Laura Caño, con parálisis cerebral y un coeficiente intelectual de 128: "Mi día a día es una aventura"

Martos/Nació en marzo de 2009 y desde entonces no ha parado de superar los obstáculos que ha encontrado en su día a día. Laura sufre una parálisis cerebral a causa de una negligencia médica en el parto, pero este hecho no ha supuesto un impedimento para crecer y formarse como el resto de sus compañeros. "Aunque cuenta con un 85% de discapacidad reconocida presenta un coeficiente intelectual de 128", aclara su madre, Gema Romera. Ella es su máxima aliada en este continuo proceso de superación y aprendizaje, un recorrido que ahora la acerca a cuarto de la ESO "con el mismo nivel que el resto de sus compañeros".

A sus 15 años y con más de un reto cumplido, Laura recalca que lo suyo son las matemáticas y algún día sueña con estudiarlas a fondo. Por el momento, está a punto de concluir su educación secundaria obligatoria en el instituto San Felipe Neri de Martos. "Tiene un daño motórico, que le impide hacer cualquier actividad por sí misma, lo único que ella puede manejar es su mirada y a través de la misma, con ayuda de un ordenador y un programa específico, puede llegar a comunicarse con cierta normalidad".

Esta joven marteña es capaz de formular cualquier frase que considere, por eso no duda en señalar que: "Mi día a día es una aventura". Su proceso de aprendizaje, de hecho, es el mismo que el de cualquier otro alumno, simplemente con el apoyo continuo de un profesor asignado para ello en clase. "Este se encarga de cubrirle todas las necesidades físicas como cogerle apuntes, abrirle libros y aquello que conlleve una manipulación", tras lo cual la ayuda a estudiar y se coordina con los diferentes profesores de cada asignatura para realizar los exámenes.

Gema aprende cada día a su lado y no duda en enriquecer sus conocimientos al ritmo de los de su hija. "Se le ha adaptado la forma de hacer los exámenes dándole más tiempo, puesto que ella necesita algo más para hablar y comunicarse a través de la mirada", explica. No obstante, sus adaptaciones realizadas por el profesor de apoyo requieren de un notable esfuerzo mental para discernir entre varias respuestas concretas. Laura cuenta con ello y por eso estudia como cualquier otro alumno para aprobar las diferentes materias, aunque confiesa que no con todas disfruta de igual manera.

Una comunicación integral a través de la mirada

Un avanzado ordenador es lo que permite realmente que Laura pueda comunicarse con cierta fluidez y desarrollar una educación progresiva. "Este sistema le permite ser autónoma y expresar lo que quiere cuando quiere", apunta su madre. Gracias a esta revolucionaria tecnología, esta estudiante del instituto San Felipe Neri se convertirá próximamente en la primera andaluza en graduarse de la ESO con un sistema de comunicación alternativa y aumentativa.

"Lo tiene desde que tenía cuatro años y medio y todos hemos tenido que aprender su funcionamiento". Se trata ni más ni menos que de un ordenador como cualquier otro, con su sistema operativo Windows, pero con la salvedad de que dispone de un ratón óptico y un software específico de comunicación. Este cursor es capaz de detectar durante varios segundos dónde está ella mirando sobre un teclado y escribir lo que quiere expresar. Además, a través de este mismo programa "Laura es capaz de manejar el sistema Office, buscar información en Google o acceder a sus redes sociales como cualquier adolescente".

Si bien es cierto que este tipo de tecnologías son relativamente nuevas, llevan en el mercado algo más de 10 años. El alto coste de estos aparatos provoca que sean realmente poco accesibles para la mayoría de familias. "Tan solo disponemos de él unos pocos privilegiados como nosotros, que conseguimos el dinero a través de un programa de televisión", cuenta Gema. Afortunadamente, tal y como asegura esta madre, este tipo de ordenadores y dispositivos están mucho más cubiertos actualmente desde hace pocos años.

No existe apenas formación

En ese dilema por comprender el funcionamiento de una tecnología especializada en este tipo de patologías, Romera lamenta el hecho de que, en la práctica real, "no existe una formación reglada para manejar estos sistemas de comunicación alternativa y aumentativa". El proceso de aprendizaje para estos usuarios llevado a cabo hasta hace relativamente poco pasaba por la utilización de una serie de pictogramas, lo que convergía en un procedimiento más lento y tedioso para ambas partes.

A pesar del continuo esfuerzo que supone para muchos profesores de apoyo, "no hay profesionales que estén formados en estos sistemas puesto que es algo que afecta a muy poquita gente". Es el propio interés de los docentes el que marca el camino a seguir en la mayoría de ocasiones, algo que provoca un ciclo continuo cada vez que Laura se encuentra con un nuevo profesor a su cargo. "Solo cuando llega un alumno a clase con estas condiciones es cuando se preocupan en conocer esta realidad".

Según confirma Gema, su hija ha tenido la suerte de contar con auténticos profesionales que han hecho lo posible por facilitar la situación y comprender este sistema, aunque lamenta que esto no pueda ocurrir de la misma forma en otros casos similares. Aunque existe una formación reglada en comunidades como Castilla-La Mancha, no todos pueden acceder a ella puesto que estas competencias "se dan en pocos sitios y normalmente a distancia". En este sentido, son las propias empresas que agencian estos comunicadores las que realizan algunos cursos para poder acceder y saber manejar su sistema.

Teniendo en cuenta las amplias posibilidades que ofrecen estos dispositivos, Gema pide cierta conciencia al respecto. "Otras personas como mi hija pueden llevar una vida más autónoma con el uso de estos avances". Laura, sin ir más lejos, tiene claro que es una niña normal con una situación particular: su reto personal tan solo es saber encontrar con optimismo la manera de hacer determinadas cosas.