El calor de la lumbre de San Antón y la bendición de las mascotas arropan a una lluviosa Jaén
San Antón
Decenas de jiennenses se acercaron hasta la plaza de San Juan con sus perros para disfrutar de esta fiesta y bailar alrededor del fuego
En imágenes: La tradición de la lumbre de San Antón y la bendición de animales sigue viva
Queman en Jaén el pelele del señor Puigdemont
El crepitar de las llamas del fuego se mezclaba con el sonido de las gotas de la lluvia en una tarde mágica para Jaén. Caminando por las empinadas y empedradas calles del casco histórico de la capital se intuía el rojo intenso del fuego y la columna de humo procedente de la plaza San Juan. Allí, con un cielo encapotado que no paraba despedir agua los paraguas se amontonaban alrededor de las llamas para sentir el calor de la lumbre de San Antón. Al inicio se quemó el tradicional pelele con forma de cabeza de lagarto de color azul de grandes dimensiones, realizado por alumnos de la Escuela de Arte José Nogué.
Y aunque la lluvia parecía que iba a empañar esta tradición, los jiennenses se echaron a la calle con sus mascotas de cuatro patas, ataviados con chubasqueros para protegerse del agua, y preparados para recibir la bendición. Desde los más mayores a los más pequeños se animaron a echar al fuego "tirajos" para avivar las llamas por San Antón. Una fiesta que en la capital tiene siglos de historia y se vive con un especial cariño.
Las raíces se remontan al siglo XIII, cuando la devoción a san Antonio Abad se arraigó en la capital jiennense. Crónicas de la época revelan que los defensores de la ciudad ante los ataques árabes, veneraban al santo en una capilla especial en la catedral. En vísperas de la festividad, encendían cuatro antorchas como muestra de respeto hacia su patrón. El impulso definitivo para las celebraciones lo proporcionó Miguel Lucas de Iranzo, alcaide de la ciudad en el siglo XV, condestable de Castilla y valido del rey Enrique IV de Castilla. En el siglo XIX, los agricultores y ganaderos se unieron a la tradición, quemando durante las festividades los restos de las podas invernales.
Bendición de los animales y bailes alrededor de la lumbre
A pesar del frío y la lluvia el fuego se erigió con firmeza e iluminó toda la plaza de San Juan, y allí aguardaron los perros junto a sus dueños un año más para ser bendecidos. Aunque el 17 de enero es la onomástica del patrón de los animales, su celebración en Jaén se adelantó al sábado 13 con la Carrera, y también al martes 16 de enero, cuando se celebra la lumbre institucional.
La música tradicional invadió la plaza e invitó a los jiennenses a bailar, que de forma espontánea se cogieron de la mano y rodearon en un gran círculo la lumbre girando alrededor de ella. Hasta los más peludos, fieles a sus compañeros saltaron nerviosos. A las 19:40 les llegó su momento, les tocó ser los protagonistas a la entrada de la iglesia de San Juan y San Pedro, que acoge la imagen de san Antón. El párroco se dirigió a ellos y con el agua bendita salpicó sobre ellos las gotas hasta el próximo año.
El alcalde de Jaén, Agustín González, y la concejal de Cultura, María Espejo, junto con miembros del Equipo de Gobierno, también estuvieron presentes en la lumbre oficial de San Antón.
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