Los 'maquis' y bandoleros de la posguerra cobran vida a través del cine en la Sierra de Segura
CINE
José Laso dirige un interesante proyecto documental en el que narra la historia de estos grupos de represaliados localizados por las diferentes comarcas de Jaén
Los vecinos de Santiago-Pontones y el Grupo de Teatro hornillero Artemix participan de forma activa en este largometraje, que espera concluir su rodaje en el mes de septiembre
Santiago-Pontones, territorio de cine, recrea la resistencia de los maquis
Tuvieron muchos nombres: desde huidos, desertores y bandoleros hasta "maquis". Este último término proviene del francés "maquisard", de influencia corsa, y cuyo significado podría traducirse como bosque, monte o selva. Ya desde bien antiguo se utilizaba la expresión "prende le maquis", o lo que viene a ser lo mismo: "agarrarse al monte". Es precisamente en el país galo donde se empieza a plantear una resistencia armada hacia el régimen español, lo que lleva a crear la Agrupación de Guerrilleros en 1941. Sin embargo, tras el cambio de estrategia y el abandono de la lucha armada, estos guerrilleros elevados como auténticos héroes en el pueblo francés e italiano fueron perseguidos como desertores por el gobierno de Franco.
A menudo, cuando se trata este tema desde el punto de vista histórico, se ignora la referencia más cercana. En 1945, el coronel de la Guardia Civil Eulogio Limia realizó un informe detallado sobre la existencia de hasta nueve guerrillas en todo el territorio naciona, cuatro de ellas operando en Jaén. La realidad es que prácticamente toda la provincia estuvo repleta de guerrilleros, y por eso la Guardia Civil hubo de dispersarse, hecho que facilitó la movilidad de los maquis. Estos permanecían ocultos en su pueblo de referencia y huían al monte en caso de amenaza, donde precisaban de apoyos en forma de intendencia, información y cobijo para las noches de invierno.
Sin un conocimiento castrense básico, estos bandoleros realizaban sus desplazamientos de noche, alejados de los caminos y puentes, y en formación fragmentada en grupos de tres o cuatro hombres para facilitar la dispersión en caso de alerta. También el uso del fuego estaba restringido y se cocinaba lo estrictamente necesario, todo cuanto hiciese falta para ocultarse y abandonar el campamento a través de un código secreto con el que avisar al resto de la partida. Para su captura, Franco pronto pasó a una política de premios a los delatores, desertores y arrepentidos, conmutando las penas, e incluso ingresando en la misma Guardia Civil a quienes se entregaran o confesaran. En realidad, casi todos fueron muertos o apresados por la propia Guardia Civil.
Se calcula que más de 7.000 hombres y mujeres se echaron al monte tras rebelarse ante el régimen dictatorial. Acusados de bandoleros y criminales, muchos de ellos fueron perseguidos hasta la muerte y requirieron de diferentes puntos de avituallamiento y toda una red de estafetas para recoger su correspondencia o posible armamento. Si algún miembro de la guerrilla era capturado, se abandonaban las posiciones para facilitar la confesión y minimizar la tortura de este individuo. Sobrevivieron los más avezados ante el más signo de peligro, cuyo testimonio logró perfilar la historia de estos personajes de leyenda que poblaron nuestras sierras.
Al rescate de su historia en Jaén
El pequeño municipio de Santiago-Pontones se ha convertido estos últimos meses en un aténtico plató de rodaje para rescatar del olvido la historia de estas partidas de bandoleros jiennenses. A través de varios proyectos de cine comunitarios con la intención de paliar los efectos de la sangrante despoblación en la comarca, se pretende declarar la Sierra de Segura como una zona de interés cinematográfico, así como dignificar la memoria histórica, fomentar valores y resaltar su rico patrimonio. "La idea está gustando mucho a través del grupo de desarrollo rural de varios ayuntamientos, es un lugar que geográficamente puede aportar mucho encanto a algunas producciones", expresa José Laso.
El último de estos proyectos audiovisuales: “Maquis y fugaos en la Sierra de Segura”, de la mano de este jiennense, contará la historia de la partida de bandoleros comandada por Sixto García Espinosa, conocido como "el de Marchena". Este personaje, junto a "El de Miller", el Gato Negro, y otros individuos vagaban por el monte cambiando con frecuencia de lugar para evitar ser localizados. Su aventuras y desventuras por la abrupta siera resurgen ahora en un largometraje documental que pretende poner en valor estas figuras históricas olvidadas por la sociedad. "Nos dimos cuenta de que era un episodio silenciado por el tiempo y nos hemos sorprendido al rescatar familiares que disponían de una extensa documentación".
Estos proyectos sin ánimo de lucro se llevan a cabo a través de la asociación cultural Amigos de Nuestras Tradiciones "La Esparteña", junto con la colaboración del ecomuseo “Alma Serrana”, el grupo de teatro “Artemix” de Santiago-Pontones y otros particulares. Este rodaje previo a la realización del largometraje “Maquis, la última resistencia” y el cortometraje “Máximo, el cojo de la Fresnadilla”, ha contado asímismo con el Ayuntamiento de Santiago-Pontones, Hornos de Segura, Orcera, Siles, La Puerta de Segura, Yeste y Nerpio, así como otras administraciones públicas y privadas, con la única intención de llevar al cine este compendio de historias basadas en hechos reales y ambientadas en la posguerra.
"El largometraje requiere de mucha financiación, así que decidimos empezar con este documental, que ya tenía un respaldo económico asumible", explica Laso. En su audacia por encontrar mucha de la documentación necesaria para este formato han sido fundamentales el testimonio de personas aún vivas y que conocieron la situación en su momento, así como el apoyo de obras como "La guerra no acabó en el 39", del autor Luis Miguel Sánchez. "He podido recomponer este rompecabezas con datos dispares que ha sido necesario contrastar". Será ya en este cercano otoño cuando conozcamos el resultado de esta iniciativa comprometida con la memoria histórica.
Sinopsis de "Los maquis y buscaos"
Esta historia basada en hechos reales narra la odisea vivida por varios represaliados serranos del valle del Segura, quienes durante 11 años (de 1939 a 1950) sufrieron el acoso hasta la muerte por haber luchado junto al ejército republicano, haber desertado del mismo o escapar de los campos de trabajo del régimen franquista. Sixto García Espinosa, alias “El de Marchena”; José Antonio Fernández, conocido como “El de Miller”; Juan Ruiz "El argentino", alcalde de Yeste; Juan Sáez, alcalde de Nerpio y su secretario, Manuel Romero, sobrevivieron durante este periodo en un lugar abrupto, de clima adverso y condiciones extremas.
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