Una mujer relata ante el tribunal que juzga a su marido 54 años de malos tratos y violaciones
Tribunales
Las agresiones comenzaron a los 17 años cuando entonces el acusado era su novio
Heridas tres personas en un incendio de una vivienda de Jaén

Una mujer de 77 años ha relatado ante el tribunal de la Audiencia de Jaén que juzga a su exmarido los 54 años de malos tratos, violaciones e insultos que asegura haber sufrido desde que lo conoció con 17 años y al que disculpó y no denunció hasta que tuvo 71 años cuando temió perdió la vida en una de sus palizas.
El marido, de 78 años, se ha sentado en el banquillo acusado de un delito de malos tratos habituales, otro delito continuado de violación y un tercer delito de maltrato. Por todos ellos el Ministerio Fiscal le reclama penas que suman 19 años de prisión y 18 años de prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima.
Protegida por un biombo, la mujer ha relatado toda una vida de agresiones que comenzó a los 17 años cuando entonces el acusado era su novio y le dio una bofetada que la tiró sobre unas zarzas. A partir de ahí, las agresiones físicas, sexuales y los insultos eran "casi diarias" porque "siempre tenía una excusa para meterse conmigo".
Ha añadido que después de los golpes, el acusado la obligaba a mantener relaciones sexuales. "Eso no era hacer el amor, era violarme", ha dicho la mujer, al tiempo que ha indicado que solo pudo ponerle nombre a lo que le estaba ocurriendo cuando a raíz de la denuncia que interpuso de 2020 se puso en manos de psiquiatras y psicólogos.
"Yo no lo disculpaba, pero no quería que todo el mundo supiese que el padre de mis hijos era un maltratador, un sinvergüenza"", ha dicho la mujer para explicar porqué, a pesar de las múltiples ocasiones que acudió la Policía a su casa alertada por llamadas de los vecinos, ella nunca se atrevió a denunciar.
Han sido varias las ocasiones en la que la presidenta del tribunal ha tenido que llamar al orden al acusado ante los comentarios que realizaba durante la declaración de su exmujer, que ha finalizado su declaración diciendo que estaba "muy cansada" y que su único deseo es "quedarse tranquila".
Fue en 2020 cuando en una de las últimas palizas decidió denunciar su marido porque ya se habían ido de casa tanto sus hijos como su nieto y ella temía por su vida. "Puse la denuncia porque me iba a matar, porque se ponía como un monstruo y yo lo dejé todo y me fui", ha indicado en su declaración, además de afirmar que durante su matrimonio ella fue "una muerta de hambre" y "él era el señor de todo".
El acusado se ha acogido a su derecho a declarar el último y de solo responder a las preguntas de su abogado, aunque hasta la celebración del juicio ha negado todas y cada una de las acusaciones formuladas sobre él, amparándose en que todo se debe a que su exmujer lo que está persiguiendo es quedarse con su dinero y propiedades.
En el juicio también ha declarado su hija que ha dicho que abandonó su casa cuando cumplió los 18 años después de presenciar innumerables palizas a su madre. Ha afirmado que desde que tuvo cuatro o cinco años tiene recuerdos de palizas de su padre a su madre "por cualquier cosa", de verla con "hematomas por todo el cuerpo" y de ver cómo tras los golpes "la arrastraba" a la habitación "cerraba la puerta y escuchar cómo la obligaba a mantener relaciones mientras ella lloraba".
En este sentido, ha apuntado que tanto ella como su hermano tenían "mucho miedo" de su padre y también de denunciarlo por la reacción que pudiera tener.
El nieto del acusado, que convivió con ellos hasta que tuvo 27 años, ha relatado también los malos tratos presenciados y los insultos hacia su abuela, algo que era "recurrente" porque "no eran discusiones, era un avasallamiento por parte de mi abuelo" y "el desencadenante podía ser cualquier cosa".
Para este juicio están llamados a declarar psiquiatras, psicólogos, además de médicos forenses y policías nacionales, además de tener previsto la reproducción de la llamada al 112 del 1 de mayo de 2020 cuando el acusado, según ha relatado la mujer, le propinó una brutal paliza tras enterarse de que el presidente de la comunidad donde residían había estado en la casa para ver los problemas de humedad que presentaba el inmueble.
Fue la última agresión y la que la llevó a abandonar su hogar, marcharse de la provincia de Jaén y presentar la denuncia por 54 años de malos tratos y agresiones.
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