremio de la madera ha unido fuerzas para confabular un proyecto solidario con los valencianos afectados por la dana.

También se asienta en Torredelcampo

Tampoco son valencianos y celebran sus propias Fallas desde hace "por lo menos 35 años". Los carpinteros de Torredelcampo se reúnen cada año después de Navidad para celebrar esta tradición que va camino de cumplir sus cuatro décadas. "Fueron los más mayores quienes apostaron por hacer algo y que San José tuviese su propia velada", explica Manuel Castillo, presidente actual de la cofradía del santo patriarca.

Aquella iniciativa que comenzó con la elaboración de un gigantesco caballo de madera ha logrado persistir a lo largo del tiempo con toda clase de ingeniosos diseños. "Nos juntamos en nuestra sede y cada cofrade aporta una idea", señala para añadir que, finalmente, "la que vemos más factible es la que efectuamos". De todas esas ideas han salido auténticos dioramas a escala en los que han cobrado vida personajes tan emblemáticos como King Kong y Rapunzel o monumentos tan reconocibles como la sevillana Torre del Oro.

Este trabajo voluntario se lleva a cabo prácticamente a contrarreloj, tal y como expresa el propio Castillo. "Nos quitamos nuestro tiempo y dedicamos incluso algunas noches para hacerla lo más bonita posible". Se trata por tanto de una actividad conjunta en la que trabajadores de todo el gremio se unen a la causa de forma desinteresada.

"Vamos configurando y preparando los tableros que nos proporciona Maderas Moral para no tener un coste muy grande, ya que estas Fallas no están subvencionadas", resuelve. Tan solo la aportación de las empresas locales y la organización del propio Ayuntamiento de cara a la velada de San José sientan las bases para que el fuego crepite cada año con más fuerza si cabe.