Cuando Linares no fue la novena provincia andaluza por un voto
Provincia
De la que formaran parte Torreblascopedro, Jabalquinto, Bailén, Baños de la Encina, Guarromán, Carboneros, Vilches, Arquillos, Ibros, Canena, Rus, Baeza, Begíjar, Lupión y Andújar
Un amor prohibido desata la guerra entre los clanes de Linares
Jaén/Han pasado ya más de tres años desde el boom del plataformismo jiennense que convirtió a la provincia en uno de los últimos máximos exponentes de la rebelión de la España Vaciada. Más allá del debate en torno a la mayor o menor fuerza con la que, hoy, sigue titilando esa llama, la idea de Jaén como ente integrador de sus ciudades y pueblos, si es que alguna vez ha sido más que un eslogan, ha tenido que lidiar siempre con un hándicap: Linares y su viejo sueño de convertirse en la primera ciudad de una provincia distinta a la jiennense, la novena de Andalucía.
Lo cierto es que hace un siglo estuvo a punto de conseguirlo. Es, al menos, lo que cuenta Jorge Andújar Escobar, consejero académico del Centro de Estudios Linarenses (CEL), en un artículo publicado en la revista de la Asociación de Promoción Social 28 de Febrero y citado en el blog Historias de Canena, del cronista oficial canenero, Pedro Martínez.
“El proyecto creación de una provincia linarense se basaba en la dilatada historia de Linares, una de las más antiguas de la península y de Europa, así como en su importancia industrial y demográfica, -había capitales de provincia, y aún hay, con bastantes menos habitantes-. Además se recordaba que, durante las épocas íbera y romana, Cástulo-Linares ya había sido capital de la provincia de Oretania. Todo ello hacía que el sentimiento de muchos linarenses fuese el de pertenecer a una zona histórica diferenciada, teniendo en cuenta además que, eran pocos los que se sentían identificados, en aquellos años, con la capital Jaén”, explica Andújar Escobar.
Según el académico, se celebraron sendos referéndums en 1915 y 1920 en todos los municipios que se verían afectados si se consumara la escisión linarense. Para ello, en ambos casos era necesario un apoyo unánime. No obstante, en la primera votación el resultado fue de 13 síes y 3 noes, y en la segunda, de 14 síes y 2 noes. Ya a finales de 1923, el pleno del Ayuntamiento de Linares, presidido entonces por Luis Marín Caro, firmó un acuerdo para pedir la creación de una nueva provincia andaluza con la ciudad linarense como capital.
“Asimismo se decidió crear una Asamblea de compromisarios que mandaría legaciones a los pueblos y comarcas de la provincia, incluso a otras como Ciudad Real o Almería. Pronto empiezan a llegar las primeras adhesiones a favor de Linares: Canena, Ibros, Guarromán, Bailén, Javalquinto (sic), Peal de Becerro, Baños de la Encina o Beas de Segura; también las primeras oposiciones o dudas”, señala el experto en su artículo.
No sería hasta 1925 cuando el general Miguel Primo de Rivera, “a instancias de su ministro de Estado, el linarense Yanguas Messía”, valoró la creación de una novena provincia andaluza cuya capital fuera Linares y de la que formaran parte Torreblascopedro, Jabalquinto, Bailén, Baños de la Encina, Guarromán, Carboneros, Vilches, Arquillos, Ibros, Canena, Rus, Baeza, Begíjar, Lupión y Andújar: “Tendría alrededor de 130.000 habitantes y sería la sexta provincia menos poblada de España, aunque con una densidad de acuerdo con la media nacional. La capitalidad residiría en Linares por ser la de mayor población, y tendría el mismo nombre”.
El acuerdo del Ayuntamiento de Linares llegó a manos del líder de la dictadura nacional, quien planteó la celebración de un nuevo referéndum en el que, a diferencia de los dos anteriores, bastara una mayoría simple a favor de la provincia linarense entre los dieciséis municipios que la integrarían. No obstante, Primo de Rivera acabó cediendo a las presiones de quienes se oponían a la iniciativa: la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Jaén, principalmente, que sostenían que el mapa provincial sólo podía modificarse si todos los pueblos implicados estaban de acuerdo.
Y el caso es que estuvo a punto de darse esa circunstancia. Sólo hubo un municipio que votó en contra de la novena provincia: La Carolina. Según el académico, alegaron que, “debido a la distancia, seguirían siendo igual de olvidados por la capital de Linares que como hasta ahora estaban siendo por la capital de Jaén”. “Las ansias de Linares por ser una nueva provincia se perdieron para siempre, y la ciudad de Jaén siguió conservando la capitalidad de la provincia del mismo nombre”, concluye Andújar Escobar.
El colectivo Linares Novena Provincia
A pesar de aquel revés, el espíritu ‘independentista’ de Linares sigue vivo en parte de su ciudadanía. Habrá todavía quien recuerde cierta polémica suscitada hará en torno a una década en un ámbito como el fútbol, preñado de maniqueísmos y, por ende, propenso tanto a la euforia como a la bronca. No fueron pocos los aficionados del Linares Deportivo que se mostraron en contra de la alusión directa a Jaén en las zamarras azulillas cuando la Diputación comenzó a patrocinar al equipo con su lema Jaén, paraíso interior.
Pero ese sentimiento de emancipación tampoco muere en círculos con mayor querencia a la reflexión. No resulta complicado con una simple búsqueda en internet encontrar un movimiento que ansía recuperar el proyecto fallido de primeros del siglo XX. En su blog, Linares Novena Provincia se define como “un colectivo democrático, plural y participativo, abierto al progreso y a todos los movimientos de avance que mejoren la calidad de vida de los vecinos de la provincia de Linares”. Según se indica, está constituido “por la ciudad de Linares y las localidades de alrededor”. “En Linares Novena Provincia creemos firmemente en la valía de las gentes de la provincia de Linares. En su honradez y en su energía. Por eso les pedimos decisión para dar el paso adelante. Que crean en la provincia de Linares y que la defiendan”.
No hay constancia de que la asociación haya dado el salto a la política ni que entre sus planes se encuentre la concurrencia a unas elecciones municipales. De hecho, en la lista de fines del colectivo se encuentra “orientar y apoyar, desde la sociedad civil, a los representantes políticos que defiendan un proyecto provincialista linarense en las instituciones públicas”. En esa línea, se marca el objetivo de “ser instrumento de apoyo” para la puesta en marcha “de un posible proyecto provincialista linarense”, además de “actuar como instancia de reflexión y denuncia ante los incesantes ataques recibidos por Linares desde las instituciones de la provincia de Jaén”.
Es más, en un comunicado incluso criticó duramente a la plataforma Todos a una por Linares cuando, en 2021, esta pidió en Facebook “la adhesión de los linarenses a las próximas reivindicaciones propuestas por Jaén Merece Más”, no de forma directa, sino a través de aquella coordinadora de plataformas de la provincia que nació en pleno estallido protestatario del sentimiento de unión jiennense frente al agravio nacional. Aquel fue el movimiento que terminó con Jaén Merece Más constituyéndose como partido y concurriendo a las elecciones al Parlamento andaluz, aunque no logró escaño en el Hospital de las Cinco Llagas. Luego vendrían su aterrizaje en el Ayuntamiento de la capital y las cuitas a dos bandas con PP y PSOE. Pero eso es ya harina de otro costal.
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