En Jaén hay nueve desaparecidos activos, el más antiguo de 2013
Provincia
Cuando llevamos mucho tiempo sin saber nada sobre un ser querido, la angustia es inevitable. El peor presagio es cuando pasan horas y esa persona sigue sin aparecer. Entonces, en la mayoría de ocasiones se efectúa la denuncia en comisaría por desaparición. Sin embargo, desafortunadamente muchas de ellas no finalizan y nunca encuentran rastro de la persona desaparecida. Los motivos pueden ser muchos aunque los más comunes como se han demostrado suelen ser voluntaria, accidental o forzosa.
La Asociación Sosdesaparecidos mantiene en la provincia de Jaén nueve desapariciones activas, la más antigua es del año 2013 y la más reciente de junio del año pasado. Todos menos una, son hombres, y la mayor parte de ellos de edad avanzada.
Juan Carrillo Castro, Linares
Se trata de la desaparición más antigua que registra la Asociación en Jaén. No se sabe nada de él desde exactamente 11 años, 2 meses, 17 días cuando tenía 53 ahora. Este caso causó gran conmoción y revuelo en su municipio, Linares. Juan Carrillo Castro, era presidente de la asociación Gitanos Reales, es muy conocido en el municipio y regentaba un puesto de telas y ropa en el mercadillo.
El día 13 de junio su teléfono quedó apagado y los familiares entraron en su casa sin hallar rastro alguno. Los agentes rastrearon las llamadas del teléfono de Carrillo, que lo situaron sobre las cuatro de la tarde del 13 de junio en Andújar, donde se le perdió la pista después de haber telefoneado a un amigo. Le pidió ayuda y le contó que le habían agredido antes de que se cortara la llamada. La familia Carrillo, mientras, salió a la calle para manifestarse y pedir a las autoridades que destinasen medios y esfuerzos a su caso. Hubo al menos dos actos públicos en los que numerosas personas apoyaron a la familia.
En aquel verano llegó a haber hasta siete detenciones relacionadas con su desaparición, pero todos ellos fueron absueltos por falta de pruebas. En junio de 2023, Juan Carillo fue declarado oficialmente fallecido al haber transcurrido diez años desde que alguien mantuvo contacto con él por última vez.
Jesús Muñoz Armenteros, Jaén
Natural de Jaén, a Jesús Muñoz, se le perdió el rastro el 25 de junio de 2016, hace ocho años cuando tenía 60. El desaparecido estaba de baja por depresión y se había mudado solo hace poco tiempo. Fue pasados unos días sin saber nada de él cuando su hija decidió interponer una denuncia a la Policía Nacional por desaparición.
Comenzó entonces una intensa búsqueda con un amplio dispositivo de agentes policiales, Guardia Civil y voluntarios, incluso un helicóptero para localizarle. Se rastreó en zonas rurales por las que se sabía que le gustaba pasear como el Cerro de Santa Catalina, La Imora, la Vía Verde o el Neveral sin éxito alguno. Se barajó la posibilidad de que hubiera sufrido un accidente durante uno de aquellos paseos, pero nunca se llegó a dar con él. Ocho años después, su alerta de búsqueda se mantiene activa tanto en la web del Centro Nacional de Desaparecidos como en el portal SOS Desaparecidos.
María Josefa Padilla, Quesada
La mujer de 76 años y enferma de alzhéimer residía en plena Sierra de Cazorla, en la aldea de El Cortijuelo. Salió en la madrugada del 3 de septiembre de 2019, hace casi cinco años, con la ropa de noche, un camisón y zapatillas de andar por casa y nunca más se supo de su paradero. Eran las seis y media de la madrugada cuando su familia se dio cuenta de que no estaba en su cuarto ni en ningún lugar de la casa. Inmediatamente se pusieron a buscarla y se activó un amplio dispositivo para encontrarla durante días con Seprona, Guardia Civil, Infoca, Geas en el río Guadiana Menor, perros especializados, helicóptero y drones, apoyados incluso por voluntarios
Sin embargo, la complicada orografía del terreno con ramblas, barrancos dificultó mucho el trabajo, buscando incluso en el embalse de Doña Aldonza. Desafortunadamente, no se llegó a hallar rastro alguno de su paradero y familiares y vecinos la siguen recordando en el pequeño poblado.
Ibrahima Diouf, Villacarrillo
Su desaparición está llena de incógnitas, aunque con más indicios que misticismo. Fue el día de la cabalgata de reyes del municipio de Villacarrillo de 2021, concretamente hace tres años y siete meses cuando se le perdió el rastro. Ese mismo día Ibrahima Diouf, según testigos, había discutido con su patrón para el que trabajaba en la campaña de aceituna y decidió irse. Compró un billete de autobús para dirigirse a Huelva, se citó con su jefe para que le diera el dinero, sin embargo, este nunca llegó a la estación.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Comandancia de realizó el año pasado la novena búsqueda para encontrar más pruebas sobre su posible paradero, así como la investigación de su patrón, Ginés Vicente, de 53 años. Un empresario agrícola que ya fue objeto de investigación por la desaparición de otro temporero en 2013, aunque fue absuelto en el juicio. De hecho, también se siguen buscando los restos de este primer temporero desaparecido.
En julio de 2023, los agentes se desplazaron hasta Villacarrillo para rastrear palmo a palmo el paraje conocido como Arroyo los Pozuelos, situado en la salida del polígono industrial del municipio de Las Villas. Según confirmaron a Europa Press fuentes de la investigación, se estuvo peinando la zona a caballo y se cuenta con la ayuda del Servicio Cinológico para que los perros rastreen cualquier resto biológico que detecten en el terreno.
Estos nuevos trabajos de búsqueda se produjeron después de que el pasado mes de mayo, la Guardia Civil pidiera colaboración ciudadana para poder esclarecer el caso. En ese momento, argumentaron que sería de gran interés para la investigación la colaboración ciudadana, así como el disponer de cualquier material gráfico, tanto fotos como vídeos, grabados en la vía pública de Villacarrillo entre los días 5 y 7 de enero de 2021, destacando como evento relevante del que también se solicita material gráfico, la celebración de la Cabalgata de los Reyes Magos.
En este sentido y según compartió Caso Abierto, los investigadores han obtenido dos posibles pruebas: había una mancha de sangre en el suelo y el empresario compró ese día unas lonas. La Guardia Civil contó con testimonios que apuntan a que el día que desapareció el jornalero los vecinos vieron "un charco de sangre" en la calle, muy cerca de donde vive el empresario. Esos testigos describieron la escena con detalle y señalaron a los agentes el lugar exacto. Sin embargo, nada se sabe hasta ahora de la investigación ni de Ibrahima.
Diego Morales, Cambil
Su rastro se perdió el 23 de junio de 2021, hace tres años y dos meses cuando tenía 46 años, en el municipio del Cambil. Fue un mes después de encontrarse en paradero desconocido cuando su hija decidió denunciar su desaparición. Sin apenas contacto con su familia y con sus dos hijos haciendo vida en Madrid, Diego parecía haberse vuelto invisible de la noche a la mañana.
Según explicó su hija Ilda tras denunciar, su relación con este era inestable. Mantenían contacto telefónico más o menos frecuente, pero sin periodicidad fija y en un par de ocasiones habían pasado varias semanas en las que no habían tenido contacto alguno. Por eso no le pareció extraño que su padre no la llamara.
Diego nunca fallaba para felicitar a su hija por su cumpleaños. Pero esa llamada no llegó en el verano de 2021, por eso, preocupada especialmente porque sabía que el estado de salud de su padre, alcohólico y enfermo de cirrosis, era delicado, Ilda trató de contactar con él sin éxito. Consiguió hablar con un amigo de Diego que le había dado las llaves de una pequeña casa en el campo para que pudiera pasar las noches bajo techo. Poco pudo contarle esta persona más allá de que llevaba un tiempo sin tener noticias suyas.
Las habladurías apuntaban que la noche en la que fue visto por última vez, tuvo una fuerte discusión con varias personas. Su teléfono móvil, además, apareció roto en las inmediaciones de la casa de su amigo. El dispositivo de búsqueda que organizó la Guardia Civil fue amplio: la unidad canina, el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) y helicópteros se batieron el cobre día y noche junto a cazadores, voluntarios de Protección Civil y vecinos para encontrar a Diego. No quedó ni un rincón del municipio por inspeccionar, tampoco ningún paraje del amplio entorno rural de Cambil. Sin embargo, no hubo manera de encontrarlo.
Jesús Cristo, Úbeda
En febrero de 2022, la Policía Nacional de Jaén recibió una llamada del centro de menores tutelados de la Junta de Andalucía en Úbeda: Jesús Cristo Rodríguez Mora, de 13 años, estaba en paradero desconocido desde el día 14. El niño de 1,50 metros de estatura, pelo marrón y ojos azules la última vez que se le vio fue a la salida del Colegio Santo Domingo Savio (Salesianos), llevaba el uniforme escolar y también un abrigo rojo.
Después de tramitar la denuncia, la Policía Nacional puso en marcha un amplio dispositivo de búsqueda en todo el territorio español y a nivel internacional. Se investigó al círculo más cercano del menor, pues se había retirado la custodia a sus padres por Servicios Sociales y se recabaron testimonios que lo situaron en distintos puntos de la provincia jiennense y de Andalucía, pero, sin embargo, todas las pistas condujeron a callejones sin salida.
En mayo, el caso apenas seguía en el punto de partida, y así lo confesó el entonces portavoz de la Policía Nacional en Jaén, Diego Moya, en el espacio Diario de Ausencias, de Paco Lobatón, en RNE. En su intervención, Moya, además, afirmó que a los agentes les llamaba la atención un detalle, cuando menos, desconcertante: “Las únicas veces que se ha puesto en contacto el padre del menor con nosotros ha sido a requerimiento nuestro. Incluso ha habido más requerimientos y ha hecho caso omiso. Es llamativo”.
En el Informe de personas desaparecidas del Ministerio del Interior de 2023 se detalla que, de las 6.192 denuncias activas por ausencias en España en 2022, casi la mitad, el 43,2%, era por personas de entre 13 y 17 años, el grupo de edad más numeroso. Cabe resaltar que, en el caso de los centros de menores, las fugas no son infrecuentes, pero los niños vuelven pronto la mayoría de las ocasiones. No fue así en el caso de Jesús Cristo.
Edwin López, Cazorla
Edwin López es un colombiano de 53 años de edad al que le perdió su rastro en el municipio de Cazorla el 1 de abril. Su hermano consiguió hace tres años desde Mallorca una reagrupación familiar para que viniera a España desde su país de origen. Con el tiempo consiguió un trabajo en una empresa de mudanzas por toda la Península.
Según cuenta su hermano en Caso Abierto, el último día de marzo, cuando se encontraba haciendo una mudanza en el municipio cazorleño, este discutió con su jefe y sufrió una crisis de ansiedad por la que tuvo que ser trasladado al Hospital de Cazorla. En un principio los médicos pensaron que era un brote psicótico, pero finalmente descartaron la idea y le dieron el alta. "La irresponsabilidad del jefe, dejó abandonado a mi hermano en Cazorla". Al salir del hospital, Edwin se dirigió a una gasolinera y allí lo vieron por última vez.
En la búsqueda que realizó la Guardia Civil, el 1 de abril, encontraron su mochila con sus pertenencias y documentación, su teléfono móvil y su ropa. "Sobre las once de la noche, mi hermano llamó a su esposa y le dijo que estaba en Cazorla, que había tenido ciertos inconvenientes con este hombre. Que le estaba humillando. Que le había encerrado en la furgoneta. Le contó que todo iba mal". Fue la última conversación que tuvieron con él sus familiares la noche anterior a la desaparición.
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