Jaén pierde cada vez más suelo: "El efecto en la gravedad y el riesgo de inundaciones es significativo"
Provincia
Los municipios más afectados de la provincia son Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo, Chilluévar, La Puerta de Segura o Frailes
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Jaén/Jaén pierde suelo a ritmo cada vez más rápido por una tierra cada vez más desnuda y menos sana. La erosión de este es un proceso natural que se produce por las lluvias o el viento. No obstante, su gravedad se duplica o triplica por actividades humanas y la tierra de la provincia jiennense es más vulnerable, situándose en la cima de las que más pierden suelo de España debido al cultivo del olivar, las litologías blandas, pendientes elevadas, escasa cobertura vegetal o los tratamientos fitosanitarios.
Los suelos de olivar de Jaén pierden de media 9,34 toneladas/hectárea año para la cuenca del Alto Guadalquivir, que ocupa aproximadamente la mitad de la superficie provincial, según un estudio del equipo del doctor de Geología de la Universidad de Jaén (UJA), Julio Calero. Estos datos indican, en cualquier caso, que las pérdidas medias de suelo son muy superiores a la capacidad de regeneración natural del mismo (estimada en un máximo de 5 T / ha año).
Se trata de una alarma ecológica silenciosa, pero que repercute en el rendimiento del olivar y en la economía inmediata del agricultor. Un suelo enfermo, no saludable, deja de cumplir su misión de captación de gases de efecto invernadero o de regular los ciclos hidrológicos. Además de la pérdida de fertilidad para el agricultor que sufre en su parcela la erosión, y que tiene costes monetarios. “Pimentel y colaboradores, elevan en cultivos de maíz la pérdida hasta los 168 euros / hectárea año, para un nivel de erosión similar al de la provincia de Jaén, 17 T / ha año. En los estudios puntuales de olivares vecinos (Granada y Córdoba), diversos autores estiman la erosión en torno a los 100 euros / hectárea año, datos que bien podrían ser extrapolados a la agricultura jiennense”, explica Julio Calero a Jaén Hoy.
La comarca más afectada es la de la Sierra Sur, le sigue La Loma y Las Villas, a continuación Sierra de Cazorla. Por otra parte, las menos afectadas son la Campiña Norte y la Comarca Norte. Por municipios destacan Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo, Beas de Segura, Chilluévar, Frailes o La Puerta, tal y como indican los últimos datos de la "Estadísticas de estimación de pérdidas de suelo por erosión en Andalucía" de la Junta de 2022, actualizados en 2024.
Esto se debe a la topografía, el tipo de material geológico y de suelo predominante. También la extensión del olivar en el municipio, hará pueblos con tasas de erosión mucho mayores que otros. "Casi la mitad de la provincia de Jaén se ocupa por olivares, siendo este, desgraciadamente, uno de los cultivos más afectados por la erosión (según INES, la erosión media del olivar asciende a 31 T / ha año, el doble de la media provincial). Por esta razón, tal como reconoce el INES, Jaén es una de las provincias con mayores tasas de erosión de España", cuenta el experto.
El problema de las cárcavas
Además de las consecuencias económicas mencionadas anteriormente, los efectos más actuales son la alteración de los servicios ecosistémicos: emisiones de dióxido de carbono, colmatación de embalses, agravamiento de inundaciones o pérdida de biodiversidad. También se agrava con la aparición de más cárcavas, zanjas grandes que suelen hacer las avenidas de agua y que desviste las raíces de los olivos. Según estudios del grupo de investigación de Calero (por ejemplo, la hoja cartográfica escala 1:25.000 de La Higuera, entre otras), desde el año 2009 se ha producido un incremento del 146% en el número de cárcavas, del 87% en longitud y de un 78% en la anchura de las mismas.
"En algunas zonas, las cárcavas y barrancos han sufrido en este periodo, una excavación vertical de más de 10 metros. Los datos son impresionantes, la verdad", analiza el experto. Las cárcavas afectan negativamente a su área cercana, reduciendo la superficie agrícola, dañando la infraestructura ubicada aguas abajo y abaten el nivel freático de las corrientes.
Como establece la Ley de Vigilancia del Suelo, a punto de ser aprobada en el Parlamento europeo, "los estados y las administraciones deberán certificar la salud de los suelos y garantizar la aplicación de prácticas de gestión sostenible necesarias para la mejora de los mismos".
A pesar de todo, la evolución de los datos de erosión de terreno comparado de 2011 a 2022, como se puede observar en el mapa, deja un horizonte positivo, ya que se ha reducido considerablemente esa pérdida de suelo. Algo que se ha logrado tanto como por una mayor concienciación por parte del agricultor, que cada vez son más los que llevan a cabo buenas prácticas, como por las imposiciones normativas (por ejemplo, los eco-regímenes de la PAC).
"Aunque aún queda mucho camino por recorrer, el empleo de cubiertas vegetales, el triturado de poda y otras medidas preventivas está cada vez más implantado. A pesar de todo, según datos recientes, menos de un tercio de los olivares de Jaén dejan la cubierta vegetal. En muchos caso, esto no se debe a la despreocupación del agricultor, que quiere implantar la cubierta, sino al propio estado de degradación del suelo, que no permite el crecimiento de la misma. En mi opinión, es responsabilidad de las administraciones públicas (entre ellas, de la Universidad) el transferir el conocimiento y la tecnología necesaria para superar estos problemas", expresa Calero.
En la actualidad, se están coordinando proyectos de investigación financiados por la Unión Europea que pretenden, superar estos problemas a los que se enfrenta el agricultor. Por ejemplo, proyectos como Sustaninolive o Soil-O-live y, de manera muy reseñable, Livinsoill. "Este último está dedicado a la creación de un Laboratorio de Suelos Andaluz que aglutina a una gran cantidad de grupos de interés relacionados con el olivar, por lo que el impacto en el territorio será, previsiblemente, muy importante. El objetivo del Living Lab andaluz es prevenir la erosión y mejorar la salud de los suelos del olivar, pero siempre teniendo en cuenta la sostenibilidad económica y, por tanto, la continuidad temporal del propio Laboratorio una vez concluido el proyecto", apunta el doctor.
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