Una semana para encender una nueva madrugada al lado de Jesús

Siete días nos separan de la noche más mágica del año para los jiennenses. Espacio y tiempo volverán a detenerse entre los cantones de la Merced. La hora pasará de largo entre los relojes y las calles más pequeñas se harán grandes al paso del Señor de los Descalzos. La madrugada del Viernes Santo vuelve un año más para barrer la desesperanza y renovar la devoción de la ciudad.

Rosa Garrido, a pesar de su experiencia bajo la túnica, siente los nervios propios de las primeras veces. Será su primera procesión ostentando el cargo de Hermana Mayor. “Recibo esta tarea con ilusión y siendo consciente de lo que tenemos entre manos”, revela. Su cofradía, una de las más importantes del panorama andaluz, concentra un alto número de personas en su salida a la calle: de momento ya rozan los 600 nazarenos.

No obstante, serán muchos más los que participen en el cortejo debido a su peculiar organización. “Los hermanos de luz son aquellos cofrades apuntados con antelación”, explica. “Esa misma noche entran y forman la procesión, donde se les entrega el cirio y se incorporan”. Pero, además, al contrario que en el resto de hermandades, cualquier persona que vista adecuadamente la túnica puede acompañarlos sin romper las filas de nazarenos.

A pesar de las reticencias al cambio, la dirección de esta junta encabezada por la primera mujer como Hermana Mayor sigue firme y serena en su esencia. Y con ello sus propios “promitentes” continúan en auge para portar los pasos: “El año pasado fueron tres turnos de verónicas, mientras que este año van cinco”. El incremento de la participación en los últimos meses advierte una madrugada plena. “En Jesús van ya cinco turnos también, y en el paso de la Virgen, seis”.

La imagen del nazareno con la cruz a cuestas es santo y seña de la ciudad y un polo de atracción para muchos devotos de fuera. Es por eso que su participación en la magna de 2025 anunciada por el obispo no ha pillado de sorpresa entre los cofrades. “Estamos a disposición de nuestra diócesis, para eso somos Iglesia”, declaraba Garrido al respecto.

También masiva ha sido la afluencia de público a su tradicional besapié esta Cuaresma, culto que se recuperaba después de una larga pausa como consecuencia de la pandemia. “Es tremendo cómo Jaén se ha volcado por completo durante varios días”. Las largas colas recorrían mañana y tarde las aceras del entorno del camarín en una visita ineludible.

Incluso, en el sencillo acto de dar un beso, la vocalía de caridad ha sabido impulsar uno de sus proyectos. “A cambio de una pulsera bendecida a los pies de Jesús se han obtenido muchísimos donativos, parte de ellos destinados a un convento de carmelitas descalzos de Ucrania”. Con la intención de atender a los más necesitados, lo recaudado servirá igualmente para financiar un proyecto de obra de un refugio antiaéreo en este país azotado por la guerra.

Mientras los niños, en su admirada inocencia, visitan estos días el santuario, la cofradía aprovecha para evangelizar a los más pequeños. “Es importante que sean conocedores de sus tradiciones”. De igual manera, los mayores de diferentes residencias han sentido la cercanía del Señor con sentida oración en la cercanía del templo.

Sobre cómo vivirá Rosa la madrugada del Viernes Santo no lo ha dudado ni un segundo: “La vida a veces aprieta mucho, yo estaré pensando en eso y acordándome de quienes me han inculcado la fe. Será muy emocionante”.